Temer y la dictadura de la corrupci¨®n

¡°No entran en mi cabeza todos esos ceros de la corrupci¨®n¡±, me dice el pe¨®n de alba?il Elton John, que trabaja en una obra de R¨ªo, manejando argamasa todo el d¨ªa, llueva o haga sol. Para ¨¦l, un mill¨®n, que es calderilla para los pol¨ªticos corruptos, es ya una cifra de galaxias. Lo entendi¨® cuando, tras informarme de cu¨¢nto ganaba al mes, le expliqu¨¦, que un mill¨®n de reales es lo que ¨¦l ganar¨ªa hoy trabajando durante 80 a?os. Me mir¨® espantado y exclam¨®: ¡°?Todo eso?¡±.

Si Michel Temer llega a asumir la presidencia de la Rep¨²blica necesitar¨¢ convencer ya a la sociedad de que combatir¨¢ la dictadura de la corrupci¨®n con mayor rigor que sus antecesores.

La dictadura de la corrupci¨®n golpea no s¨®lo simb¨®licamente, sino f¨ªsica y moralmente

?Le ser¨¢ posible semejante proeza con el respaldo que va a tener en el Congreso de diputados y senadores abiertamente incriminados en la Operaci¨®n Lava Jato? Puede que hasta los mercados se lo perdonasen. Es posible que fuerzas importantes de poderes f¨¢cticos se lo exijan. Pero quienes nunca se lo perdonar¨ªan son los ciudadanos, empezando por los que hoy abandonan, a veces con desgarro interior, al Partido de los Trabajadores, acusado, m¨¢s que de haber quebrado la econom¨ªa, de haberse convertido en un partido tan corrupto o m¨¢s que los otros.

Temer tendr¨¢ que dar cuentas de c¨®mo piensa combatir la dictadura de la corrupci¨®n implantada en Brasil y que la sociedad coloca en las encuestas como su mayor preocupaci¨®n. S¨ª, dictadura de la corrupci¨®n, porque existen las dictaduras militares, de izquierdas o de derechas, pero tambi¨¦n las sociales y ¨¦ticas. Las militares matan y torturan y despojan a los ciudadanos de sus libertades. La dictadura de la corrupci¨®n golpea no s¨®lo simb¨®licamente, sino f¨ªsica y moralmente.

Cuando los ciudadanos que trabajan duro para sacar adelante su familia y sus sue?os se dan de bruces con la dictadura de la corrupci¨®n abrazada por los pol¨ªticos, se sienten tambi¨¦n moralmente torturados. La dictadura de la corrupci¨®n golpea adem¨¢s f¨ªsicamente, ya que esos miles de millones de d¨®lares robados a la sociedad son sustra¨ªdos a la sanidad, que acaba produciendo, en los hospitales sin recursos, dolor y muerte. No por casualidad los m¨¢s pobres son los m¨¢s indignados con los pol¨ªticos corruptos.

La dictadura de la corrupci¨®n hiere y mata, f¨ªsica y psicol¨®gicamente, a los millones de personas golpeadas por el drama del desempleo o ahogadas por las deudas. O a las que quedar¨¢n culturalmente inv¨¢lidas toda la vida por haber sido castigadas con una ense?anza que no les prepara para enfrentarse al futuro.

Si Temer viniera para dar el golpe de gracia a la lucha contra la corrupci¨®n, mejor que, antes de que sea tarde, diga tambi¨¦n ¨¦l a quienes lo empujan a esa triste aventura: ¡°Tchau, queridos¡±. La sociedad se lo agradecer¨ªa.