Valls aprueba por decreto la mayor y m¨¢s contestada reforma de la legislatura

La reforma laboral, la m¨¢s importante y la m¨¢s contestada de la legislatura de Fran?ois Hollande, quedar¨¢ aprobada por decreto ante la falta de suficientes apoyos parlamentarios debido al anunciado voto negativo de decenas de diputados socialistas. El Gobierno ha echado mano de nuevo de un discutido resorte constitucional para detener su debate en la Asamblea Nacional y aprobar el proyecto sin votar las m¨¢s de 5.000 enmiendas presentadas. Demuestra as¨ª una vez m¨¢s su debilidad parlamentaria por la insalvable zanja abierta en las filas socialistas, lo que augura un tenso y complicado ¨²ltimo a?o de mandato de Hollande y una clara inestabilidad del primer ministro, Manuel Valls.

"Tras los cambios introducidos, el texto es coherente, fruto de un compromiso", ha afirmado Valls en la Asamblea Nacional al anunciar su recurso al decreto. Para el jefe del Ejecutivo, el recurso a esta extraordinaria f¨®rmula es la manera de mantener "el camino de las reformas en un momento importante", ha dicho, "para nuestro pa¨ªs y para nuestro modelo social porque Francia debe avanzar". Bruselas ha reclamado reiteradamente a Par¨ªs esa reforma laboral, frenada por "una minor¨ªa de bloqueo", como defini¨® Valls al ala cr¨ªtica de su grupo parlamentario.

Con semejante triple desplante -al Parlamento, a la calle y a sus cr¨ªticos en el Partido Socialista-, Hollande y Valls dificultan en extremo la puesta en marcha nuevos proyectos en lo que queda de legislatura. Adem¨¢s, rompen definitivamente la posibilidad de lograr un frente de izquierdas ante las pr¨®ximas elecciones del a?o que viene en un momento en el que, seg¨²n todos los sondeos, el jefe del Estado menos querido por los franceses no pasar¨ªa a la segunda vuelta.

Los diputados socialistas rebeldes aseguran que nunca votar¨¢n una ley que facilite los despidos

Valls, que considera "absolutamente necesaria" para Francia esta reforma, ha anunciado este martes la extraordinaria medida tras fracasar horas antes en su ¨²ltimo intento de pactar algunas modificaciones que plante¨® a una quincena de diputados rebeldes. Valls tampoco acept¨® la ¡°propuesta de compromiso¡± que le plantearon los rebeldes, ha dicho el jefe del ala cr¨ªtica, Christian Paul. Los rebeldes, ha repetido Paul, no votar¨¢n ¡°un texto que facilita los despidos¡± y que augura ¡°un desempleo masivo¡± en Francia. Por el contrario, el jefe del grupo socialista, Bruno Le Roux, acus¨® a los cr¨ªticos de querer "imponer" sus tesis pese a estar en minor¨ªa.

La extraordinaria decisi¨®n de Gobierno, el decretazo adoptado oficialmente tras un Consejo de Ministros convocado ad hoc, se produce cuando en las calles de todo el pa¨ªs se registran continuas protestas y manifestaciones contra esa reforma laboral, incluido el movimiento de indignados #Nuitdebout, que naci¨® precisamente tras la gran movilizaci¨®n del 31 de marzo contra el proyecto de ley. La siguiente protesta est¨¢ prevista para el pr¨®ximo jueves.

El arma nuclear empleada ahora por el Ejecutivo est¨¢ prevista en el art¨ªculo 49.3 de la Constituci¨®n francesa, que dice: ¡°El primer ministro puede, tras la deliberaci¨®n del Consejo de Ministros, asumir la responsabilidad del Gobierno ante la Asamblea Nacional sobre el voto de un proyecto de ley (...) En tal caso, el proyecto se considera aprobado, salvo si se vota una moci¨®n de censura en las siguientes 24 horas¡±.

La moci¨®n de censura ha sido presentada ya por la derecha y los centristas. Ser¨¢ debatida y votada el jueves. Si contara con una mayor¨ªa de diputados, la reforma laboral no quedar¨ªa aprobada, pero la moci¨®n tiene muy pocas opciones de salir adelante. Los diputados rebeldes han sido advertidos que ser¨¢n expulsados del partido si la votan, pese a que algunos de ellos no lo descartan a la vez que califican de "brutal y antidemocr¨¢tico" el recurso al decretazo. Jean-Luc M¨¦lenchon, l¨ªder del Partido de Izquierda, ha pedido a los diputados progresistas que apoyen la censura.

Para la derecha y los centristas, lo ocurrido es "la historia de un naufragio", "el secuestro de Francia", la demostraci¨®n de que "Hollande y Valls no gobiernan Francia, sino el psicodrama de su partido". "Inadmisible, una verdadera verg¨¹enza" para la CGT, el principal sindicato del pa¨ªs que anuncia nuevas movilizaciones porque son "m¨¢s necesarias que nunca". "Un gesto escandaloso, autoritario", para el ultraderechista Frente Nacional.

Es la segunda vez que el Gobierno socialista de Hollande acude a tan extraordinario mecanismo de discutible pr¨¢ctica democr¨¢tica, como se?alan los socialistas rebeldes. El a?o pasado, Valls lo utiliz¨® tambi¨¦n para sacar adelante la ley de liberalizaci¨®n econ¨®mica, denominada Ley Macron por el apellido de su promotor y ministro de Econom¨ªa, Emmanuel Macron.

Esa ley y el proyecto ahora aprobado por decreto, tambi¨¦n conocido como ley Khomri, son las dos ¨²nicas reformas legales de cierto calado emprendidas por Hollande y las dos ser¨¢n aplicadas gracias a ese extraordinario mecanismo de la Constituci¨®n francesa, pero no con apoyo parlamentario. Hollande tambi¨¦n ha tenido que renunciar a su medida antiterrorista estrella, la retirada de nacionalidad a terroristas, por falta de apoyos. Esta debilidad se pone de relieve a solo un a?o de las elecciones presidenciales, fijadas para el 23 de abril y el 7 de mayo.

En el caso de la reforma laboral, el rechazo en el Parlamento y en la calle se ha mantenido pese a las cesiones acordadas por el Gobierno. Las reducciones en las indemnizaciones por despido, por ejemplo, pasaron de ser obligadas a ser consideradas una referencia para los tribunales laborales. Y los contratos temporales, anunci¨® el Ejecutivo, ser¨¢n penalizados con m¨¢s impuestos para premiar los indefinidos, algo que ahora est¨¢ en el alero.

El Gobierno, sin embargo, mantuvo dos principios rechazados de plano por los sindicatos: menos trabas para los despidos colectivos por problemas econ¨®micos y prioridad a los acuerdos en las empresas por encima de los sectoriales.

El golpe de autoridad del Gobierno coincide con la amenaza de los empresarios de romper las negociaciones con el Ejecutivo sobre sus aportaciones al seguro de paro debido a esas cesiones en la reforma laboral, cuyo texto originario solo era apoyado precisamente por la patronal y la derecha.