Trump consolida su base en los Estados Unidos m¨¢s progresistas
Los estados m¨¢s pr¨®speros del nordeste han dado algunas de las mayores victorias al magnate
El republicano Donald Trump apela a los descontentos con las elites y la econom¨ªa, pero logra sus mayores ¨¦xitos en algunas de las regiones m¨¢s pr¨®speras de Estados Unidos. Si hubiese que buscar un territorio Trump, podr¨ªa estar en los barrios residenciales de Nueva York, de Boston o de Filadelfia. En el nordeste, que este martes celebr¨® primarias, cosecha victorias aplastantes que le acercan a la nominaci¨®n presidencial.
Trump gana en el Oeste y en el Este, en el Norte y en Sur. Despu¨¦s de tres meses de elecciones primarias, cada d¨ªa quedan menos dudas de que o ¨¦l ser¨¢ el candidato republicano a la Casa Blanca, o el partido ¡ªalarmado por el ascenso de un demagogo alejado de la ortodoxia conservadora¡ª sufrir¨¢ un cisma. Trump domina la carrera republicana, pero donde domina con m¨¢s comodidad es en el nordeste, en los estados donde se asentaron los primeros colonos europeos en el siglo XVII, a la orilla de los r¨ªos y en las costas donde se construyeron las primeras grandes ciudades, en el n¨²cleo de la revoluci¨®n industrial.
En 1981, el periodista Joel Garreau public¨® Las nueve naciones de Am¨¦rica del Norte, un libro visionario en el que presentaba un mapa alternativo para entender EE UU y sus vecinos. Dos de estas naciones eran Nueva Inglaterra y La Fundici¨®n. All¨ª se encuentran los estados que votaron ayer: Pensilvania, Maryland, Connecticut, Rhode Island y Delaware. En los cinco gan¨® Trump.
Nueva Inglaterra, escrib¨ªa Garreau, se ve como ¡°el ¨²nico lugar realmente civilizado de Norteam¨¦rica, una especie de Atenas del continente¡±. La Fundici¨®n era el arco industrial, que va de la bah¨ªa de Chesapeake a Chicago, y que, pese a un declive que despu¨¦s de aceler¨®, se ve¨ªa como ¡°el centro de poder real del continente¡±. Ambas naciones configuran una amplia regi¨®n que, con excepciones como Ohio, vota al Partido Dem¨®crata en las elecciones presidenciales.
¡°Lo que ahora vemos en los estados del nordeste es que hay un n¨²cleo de personas que se sienten ignoradas, aisladas, como si fuesen perdedores en el r¨¦gimen pol¨ªtico actual¡±, dice Garreau por tel¨¦fono. ¡°Y tienen raz¨®n: son ignorados y est¨¢n aislados en estos estados. Naturalmente van hacia Trump. Vemos a una peque?a minor¨ªa de gente que responde negativamente a la cultura dominante en Nueva Inglaterra y en La Fundici¨®n¡±.
Entre la multitud de explicaciones sobre el fen¨®meno Trump destacan dos. La primera entiende a Trump como la expresi¨®n del descontento de la clase trabajadora blanca, golpeada por la desindustrializaci¨®n y la precarizaci¨®n: el proteccionismo comercial es uno de los ejes de la campa?a. La segunda explica el ¨¦xito del magnate neoyorquino por su talento al apelar al instinto racista de los votantes con sus mensajes contra los inmigrantes sin papeles y los musulmanes.
Aunque el nordeste sea el feudo del establishment pol¨ªtico, financiero y medi¨¢tico, y aunque este establishment tenga el complejo de que no vive en la llamada Am¨¦rica real, el nordeste refleja la diversidad de EE UU: ciudades pr¨®speras, f¨¢bricas abandonadas, regiones agr¨ªcolas.
El factor racial explica por qu¨¦ muchos de los votantes de Trump responden a un perfil de republicano t¨ªpico del nordeste, el de los dem¨®cratas de Reagan, como se les llam¨® en los a?os ochenta: antiguos votantes dem¨®cratas que desertaron hacia el Partido Republicano en los a?os del presidente Ronald Reagan cuando constataron que los dem¨®cratas se convert¨ªan en el partido de las minor¨ªas. Antes, otro presidente republicano, Richard Nixon, hab¨ªa apelado a estos votantes con la estrategia sure?a. Tras el fin de la segregaci¨®n, impulsado por el presidente dem¨®crata Lyndon Johnson, esta estrategia transform¨® el sur de un bloque dem¨®crata a un bloque republicano.
El magnate, sin gui¨®n
La semana pasada, el nuevo asesor de Donald Trump, Paul Manafort, se pase¨® por los plat¨®s vendiendo la nueva estrategia para asegurarse la mayor¨ªa de delegados necesarios para la nominaci¨®n. En un encuentro con los jefes del partido, Manafort dijo que hasta ahora Trump hab¨ªa ¡°proyectado una imagen¡± y que esta cambiar¨ªa. La demagogia, los insultos, el histrionismo¡ Todo teatro.
Trump obedeci¨®. Dej¨® de llamar Ted el mentiroso a su rival, Ted Cruz. Trump sonaba presidencial.
Pero cualquier intento de encerrarlo en un guion est¨¢ destinado al fracaso. Esta semana ha vuelto a llamar "mentiroso" a Cruz. Y ha cuestionado las buenas maneras del tercer candidato, John Kasich. "Nunca he visto a un ser humano comiendo de una forma tan asquerosa", dijo.
En los ¨²ltimos meses, Trump ha logrado victorias rotundas en estados sure?os como Mississippi. Pero tambi¨¦n en New Hampshire, donde hay pleno empleo y la inmigraci¨®n es m¨ªnima, en Massachusetts y en Nueva York. Como se?ala la publicaci¨®n vox.com, el condado m¨¢s trumpiano de EE UU es Staten Island un barrio residencial en Nueva York donde Trump gan¨® casi a la b¨²lgara, con un 82,1% de votos.
Estos resultados dif¨ªcilmente auguran una victoria en las presidenciales de noviembre. Pese a la victoria rotunda en Nueva York, el 19 de abril, Hillary Clinton, favorita dem¨®crata para la nominaci¨®n, obtuvo el doble de votos en las primarias de su partido. Lo mismo ocurri¨® en Massachusetts, el 1 de marzo. El nordeste sigue siendo territorio progresista.
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