Lo que otros no te quieren contar
Es tal la informaci¨®n basura de la blogosfera que el p¨²blico exige credibilidad y confianza
La prensa tradicional ha muerto, sentenciaron algunos especialistas, cuando el portal TMZ.com se anticip¨® a los grandes diarios e inform¨® al mundo el fallecimiento de Michael Jackson en 2009. No obstante, el caso mismo de Michael Jackson revela que este aparente desplazamiento es m¨¢s complejo de lo que parece. El mundo se enter¨® por TMZ, pero no lo acept¨® hasta que poco m¨¢s tarde la p¨¢gina digital de Los Angeles Times confirm¨® la muerte, citando fuentes oficiales. Es decir, el dato fue ¡°real¡± s¨®lo cuando un medio profesional lo dio por bueno.?
En otras palabras, el sentido de oportunidad y muchas de las primicias pueden haberse desplazado tendencialmente a los sitios digitales, a Facebook y Twitter, pero la credibilidad, al menos hasta hace poco, segu¨ªa siendo atributo de las casas editoriales capaces de inspirar confianza.
Muy pronto nos dimos cuenta de que la credibilidad no bastaba. En los primeros a?os, los grandes diarios simplemente se dedicaron a replicar en la nube la informaci¨®n depositada en sus p¨¢ginas. La operaci¨®n segu¨ªa privilegiando la edici¨®n del d¨ªa siguiente, lo cual era absurdo: publicar una informaci¨®n 12 horas despu¨¦s de recibida resultaba anacr¨®nico y tard¨ªo frente a la inmediatez de los sitios digitales nativos. Algunos pensaron que esa batalla estaba perdida y que los diarios tendr¨ªan que reivindicarse publicando la informaci¨®n al d¨ªa siguiente pero con mayor contexto y profundidad. El hecho de que los principales ingresos procedieran de la publicidad vertida en el papel parec¨ªa confirmar esta vocaci¨®n. Por desgracia, los lectores no compartieron tal conclusi¨®n; muchos de ellos dejaron de leer peri¨®dicos. Poco a poco los editores y directivos entendieron que estaba muriendo el modelo de negocio que funcion¨® durante 150 a?os. El futuro de las grandes cabezas de la prensa ser¨ªa digital o no ser¨ªa ninguno.?
Hoy puede verse la revoluci¨®n en marcha que tiene lugar empresas como The New York Times, The Washington Post, EL PA?S, The Guardian o los principales diarios en Am¨¦rica Latina. Procesos de cambios in¨¦ditos, en buena medida a partir del ensayo y error, encaminados a desarrollar una personalidad netamente digital, sin perder los atributos de calidad y credibilidad que los hicieron grandes.?
Por su parte, los diarios digitales caminan en sentido inverso. Prosperaron gracias a su ventaja comparativa explotando su sentido de oportunidad frente a los diarios tradicionales, pero han entendido que eso tampoco bastaba. Es tal la informaci¨®n basura de la blogosfera que el p¨²blico ha terminado por exigir est¨¢ndares m¨ªnimos de credibilidad y confianza. Muchos de estos diarios digitales han cerrado o se encuentran en proceso de hacerlo frente al repudio de usuarios y anunciantes. Con todo, algunos pocos en cada pa¨ªs han logrado sobrevivir a este proceso hasta convertirse en verdaderos protagonistas de la conversaci¨®n p¨²blica y del universo informativo.?
Gracias a este proceso de convergencia de los dos sectores (medios impresos que se digitalizan y medios digitales que se profesionalizan), hoy atestiguamos un panorama h¨ªbrido en materia informativa. Una docena de diarios digitales, con redacciones y producci¨®n period¨ªstica propia, rivalizan en tr¨¢fico e impacto con la prensa tradicional. El Faro de El Salvador, Sin embargo.mx y Animal Pol¨ªtico en M¨¦xico, IDL en Per¨², La Silla Vac¨ªa en Colombia, Elmostrador en Chile, Plazap¨²blica y N¨®mada en Guatemala, Ojop¨²blico en Per¨², entre otros, se han vuelto referentes en sus respectivas comunidades.
En realidad se trata de un fen¨®meno mundial; tiene lugar en EE UU, Espa?a o Alemania, pero en Am¨¦rica Latina la emergencia de estos sitios ha resultado clave porque subsana las carencias de una prensa que, salvo honrosas excepciones, ha mostrado una vocaci¨®n oficialista o una vergonzante complicidad con las ¨¦lites pol¨ªticas y empresariales. Muchos de los diarios digitales citados arriba constituyen no s¨®lo una voz fresca; son tambi¨¦n referencias imprescindibles para entender realidades ocultas e informaci¨®n que, como dice Ojop¨²blico, otros no te quieren contar.
@jorgezepedap
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