Los conservadores euroesc¨¦pticos se movilizan para derribar a Cameron

La diputada conservadora Nadine Dorries abr¨ªa el fuego el domingo ante las c¨¢maras de televisi¨®n confirmando que ya ha escrito una carta al comit¨¦ del Partido Conservador solicitando un voto de no confianza contra el primer ministro Cameron por haber ¡°mentido al pueblo brit¨¢nico¡±. Medio centenar de diputados respaldan esa iniciativa, confirmaba su colega Andrew Bridgen, aunque est¨¢n a la espera del desenlace del plebiscito. Incluso si los electores se decantan por la permanencia en la Uni¨®n Europea, s¨®lo un resultado muy holgado (que Dorries fija en 20 puntos de ventaja) impedir¨ªa la puesta en marcha de ese mecanismo, que s¨®lo precisa el aval de 50 parlamentarios.

El sector rebelde no dispone, sobre el papel, de la fuerza necesaria para derribar al l¨ªder ¡ªla mitad de los 331 miembros del grupo parlamentario¡ª ni del apoyo de los principales dirigentes del campo del Brexit, que por ahora apelan a guardar la calma aunque sigan sin ahorrarse cr¨ªticas al primer ministro. Pero Bridgen y su grupo si pueden llegar a bloquear la legislaci¨®n que Cameron presente ante el Parlamento en los pr¨®ximos meses, tal y como han amenazado, una decisi¨®n que paralizar¨ªa al Gobierno y podr¨ªa forzar un adelanto electoral.

La guerra interna de los conservadores, alimentada por una escalada de reproches mutuos y descalificaciones entre los dos sectores que el s¨ª y el no al Brexit, amenaza con devenir en un partido ingobernable para Cameron. No hay d¨ªa en que alg¨²n ministro del sector antieuropeo no se despache contra su jefe de filas desde los titulares de la prensa. Como el activo y muy popular Michael Gove, que el domingo exigi¨® al primer ministro que se retracte de sus promesas electorales de reducir la cuota de inmigrantes, habido su fracaso a tenor de las ¨²ltimas cifras oficiales, ¡°porque resulta corrosivo para la confianza de los ciudadanos en la pol¨ªtica¡±. Boris Johnson, el ex alcalde de Londres que, al igual que Gove, tiene aspiraciones de reemplazar a Cameron, se sum¨® a esa demanda. Esta del Brexit se ha convertido en la pelea definitiva entre Johnson y su amigo Cameron.?

O como la diputada Priti Patel, que al tiempo denunciaba que David Cameron ¡°es demasiado rico¡± para preocuparse de cuestiones que, como el repunte de la inmigraci¨®n, ¡°tanto da?o hacen a las clases m¨¢s modestas¡± por la a su juicio insoportable presi¨®n que los reci¨¦n llegados suponen sobre los servicios p¨²blicos. Este tipo de aseveraciones, o la del antiguo consejero de Downing Street, Steve Hilton, asegurando que Cameron es en realidad un euroesc¨¦ptico de coraz¨®n, siguen deteriorando d¨ªa a d¨ªa su liderazgo.

Inquirido sobre la posibilidad de un golpe de Estado interno en el Partido Conservador, un portavoz de Cameron se ha limitado a subrayar que ¡°el primer ministro est¨¢ enfocado en este momento s¨®lo en la gran cuesti¨®n que afronta el pa¨ªs, y ¨¦sa es si seguiremos formando parte de la Uni¨®n Europea o la abandonaremos¡±. La respuesta llegar¨¢ a partir del 23 de junio, pero a partir del d¨ªa siguiente comenzar¨¢ otra batalla.