El rechazo al cambio provoca el peor estallido social en 20 a?os en Francia
Una descafeinada reforma laboral de un Gobierno debilitado alienta en todo el pa¨ªs la revuelta de un sindicato radicalizado
En un pa¨ªs ya conmocionado por el terrorismo, la batalla entre un Gobierno debilitado y un sindicato radicalizado ha llevado a Francia al caos a cuenta de una rebajada reforma laboral. Hac¨ªa dos d¨¦cadas que no se ve¨ªan gasolineras sin combustible, refiner¨ªas bloqueadas y cientos de miles de manifestantes en las calles. Tambi¨¦n entonces, en 1995, el estallido se origin¨® por una reforma, la de la Seguridad Social. Francia no admite reformas profundas. En todo caso, revoluciones.
Un directo colaborador del presidente Fran?ois Hollande, el experimentado ministro de Finanzas, Michel Sapin, el m¨¢ximo dirigente sindical y analistas consultados no se atreven a augurar c¨®mo acabar¨¢ esta grave crisis. En juego est¨¢ el modelo social de Francia, el futuro de la izquierda, el papel de los sindicatos o el futuro de Hollande y su primer ministro, Manuel Valls.
Un trimestre en pie de guerra
FEBRERO
La izquierda se rebela al conocer la reforma laboral.
MARZO
9. Primera movilizaci¨®n. 390.000 manifestantes.
10 y 14. Primeras rebajas en el texto.
14. Valls recibe a sindicatos y patronal.
31. Manifestaciones por toda Francia. Nace Nuitdebout.
MAYO
10. Valls aprueba la ley por decreto.
12. Valls supera una moci¨®n de censura.
19. Empiezan los bloqueos a refiner¨ªas. Escasez en gasolineras.
25. Huelgas en las 19 centrales nucleares.
JUNIO
10. Empieza la Eurocopa.
14. Convocada manifestaci¨®n nacional en Par¨ªs.
?Por qu¨¦ ahora? Es incomprensible que Hollande haya lanzado su m¨¢s dura reforma, no incluida en su programa electoral, a solo un a?o de las presidenciales y a tres meses de la Eurocopa. Ha avivado la divisi¨®n en la izquierda y la respuesta en la calle le ha devuelto al r¨¦cord de solo un 15% de popularidad. La oposici¨®n afirma que ¡°est¨¢ acabado¡±. ¡°No tiene autoridad ni credibilidad¡±.
Un colaborador del El¨ªseo explica que la primera parte de su mandato tuvo que dedicarla a equilibrar las desbocadas cuentas p¨²blicas, sobre todo el d¨¦ficit. La segunda, a mejorar la competitividad de las empresas con 40.000 millones en ayudas y ventajas. ¡°Ahora tocan las reformas estructurales¡±.
Pocas y rebajadas reformas. Pese a llamarla ¡°la legislatura reformista¡±, Hollande y Valls han aprobado muy pocas y rebajadas. ¡°Llevan 30 a?os diciendo que son necesarias, pero son siempre homeop¨¢ticas¡±, dice el historiador Beno?t Pellistrandi. Cita como ejemplo las cuatro ¡°insuficientes¡± reformas de las pensiones entre 1993 y 2013.
Implosi¨®n socialista. La ley origin¨® de inmediato otro foso en la izquierda y en el propio Partido Socialista, hoy en riesgo de implosi¨®n. 24 diputados rebeldes ¨Ccon otros 32 de la izquierda radical- apoyaron son su firma una frustrada moci¨®n de censura contra Valls. Ahora han pedido a Hollande que abandone ¡°estas reformas que inquietan leg¨ªtimamente y dividen in¨²tilmente a la izquierda¡±. Falto de apoyos en la Asamblea Nacional, donde perdi¨® la mayor¨ªa hace a?o y medio, Valls aprob¨® la reforma por decreto. Hace dos a?os predijo que ¡°la izquierda corre el riesgo de morir¡± si no hace reformas. Hoy augura algo peor: ¡°Este pa¨ªs se muere por sus conservadurismos, por la imposibilidad de reformarse¡±.
Cesiones inmediatas. El Gobierno lim¨® y edulcor¨® la ley, que facilita y abarata los despidos, tras las primeras protestas en marzo. Es lo habitual en Francia. Ahora est¨¢ abierto a negociar ¡°m¨¢s modificaciones¡±, pero la CGT le exige ¡°simple y sencillamente¡± que retire la ley, como repite el l¨ªder de ese primer sindicato, el duro Philippe Martinez.
