Una empresa china compra tierras ind¨ªgenas para el Canal de Nicaragua

Un ¨¢rea de 263 kil¨®metros cuadrados del sureste de Nicaragua se ha convertido desde el martes en un enclave chino en Centroam¨¦rica. Los l¨ªderes ind¨ªgenas de las etnias rama y creole firmaron un "acuerdo de arrendamiento" con el que ceden indefinidamente el control de las tierras para la construcci¨®n de un gran canal interoce¨¢nico, cuya concesi¨®n fue entregada por 100 a?os a la empresa china HKND, propiedad del empresario de las telecomunicaciones Wang Jing.

El acuerdo fue firmado por Manuel Coronel Kautz, representante de la Comisi¨®n Nacional del Gran Canal, y por el presidente del Gobierno Territorial Rama y Creole, H¨¦ctor McCrea. "Damos nuestro voto de confianza a la Comisi¨®n Nacional del Gran Canal porque estamos seguros de que la construcci¨®n de este proyecto contribuir¨¢ al desarrollo humano", dijo McCrea. Entre los testigos de la firma estuvo el hijo del presidente Daniel Ortega, Laureano, nombrado asesor presidencial en temas de inversi¨®n y mano derecha del mandatario en el acercamiento a China, potencia con la que Nicaragua no tiene relaciones diplom¨¢ticas formales.

La firma de este documento demuestra la divisi¨®n de las poblaciones ind¨ªgenas en relaci¨®n al proyecto del canal interoce¨¢nico. L¨ªderes de las comunidades rama y creole, cr¨ªticas con el proyecto del canal, aseguraron en un comunicado que hubo un ofrecimiento de "jugosos vi¨¢ticos y pasajes de avi¨®n" para suscribir el documento y acusaron al Gobierno de manipular a los ind¨ªgenas, de violar sus derechos y no tomarlos en cuenta en relaci¨®n a las consultas que deb¨ªan hacerse sobre la construcci¨®n del canal, valorado en m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares.

"Durante dos a?os y medio funcionarios del Gobierno nacional y regional han ido en dos ocasiones a cada una de las comunidades rama y creole a divulgar la propaganda y las promesas de un canal que proveer¨¢ toda clase de bondades. Sin embargo, el Estado no ha informado a las comunidades de Monkey Point y Bangkukuk Taik (en el sureste de Nicaragua) que van a ser impactadas directamente, ni que la comunidad rama de Bangkukuk va a ser desplazada de su territorio tradicional", denuncian los ind¨ªgenas en su comunicado.

Ninguna consulta

Defensores de derechos humanos reaccionaron con preocupaci¨®n ante la firma del acuerdo. Vilma N¨²?ez, presidenta del Centro Nicarag¨¹ense de Derechos Humanos (Cenidh), critic¨® con dureza lo que consider¨® manipulaci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas por parte del Ejecutivo de Ortega. "El Gobierno est¨¢ cometiendo un fraude en contra de la opini¨®n p¨²blica nacional e internacional. Divide a la dirigencia de las comunidades ind¨ªgenas y los hace firmar un convenio de arriendo indefinido con el que pretende asegurar que fueron consultados, lo que es mentira, no ha habido ninguna consulta. Es un nuevo enga?o a la poblaci¨®n", dijo N¨²?ez.

El Estado no ha informado a cu¨¢nto asciende el monto de arrendamiento ni c¨®mo se compensar¨¢ a los ind¨ªgenas afectados, pero queda claro que el liderazgo ind¨ªgena cede la administraci¨®n de sus territorios a control de la empresa china HKND. La compa?¨ªa no ha informado sobre los inversionistas internacionales que estar¨ªan dispuestos a invertir en la gigantesca obra de ingenier¨ªa, que tendr¨ªa una extensi¨®n de 276 kil¨®metros, desde las costas del Caribe hasta el Pac¨ªfico de Nicaragua. Tampoco hay ning¨²n avance en la construcci¨®n del proyecto. Ambientalistas nicarag¨¹enses, europeos y estadounidenses han advertido de que la construcci¨®n del canal tendr¨ªa un enorme costo ambiental y social para el pa¨ªs.