Migrantes, un r¨ªo revuelto en Centroam¨¦rica
Tras meses de crisis en Costa Rica y Panam¨¢, m¨¢s de 9.000 personas buscan todav¨ªa un futuro mejor en EE UU atravesando el continente
Kembo, su esposa Elena y el ni?o Benie salieron de Goma, en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, el 14 de noviembre y su plan era pasar las navidades en Estados Unidos. En medio estaba el oc¨¦ano Atl¨¢ntico y una dif¨ªcil ruta terrestre a trav¨¦s de 10 pa¨ªses de Centroam¨¦rica, pero los coyotes le promet¨ªan tardar menos de 50 d¨ªas en colocarlos en la frontera del ¡°sue?o americano¡±, como a tantos miles de migrantes africanos o asi¨¢ticos en la ¨²ltima d¨¦cada.
Cinco meses despu¨¦s, varados en la frontera de Paso Canoas, entre Panam¨¢ y Costa Rica, entend¨ªan que los traficantes de migrantes los enga?aron, pero sobre todo comprendieron que ya no es tan f¨¢cil cruzar el istmo centroamericano. Sentados bajo un toldo de la Cruz Roja y rodeados de otros 600 africanos que tambi¨¦n clamaban por el permiso para seguir rumbo al norte, la familia lamentaba no haber hecho el viaje un a?o antes, cuando el flujo migratorio irregular era silencioso y constante.
Las cosas han cambiado. Los senderos migratorios hacia Europa est¨¢n colapsados y Am¨¦rica se ha cotizado como destino; los cubanos se han lanzado en masa por el temor a la suspensi¨®n de las pol¨ªticas benefactoras de EE UU y han atiborrado una ruta hasta causar crisis como la que enfrent¨® Costa Rica hasta febrero y la que a¨²n maneja Panam¨¢.
¡°No sab¨ªamos nada de esto¡±, explica Kembo, taxista en Goma hasta que se decidi¨® a vender coche y casa para pagar 6.000 d¨®lares a ¡°gente que ayuda¡± (coyotes) y sumarse a la corriente extracontinental que ya cruzaba Centroam¨¦rica desde hace unos ocho a?os, seg¨²n la oficina regional de la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones (OIM). Y que sigue cruzando, como se?al¨® este mes en la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) el canciller tico Manuel Gonz¨¢lez. Dijo que m¨¢s de 9.000 migrantes vienen de Sudam¨¦rica hacia Centroam¨¦rica, por lo que urgi¨® a enfrentar conjuntamente el problema, a pesar de la descoordinaci¨®n que hasta ahora ha primado.
Las cosas est¨¢n m¨¢s dif¨ªciles en esta ruta penosa de fronteras permeables y polic¨ªas sobornables ¡ªseg¨²n cuentan los viajeros¡ª que sale desde Brasil, Venezuela, Per¨² o Ecuador, que se enrumba por Colombia y toma el istmo centroamericano con sus siete pa¨ªses para tocar M¨¦xico en la ciudad sure?a de Tapachula y embocarse hacia EE UU. Los gobiernos han reforzado fronteras y desarticulado una parte de las redes de tr¨¢fico de personas.
Ni la peligrosidad del camino ni el dineral que deben pagar a coyotes o polic¨ªas corruptos desestimula a los migrantes. ¡°M¨¢s bien m¨¢s nos esforzamos, porque si tanto nos ha costado llegar aqu¨ª, m¨¢s nos esforzamos por hacer que sirva de algo, por llegar a EE UU¡±, dec¨ªa Kembo antes de ser trasladado con su familia a un centro de registro y despu¨¦s ser dejado en libertad, lo que sin duda aprovechan ¨¦l y todos para de inmediato buscar el camino hacia el norte y cruzar por pasos informales a Nicaragua; y continuar. ¡°?Trump? No s¨¦ qui¨¦n es ¨¦l, pero nada nos va a detener¡±, aseguraba con voz calma. Sab¨ªa que no ser¨ªa deportado, porque nadie ac¨¢ lleva su pasaporte. As¨ª se garantizan que las autoridades no puedan precisar identidad ni nacionalidad. Los documentos los tendr¨¢ alg¨²n coyote en el siguiente punto, en la siguiente frontera, explica una polic¨ªa de Migraci¨®n.
