La mirada perdida de Buteflika
El r¨¦gimen argelino est¨¢ paralizado ante la crisis, como su presidente en la silla de ruedas
![El primer ministro francés, Manuel Valls, y el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, el 10 de abril en Argel.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XFF3XJNWXKO7XYW3YTVRN5YCLM.jpg?auth=52f3a1f276ba86ba489a52c5947fe4ac20c3529ffd5e1f5456386a02ebd04a5e&width=414)
Manuel Valls se llev¨® el dem¨¦rito con su tuit en el que aparec¨ªa sentado junto a un Abdelaziz Buteflika con la mirada fija y desencajada. Jean-Louis Debr¨¦, expresidente del Consejo Constitucional franc¨¦s, remat¨® la faena con su libro Lo que no pod¨ªa decir, en el que proporciona detalles de las dificultades expresivas del anciano presidente durante su entrevista del pasado diciembre. Sendos v¨ªdeos del ministro de Exteriores ruso, Sergu¨¦i Lavrov, y del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, disponibles en YouTube, ofrecen la misma imagen decr¨¦pita de un presidente incapaz de regir los destinos de su pa¨ªs, pero no han suscitado ni cr¨ªticas ni debates.
La explicaci¨®n es el prejuicio ampliamente compartido en la vecina Argelia: nada malo sucede en que no est¨¦n los franceses de por medio. Es imposible ocultar, desde la ¨²ltima campa?a presidencial en la que ni siquiera particip¨®, que Buteflika, sentado en su silla de ruedas, nunca se recuperar¨¢ del ictus que sufri¨® hace tres a?os. Pero si su par¨¢lisis tiene carta de naturaleza p¨²blica es por culpa de Francia, un pa¨ªs con el que Argelia mantiene unas relaciones tan estrechas como dif¨ªciles y llenas de mutuos resentimientos y susceptibilidades, celos y complejos.
Los medios oficiales pretenden que quien fue el ministro de Exteriores m¨¢s joven del mundo conserva enteras la inteligencia y claridad de juicio. Tambi¨¦n lo confirma Debr¨¦ en su libro, aunque la exhibici¨®n de clarividencia sea mero fruto de una esmerada preparaci¨®n de las escasas y breves reuniones en las que participa el anciano.
Si las ¨¦lites argelinas, fundamentalmente militares y servicios secretos, decidieron que solo ten¨ªan a un pobre enfermo para presidir el pa¨ªs es porque no han conseguido arbitrar la guerra sorda que hay entre los clanes del poder en un momento que se percibe como un fin de r¨¦gimen. Argelia solo exporta productos energ¨¦ticos (97%), con los que financia un 60% del presupuesto, cuya parte del le¨®n son unas fuerzas armadas y de seguridad que le sit¨²an entre los de mayor gasto militar de ?frica.
Ahora acaba de lanzar una emisi¨®n de bonos patri¨®ticos, con los que obtener liquidez de sus propios ciudadanos y bombear de la econom¨ªa informal. No tiene deuda exterior, fruto de los a?os de bonanza, pero pronto no quedar¨¢ nada en la hucha de las rentas energ¨¦ticas. Los esc¨¢ndalos pol¨ªticos se amontonan, la inestabilidad geopol¨ªtica presiona sobre sus fronteras y persiste o incluso se incrementa la amenaza del terrorismo interior.
Todos los pa¨ªses dependientes del petr¨®leo deber¨¢n recortar subvenciones y diversificar su econom¨ªa. En el caso argelino, nada hay similar al plan saud¨ª, a pesar de que las se?ales de alarma vienen sonando desde 2014, cuando empez¨® la ca¨ªda de los precios energ¨¦ticos. Al contrario, incapaz de abordar la crisis y resolver las querellas entre sus clanes internos, el r¨¦gimen sigue exhibiendo su par¨¢lisis, como Buteflika en su silla de ruedas, a la espera de la muerte que le acecha.
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