La oposici¨®n argentina aprueba la ley antidespidos y fuerza a Mauricio Macri a vetarla

Argentina vive desde hace semanas enfrascada en un debate sobre una ley antidespidos que todos los pol¨ªticos saben que no se va a aplicar en ning¨²n caso. La ley es m¨¢s bien la excusa para una gran batalla pol¨ªtica de la oposici¨®n contra el Gobierno que el Ejecutivo finalmente perdi¨®. La ley se aprob¨® hoy, y el presidente Mauricio Macri se ver¨¢ obligado a vetarla ma?ana mismo, con el coste pol¨ªtico que eso supone. Los resultados de la votaci¨®n dejaron en evidencia una realidad: el Gobierno est¨¢ en minor¨ªa clara en las dos C¨¢maras. En la de Diputado hubo 147 votos a favor, tres en contra y 88 abstenciones, las de los macristas, que optaron por esta v¨ªa de minimizar la derrota. Macri ya sabe as¨ª que si las cosas se ponen feas solo puede contar con esos 88 votos.

La ley antidespidos, que los dificulta durante seis meses porque dobla la indemnizaci¨®n, se ha revelado como una maniobra muy h¨¢bil de la oposici¨®n y los sindicatos peronistas, que promovieron su aprobaci¨®n y la respaldaron con una masiva manifestaci¨®n en las calles de Buenos Aires que sirvi¨® para recordarle a Macri que si profundiza el ajuste tendr¨¢ delante a los sindicatos m¨¢s poderosos de Am¨¦rica Latina, unidos de forma in¨¦dita contra ¨¦l. Desde el Gobierno insisten en que Macri conserva una alta valoraci¨®n social ¨Cse ha frenado su ca¨ªda en las encuestas- y la mayor¨ªa de los ciudadanos asume que le dejaron una herencia econ¨®mica p¨¦sima, por lo que entiende que los primeros meses de su Gobierno van a ser duros.

Pero esta batalla pol¨ªtica que supone la aprobaci¨®n de la ley antidespidos no es de corto plazo. La oposici¨®n est¨¢ librando dos guerras a la vez. Primero, la interna, ya que est¨¢ sumida en una profunda divisi¨®n y varios sectores luchan para ver qui¨¦n encabeza el peronismo y por tanto la oposici¨®n a Macri. La otra, contra el Gobierno. Esta ley se ha convertido en un aviso, un pulso con Macri para recordarle que no controla el Parlamento.

El presidente ofreci¨® una imagen al mundo de control absoluto cuando logr¨® que dos tercios del Congreso y el Senado aprobaran el pacto con los fondos buitre. El mensaje lanzado sobre todo a los inversores internacionales fue rotundo, como destac¨® el ministro de Econom¨ªa, Alfonso Prat Gay: Macri mostraba que pod¨ªa arrasar con una ley tan dif¨ªcil como esa y aisl¨® al kirchnerismo, que se qued¨® en minor¨ªa. Entonces lo logr¨® con la ayuda de los gobernadores peronistas, que necesitan el dinero del Gobierno, y de Sergio Massa, el peronista disidente que domina el Parlamento porque con sus votos desempata las votaciones.

Pero desde entonces ¨Cfue en marzo- la inflaci¨®n no ha parado de crecer, lleg¨® el tarifazo de la luz, el gas, el agua, el transporte y la gasolina y el descontento social est¨¢ creciendo. En ese ambiente, el peronismo le ha lanzado un mensaje a Macri al recordarle que puede hacerle las cosas muy dif¨ªciles en el Parlamento.

Sin embargo el presidente parece muy tranquilo y quiere convertir el veto a esta ley hoy en un acto pol¨ªtico de autoridad. Algunos sindicatos amenazaron con una huelga general si Macri veta la norma, pero no parece probable que ocurra. M¨¢s bien todo apunta a una maniobra de tanteo en la que las dos principales fuerzas del pa¨ªs, el Gobierno y el peronismo, est¨¢n buscando hasta d¨®nde llega el poder de cada uno.

Internamente, seg¨²n la mayor¨ªa de los analistas, Macri no sufrir¨¢ un coste demasiado alto por el veto. Pero externamente puede ser m¨¢s complejo. Tanto los Gobiernos de otros pa¨ªses como los inversores internacionales que Argentina necesita preguntan mucho por la capacidad del Gobierno de controlar el Parlamento. ¡°Muchos inversores ven enormes posibilidades econ¨®micas en Argentina pero tienen dudas por la situaci¨®n pol¨ªtica¡±, explica uno de los intermediarios con estos grandes empresarios que piensan meter su dinero en el pa¨ªs austral. Es ah¨ª donde Macri tendr¨¢ que hacer m¨¢s esfuerzos.

Los argentinos ya saben que en este pa¨ªs presidencialista el que tiene el Gobierno tiene casi todo el poder, pero ahora el presidente tendr¨¢ que convencer tambi¨¦n a los extranjeros de que sigue controlando Argentina y nada va a frenar las reformas que tiene previstas.