Valls: ¡°Este pa¨ªs se muere por sus conservadurismos, por la imposibilidad de reformarse¡±.
Dimisi¨®n de Valls. El Gobierno apuesta sin fisuras por ¡°la firmeza¡±. Est¨¢ obligado para no perder la escasa credibilidad que le queda. Si retirase la ley o la rebajara m¨¢s, Valls, que admite ¡°errores¡± en la gesti¨®n del proyecto, tendr¨ªa que dimitir. Lo asumen en el Ejecutivo, aunque a?aden: ¡°Ese escenario no existe. Hollande no puede cambiar por segunda vez de primer ministro en dos a?os¡±.
Oportunidad para la CGT. Con 690.000 afiliados (lleg¨® a tener m¨¢s de tres millones), la CGT perd¨ªa miles cada trimestre y la CFDT, sindicato reformista que apoya el texto edulcorado, amenaza con quitarle el liderazgo. Hollande ha puesto en bandeja a Philippe Martinez y a su radicalizado sindicato la oportunidad de recuperar fuerza al movilizarse contra una ley denostada por m¨¢s del 60% de los franceses, porcentaje igual al de los convencidos de que el Ejecutivo se rendir¨¢. Como prueba de su radicalizaci¨®n, Martinez ha participado en incendios de barricadas ante centros de producci¨®n.
Eurocopa a la vista. A pocos d¨ªas de la Eurocopa en Francia, que empieza el d¨ªa 10, la capacidad de presi¨®n de los sindicatos es ¡°brutal¡±, reconoce el Ejecutivo. La CGT y sus seis organizaciones aliadas han pactado esta semana ¡°ampliar las movilizaciones¡±. Junio arrancar¨¢ con paros indefinidos en ferrocarriles y aviaci¨®n civil. El 14 habr¨¢ una manifestaci¨®n gigante en Par¨ªs. ?Acaso no era previsible una enorme protesta contra la reforma laboral? ¡°La meteorolog¨ªa social es una ciencia muy aproximativa¡±, respond¨ªa el viernes el ministro Sapin en una reuni¨®n con cuatro periodistas, uno de EL PA?S.
S¨®lo el ultraderechista Frente Nacional pesca en este r¨ªo revuelto
Huelgas en el ADN. Los paros, huelgas y manifestaciones ¡°est¨¢n en el ADN de los sindicatos franceses¡±, comenta Martinez. ¡°En 10 a?os ha habido 30 huelgas en el sector de la ense?anza¡±, recuerda Pellistrandi. El sector privado apenas participa en los paros. No cierra ninguna tienda.
Privilegiados. Entre los cientos de miles de asistentes a las manifestaciones hay cuatro colectivos identificables. La mayor¨ªa son representantes sindicales de empresas p¨²blicas o semip¨²blicas, como las de energ¨ªa o transporte p¨²blico. ¡°Son trabajadores con m¨¢s privilegios que el resto, con mejores condiciones laborales o de jubilaci¨®n¡±, asegura Pellistrandi. ¡°Una minor¨ªa¡±, insiste Valls.
Otro grupo lo componen estudiantes. El tercero lo integran grupos ¨¢cratas e indignados. Por ¨²ltimo, cientos de encapuchados violentos act¨²an regularmente por toda Francia y originan continuos enfrentamientos con la polic¨ªa. Ha habido ya m¨¢s de 400 polic¨ªas heridos y m¨¢s de 200 j¨®venes detenidos.
Le Pen gana. El ultraderechista Frente Nacional pesca en este r¨ªo revuelto, coinciden los sondeos. Su l¨ªder y candidata, Marine Le Pen, y los suyos rechazan la reforma, censuran a la CGT por ser de ¡°la extrema izquierda¡± y critican al Gobierno por no emplear la mano dura en la calle. Nadie duda de que el a?o que viene ganar¨¢ la primera vuelta de las presidenciales. El ministro Sapin tiene claro el porvenir: ¡°La izquierda est¨¢ dividida. La derecha est¨¢ dividida. Quien se califique para la segunda vuelta frente a Le Pen ser¨¢ quien est¨¦ menos dividido¡±.
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