Espa?a: el fracaso de los pol¨ªticos
Rajoy, S¨¢nchez, Iglesias y Rivera no han sido capaces de articular una salida para el pa¨ªs
Sin sorpresas, y cumpliendo con los m¨¢s negros pron¨®sticos, el rey Felipe VI firmar¨¢ el 3 de mayo la disoluci¨®n de la legislatura m¨¢s corta de la historia de la democracia espa?ola, que deja algunas lecciones a tener en cuenta. La principal es que, por primera vez, se repetir¨¢n unas elecciones generales, algo que puede empezar a ser com¨²n en la mayor¨ªa de los pa¨ªses porque una cosa es ganar los comicios y otra, poder gobernar. La segunda, el fin de la Espa?a del bipartidismo y el consenso social que, desde 1978, mantuvo una cierta superioridad moral basada en la Constituci¨®n aprobada por el pueblo y el funcionamiento del sistema pol¨ªtico. Ahora, con la explosi¨®n m¨²ltiple de expresiones en el pa¨ªs, los l¨ªderes espa?oles no han sabido o no han podido formar gobierno.
Entre el inmovilismo de Mariano Rajoy ¡ªel presidente en funciones, que gan¨® en votos, pero no ha podido gobernar¡ª, la efervescencia del secretario general del Partido Socialista Obrero Espa?ol, Pedro S¨¢nchez ¡ªque perdi¨® las elecciones y tiene mejores intenciones que capacidad de formular una alternativa¡ª; el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias ¡ªque ha convertido el desencanto en el combustible de la revoluci¨®n permanente que ofrece¡ª; y el descontento educado del l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera, ninguno de ellos ha sido capaz de articular una salida para Espa?a.
No ha habido ni una sola propuesta para reparar los defectos del sistema y afrontar con valent¨ªa el rescate moral de la legitimidad democr¨¢tica que significa hacer algo m¨¢s que ret¨®rica frente a los graves problemas del pa¨ªs, sobre todo la corrupci¨®n. Los pol¨ªticos parecen preferir zambullirse en el charco de las inmundicias del robo generalizado que tomar el bistur¨ª y extirpar como cirujanos de hierro las partes gangrenadas de la sociedad espa?ola. La vida pol¨ªtica recuerda a la pel¨ªcula mexicana Y t¨² mam¨¢ tambi¨¦n (equivalente del latiguillo y t¨² m¨¢s de los dirigentes espa?oles cuando se acusan entre ellos). Desde la muerte de Franco en 1975, el sistema pol¨ªtico siempre tuvo la misma preocupaci¨®n, es decir, que los viejos demonios familiares impidieran la formaci¨®n de un Gobierno fuerte. Por eso se opt¨® por la ley electoral D¡¯Hondt para impedir un punto muerto como al que ahora se ha llegado.
Hoy vivimos en sociedades en las que el debate ha sido reemplazado por el estanque de la suciedad y en las que ¡ªcomo se?al¨® el exjuez Baltasar Garz¨®n¡ª se han sustituido los para¨ªsos fiscales por los vertederos sociales. Vivimos en una ¨¦poca donde todo existe primero en el ciberespacio sin posibilidad de apelaci¨®n, en la que no hay lugar para la verdad ni para la precisi¨®n en 140 caracteres. Y donde ya no es posible distinguir la tertulia televisiva del aullido en las redes sociales para saber qu¨¦ es verdad o mentira.
Ahora la irresponsabilidad colectiva, la falta de sensibilidad ante los insultos generalizados y la competici¨®n por saber qui¨¦n es el m¨¢s corrupto han terminado por colapsar Espa?a. Y en esta crisis global de la pol¨ªtica se est¨¢ produciendo un fen¨®meno peligroso porque se ha perdido la capacidad de diferenciar entre el fracaso de los pol¨ªticos y el del sistema, como ya ocurri¨® en la Rep¨²blica de Weimar que, al final, alumbr¨® la pesadilla de Hitler.
?Qu¨¦ va a suceder? Es poco probable que las elecciones del 26 de junio ofrezcan un panorama sustancialmente distinto del 20-D. Pero de ser as¨ª y si Mariano Rajoy consigue formar Gobierno, lo ¨²nico que estar¨¢ garantizado, en mi opini¨®n, ser¨¢ una radicalizaci¨®n inmediata de la vida espa?ola. Solo hay que constatar que, durante estos meses y salvo ir a tertulias, descalificarse y tomarse fotograf¨ªas, los pol¨ªticos no han ofrecido nada a la sociedad. En cambio, los problemas que llevaron a las crisis sucesivas de Catalu?a, la corrupci¨®n y el descontento social, en lugar de solucionarse, han empeorado.
Ahora la verdad importa poco o una verdad de 140 caracteres no es suficiente. Sin embargo, es probable que estos pol¨ªticos tengan alg¨²n plan para Espa?a, aunque de momento los ciudadanos no lo conozcamos, mientras que la esfinge petrificada de Rajoy ve c¨®mo crecen todas las malas hierbas desde la misma base en la que se encuentra su falta de poder.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.