La guerra y el colapso econ¨®mico llevan a los sirios a un incierto exilio
Cinco millones de sirios est¨¢n refugiados en los pa¨ªses vecinos y casi un mill¨®n en Europa.
Tras 62 meses en guerra, a los sirios les sobran motivos para huir al exilio. Un cuarto de los 23 millones que habitaban la Siria previa a esta guerra han buscado refugio fuera de su pa¨ªs. Cinco millones lo han hecho en los pa¨ªses vecinos (un mill¨®n en L¨ªbano, 2,7 millones en Turqu¨ªa y unos 650.000 en Jordania), y unos 800.000 en Europa. Empujados por unos frentes b¨¦licos vol¨¢tiles, otros ocho millones de sirios han abandonado sus hogares para recorrer un periplo marcado por m¨²ltiples desplazamientos dentro de su propio pa¨ªs. Huyen de la muerte en un conflicto que se ha cobrado m¨¢s de 270.000 vidas, seg¨²n la ONU, y m¨¢s de 400.000 seg¨²n organizaciones locales. Empujados por la guerra, cientos de miles han emprendido la peligrosa traves¨ªa que implica cruzar el Mediterr¨¢neo, vendiendo sus casas y conservando de sus vidas lo poco que quepa en una mochila con capacidad de 20 litros.
Ninguna familia siria se libra de llorar a un muerto en este conflicto que ha generado la peor crisis humanitaria en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La guerra ha dividido a Siria entre cuatro capitales. Al noreste, Raqa se impone como coraz¨®n del autoproclamado califato el Estado Isl¨¢mico (ISIS por sus siglas en ingl¨¦s). Los vecinos huyen del martilleo de un cielo concurrido por las aviaciones de m¨¢s de una decena de pa¨ªses. En tierra, recurren a traficantes de personas para escapar de una represi¨®n marcada por latigazos, crucifixiones o amputaciones que impone ISIS en su ac¨¦rrima lectura del islam. Al norte, Kobane simboliza la capital kurda de Rojava, donde los civiles huyen de m¨²ltiples frentes amonton¨¢ndose en una frontera turca, fortificada tras la construcci¨®n de muros.
Al noroeste del pa¨ªs, el Frente de la Conquista (paraguas que engloba desde facciones rebeldes moderadas a yihadistas de Al Qaeda) se hizo un a?o atr¨¢s con la capital de provincia Idlib. Acosados por cambiantes frentes entre tropas regulares y rebeldes as¨ª como bombardeos del r¨¦gimen, los sirios de esta regi¨®n tambi¨¦n sufren la ausencia de unas infraestructuras b¨¢sicas como el acceso a agua o electricidad, pero sobre todo de atenci¨®n m¨¦dica y escolarizaci¨®n. De ah¨ª que el 60 % de los 18 millones que a¨²n permanecen en Siria hayan buscado refugio en las zonas controlados por el Gobierno de Bachar el Asad. Una extensi¨®n que abarca poco m¨¢s de un tercio del territorio nacional.
Sin vislumbrar la luz al final del t¨²nel, los sirios est¨¢n psicol¨®gicamente exhaustos. Con la vertiginosa devaluaci¨®n de la lira siria, los 2.000 euros ahorrados antes de que la guerra comenzara en 2011 valen hoy 170. Los sueldos del 1,5 millones de funcionarios (de entre 50 a 100 euros mensuales) junto a la econom¨ªa de guerra permiten que parte de la poblaci¨®n sobreviva, evitando una avalancha mayor de refugiados. Sin embargo, muchos desplazados ya no tienen un hogar al que regresar. Abdul¨¢ al Dardari, Secretario Ejecutivo Adjunto de la Comisi¨®n Econ¨®mica y Social para el Oeste Asi¨¢tico de la ONU (ESCWA), y antiguo viceministro de econom¨ªa sirio, estima en 160.000 millones de euros el coste de la reconstrucci¨®n en Siria.
A las din¨¢micas geogr¨¢ficas del ¨¦xodo forzoso se suman tambi¨¦n las generacionales. Varones en edad de ser reclutados para el servicio militar desertan en masa de una guerra que hoy ven ajena con la progresiva injerencia extranjera. M¨¢s de 70.000 soldados regulares han desertado, seg¨²n datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Ante la falta de escolarizaci¨®n, los padres de la generaci¨®n perdida han de elegir entre nutrir las filas de ni?os trabajadores en Siria o exiliarse en busca de un futuro mejor para ellos. En el exilio y condenados al limbo, cada mes se suman m¨¢s reci¨¦n nacidos a la generaci¨®n de la guerra, con m¨¢s de 50.000 ni?os nacidos de refugiados sirios que son indocumentados solo en L¨ªbano.
El n¨²mero de desplazados aumenta cada d¨ªa con el desmoronamiento de una tregua que pende de un hilo en la provincia de Alepo. Pero en lo m¨¢s bajo del escalaf¨®n, a la cola de refugiados y desplazados, se consumen las vidas de aquellos que no disponen siquiera de recursos para huir de las zonas de combate. Entre ellos, dos millones de personas, seg¨²n datos de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF), sobreviven al filo de la hambruna en los cercos impuestos por m¨²ltiples bandos.
Con la llegada del verano y un mar en calma, las mujeres convertidas en cabeza de familia se disponen a hacer la maletas y desafiar al Mediterr¨¢neo junto a las verjas y muros que proliferan en Europay el acuerdo EU -Turqu¨ªa. Quieren reencontrarse con sus maridos que lograron llegar a la UE en barcazas, pero fracasaron en proveerles un pasaje seguro con una reunificaci¨®n familiar que nunca se materializ¨®.
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