Nacionalismo y econom¨ªa, el c¨®ctel de la cumbre del G7 en Jap¨®n

Aunque no tiene la carga pol¨¦mica de Yasukuni, el santuario sinto¨ªsta en Tokio en el que se venera a varios criminales de guerra nipones, Ise Singu no est¨¢ exento de simbolismo. Est¨¢ dedicado a la diosa del sol Amaterasu Omikami. Y uno de los pilares del sinto¨ªsmo tradicional es que el emperador desciende directamente de la diosa. Un pilar que se emple¨® con abundancia durante la Segunda Guerra Mundial, para empujar al pueblo a sufrir, a luchar o -llegado el caso- a inmolarse por Hirohito.

Abe ha asegurado que eligi¨® la pen¨ªnsula de Ise-shima como sede de la cumbre por su ¡°belleza natural, su cultura y sus tradiciones¡±. Pero el primer ministro es miembro del Shinto Meiji Renmei, una asociaci¨®n que busca que el sinto¨ªsmo recupere en la pol¨ªtica la prominencia que un d¨ªa tuvo. Es tambi¨¦n un palad¨ªn del nacionalismo revisionista japon¨¦s que considera que el pa¨ªs fue m¨¢s una v¨ªctima que un culpable de la guerra, y que quiere desempe?ar un papel m¨¢s activo en Asia. Abe es un asiduo visitante del santuario.

Despu¨¦s de la guerra, la Constituci¨®n japonesa impuesta por Estados Unidos elimin¨® el car¨¢cter oficial del sinto¨ªsmo y prohibi¨® a su Gobierno favorecer una religi¨®n sobre otras. Tambi¨¦n incluy¨® una cl¨¢usula pacifista que le impide combatir en guerras.

Son cambios que al primer ministro le gustar¨ªa cancelar. El a?o pasado ya logr¨® la aprobaci¨®n de una reinterpretaci¨®n de la Constituci¨®n que permitir¨¢ a las fuerzas de autodefensa niponas participar en combate para ayudar a un aliado bajo una serie determinada de supuestos, y ha dejado saber que ambiciona una reforma propiamente dicha de la Carta Magna. ¡°No debemos alimentar la sensaci¨®n de que nadie se atreve a poner un dedo sobre la Constituci¨®n¡±, ha declarado ante un comit¨¦ parlamentario.

Una foto con los l¨ªderes mundiales, especialmente en el santuario, representar¨ªa un espaldarazo para el primer ministro, que considera la posibilidad de anunciar nuevas elecciones anticipadas este verano.

Tras la foto, los l¨ªderes de Jap¨®n, EE UU, Canad¨¢, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia comenzar¨¢n las sesiones de trabajo del G7. La econom¨ªa, y c¨®mo estimular el d¨¦bil crecimiento ser¨¢ una de las grandes protagonistas, aunque no se esperan grandes acuerdos. Los participantes sostienen posiciones diferentes, y mientras Jap¨®n y Canad¨¢ aspiran a aumentar el gasto p¨²blico, el Reino Unido y, sobre todo, Alemania, no quieren o¨ªr hablar de esa posibilidad. Berl¨ªn propone, por su parte, reformas estructurales.

La reuni¨®n de ministros de Finanzas del G7 se cerr¨® la semana pasada con la conclusi¨®n de que cada pa¨ªs deber¨¢ decidir si utiliza medidas fiscales, y se espera que la cumbre de Ise-shima se manifieste en t¨¦rminos similares, con una f¨®rmula de equilibrio entre est¨ªmulos fiscales, reformas estructurales y pol¨ªtica monetaria.

Los l¨ªderes hablar¨¢n tambi¨¦n de la lucha contra el terrorismo, el programa nuclear norcoreano, la posible salida del Reino Unido de la Uni¨®n Europea, la crisis de los refugiados o el cambio clim¨¢tico. Tienen tambi¨¦n previsto emitir una declaraci¨®n sobre la necesidad de mantener ¡°el imperio de la ley¡± en el mar del sur de China.

Pero la mayor atenci¨®n est¨¢ puesta en un acontecimiento ajeno al G7: la visita de Obama, tras la clausura de la cumbre, a Hiroshima. Obama ser¨¢ el primer presidente de EE. UU. en ejercicio que visite la ciudad contra la que su pa¨ªs lanz¨® su primera bomba at¨®mica, el 6 de agosto de 1945.

En una breve rueda de prensa tras reunirse con Abe a su llegada a Jap¨®n, Obama afirm¨® que su visita "tendr¨¢ como objeto honrar a todas las v¨ªctimas de la II Guerra Mundial y reafirmar nuestra visi¨®n compartida de un mundo sin armas nucleares".