Infraestructura, la piedra angular del desarrollo

Tener buenos puentes, carreteras, aeropuertos, centrales el¨¦ctricas, autopistas o alcantarillado puede parecer algo obvio en ciertos lugares del planeta pero para las regiones en desarrollo, donde los costos log¨ªsticos pueden agregar hasta un 50% el precio de los productos, representa un punto de inflexi¨®n en su camino por entrar en la liga de las regiones m¨¢s avanzadas.

En otras palabras, el com¨²n denominador entre los pa¨ªses m¨¢s desarrollados ¨Ccomo Estados Unidos, Alemania, Francia, Canad¨¢ o Australia- es que tienen una infraestructura competitiva y de primer nivel que les permite, por ejemplo, disponer de los medios para conectar las diferentes ¨¢reas del territorio -ciudades, zonas industriales, log¨ªsticas, agr¨ªcolas y tur¨ªsticas-, lo que propicia el crecimiento de la econom¨ªa, la generaci¨®n de empleos productivos y el mejoramiento de la calidad de vida de todo el pa¨ªs.

Est¨¢ demostrado que la creaci¨®n de nuevas y mejores infraestructuras incide directamente en el aumento de la productividad, en la reducci¨®n de las desigualdades, en la calidad de los servicios p¨²blicos o en la reducci¨®n de la pobreza. Y nadie negar¨¢ que estas variables le vendr¨ªan muy bien a Am¨¦rica Latina.

La pregunta l¨®gica que sigue es: Si trae tantas ventajas, ?Por qu¨¦ los pa¨ªses de la regi¨®n no invierten masivamente en mejorar sus infraestructuras?

Para contestarla tenemos que remontarnos varios a?os atr¨¢s. Tradicionalmente los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina no han contado con planes integrales de desarrollo de las infraestructuras, algo que ha desembocado en mejoras aisladas como, por ejemplo, en las ¨¢reas de transporte o energ¨ªa el¨¦ctrica, pero que no ha supuesto avances hol¨ªsticos y coordinados.

Aunque esta situaci¨®n est¨¢ cambiando, todav¨ªa queda camino por recorrer. Se calcula que la regi¨®n deber¨¢ aumentar las inversiones en infraestructuras hasta un 5% del PIB para cerrar la brecha que la separa de las regiones desarrolladas. Teniendo en cuenta el clima de desaceleraci¨®n actual, todo indica que los gobiernos no podr¨¢n movilizar tal cantidad de fondos en solitario.

Esto obliga a que se incluya al sector privado en los planes de infraestructura de largo plazo y a apostar por las inversiones p¨²blico-privadas, una f¨®rmula que puede garantizar inversiones continuadas y asegurar la productividad de los recursos que se asignen. Adem¨¢s, las alianzas p¨²blico-privadas tienen la ventaja de incorporar el conocimiento t¨¦cnico y gerencial del sector privado, aportando valor agregado y mayor eficiencia t¨¦cnica.

Tal y como exponemos en el informe IDeAL: La Infraestructura en el Desarrollo de Am¨¦rica Latina, elaborado por CAF ¨Cbanco de desarrollo de Am¨¦rica Latina-, la canalizaci¨®n de los recursos financieros necesarios s¨®lo podr¨¢ asumirse si los pa¨ªses de la regi¨®n se comprometen en fortalecer sus instituciones para aportar seguridad jur¨ªdica a las inversiones, al mismo tiempo que se incentivan una administraci¨®n de riesgos adecuada y pol¨ªticas de transparencia confiables y efectivas.

Hasta la fecha, las principales inversiones en infraestructura se han producido en las ¨¢reas de transporte (mayoritariamente en carreteras), energ¨ªa el¨¦ctrica (suministro y generaci¨®n de electricidad), telecomunicaciones y equipamientos p¨²blicos. Los sectores de agua y saneamiento as¨ª como de transporte urbano aparecen entre los m¨¢s rezagados.

A nivel de pa¨ªses, Brasil, M¨¦xico, Colombia, Per¨², Ecuador y Chile han impulsado ambiciosos planes de desarrollo de sus infraestructuras. En el caso de este ¨²ltimo, por ejemplo, se impulsaron inversiones en el transporte combinando capital p¨²blico y fondos privados nacionales, con lo cual se logr¨® una de las infraestructuras de transporte m¨¢s avanzadas de la regi¨®n que beneficia a diario a todos los ciudadanos. Otro ejemplo lo encontramos en M¨¦xico, que ha mejorado en el desarrollo de concesiones y en otros modelos de asociaci¨®n p¨²blico-privadas.

Como vemos, la regi¨®n ha registrado avances considerables pero todav¨ªa queda mucho por recorrer para tener infraestructuras de primer nivel que nos permitan competir con garant¨ªas con las regiones m¨¢s avanzadas.

Aunque es muy probable que el clima de incertidumbre econ¨®mica actual dificulte la llegada de las inversiones necesarias, todos los actores ¨Cgobiernos, sector privado, organismos multilaterales y sociedad civil- debemos aportar nuestro granito de arena para que el desarrollo de las infraestructuras ocupe un papel central en la agenda de desarrollo de los pa¨ªses.

*Antonio Juan Sosa es Vicepresidente de infraestructura en CAF ¨Cbanco de desarrollo de Am¨¦rica Latina.