Cuando lleguen a esa frontera norte, los documentos habr¨¢n avanzado ya. Siempre adelante. Por eso no tienen pasaporte decenas de africanos que permanecen en el cant¨®n costarricense de Los Chiles, fronterizo con Nicaragua. Esperan el momento adecuado o el llamado del gu¨ªa para cruzar sin que el Ej¨¦rcito los rechace, mientras reciben alimentos o abrigo de organizaciones religiosas o de particulares. ¡°Sal¨ª hace tres meses de mi pa¨ªs y no voy a desistir de llegar a EE UU¡±, dijo Okomo Zonga, de Gab¨®n, al diario La Naci¨®n. Estos migrantes han dejado de ser invisibles, aunque falten piezas para armar sus historias.
En el camino
Algunos quedan en el camino, cuentan ellos. ¡°Vi morir a un hombre que caminaba muy enfermo entre Colombia y Panam¨¢, en una selva por donde cruzamos para estar lejos de los polic¨ªas¡±, contaba a EL PA?S D¡¯jamba Kasongo, tambi¨¦n congole?o, quien estuvo trabajando un tiempo en Colombia en la colecta de caf¨¦. Es muy posible que sea cierto, pues han desaparecido 18 migrantes en esta ruta este a?o, seg¨²n la informaci¨®n que la OIM incluye en su programa Missing Migrants Project.
¡°Es muy complicado, porque se trata de proteger los derechos humanos de los migrantes y atacar a las redes criminales. Los pa¨ªses est¨¢n desarrollando esfuerzos por promover una migraci¨®n regular¡±, dice Roeland de Wilde, jefe de la misi¨®n local de la OIM, acerca de las medidas de mayor control. Son decisiones recientes, despu¨¦s de varios a?os de descoordinaci¨®n entre gobiernos y de dejadez, pues en teor¨ªa las fronteras estaban cerradas, pero en la pr¨¢ctica cualquier pasaba, admite Kathya Rodr¨ªguez, directora de Migraci¨®n tica, a EL PA?S. ¡°Ahora sabemos que la regi¨®n no puede seguir cohonestando a estas redes de traficantes y que debemos impulsar medidas para gestionarlo, aunque la soluci¨®n es muy dif¨ªcil¡±, a?ade.
Entre la multitud abundan los j¨®venes, pero tambi¨¦n hay familias como la de Kembo con ni?os como Benie. No quieren quedarse en Centroam¨¦rica ni M¨¦xico. Solo quieren pasar. Lo repet¨ªan en una de las manifestaciones callejeras frente a c¨¢maras de televisi¨®n, con bailes y pancartas. ¡°D¨¦jennos pasar, d¨¦jennos pasar¡±, cantaban guiados por un hombre meg¨¢fono en mano, cubierto con pa?uelo de barras y estrellas. Alrededor, varios polic¨ªas miraban con m¨¢s curiosidad que rigor. Son los migrantes ex¨®ticos que han dejado de ser invisibles y han tornado en problema pol¨ªtico.
Conflictos entre los pa¨ªses ante una oleada ¡°imparable¡±
Despu¨¦s de que Nicaragua cerrara la frontera a los cubanos, en noviembre, Costa Rica intent¨® tapar los huecos de su frontera con Panam¨¢, por donde sin embargo siguen entrando migrantes. El Gobierno paname?o orden¨® cerrar su frontera con Colombia y esta semana le ha devuelto a un grupo de 300 viajeros, mientras otros centenares cruzan en sentido contrario por la selva de Dari¨¦n. Son africanos o asi¨¢ticos de Bangladesh, Nepal o Pakist¨¢n, adem¨¢s de haitianos que intentan pasar como extracontinentales, coinciden la OIM y Migraci¨®n de Costa Rica. Incluso han detectado brasile?os, sin determinar si son parte de los migrantes o de la red de coyotes.
¡°Esa migraci¨®n irregular es imparable¡±, reconoce la directora de Migraci¨®n tica, Kathya Rodr¨ªguez. La compara con un riachuelo que crece y que agrieta cualquier dique o que discurre entonces por otros caminos, pero sin perder el destino. La diferencia es que a m¨¢s dificultad, mejor negocio para los traficantes, pues m¨¢s dinero cobran a sus clientes y m¨¢s dinero estos son capaces de pagar.
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