Venezuela pierde fuelle en la OEA
La OEA intenta frenar con una declaraci¨®n la activaci¨®n de la Carta Democr¨¢tica
La Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) aprob¨® este mi¨¦rcoles una declaraci¨®n que insta a Venezuela a promover el di¨¢logo nacional y ¡°tiende la mano¡± de la regi¨®n, en palabras de sus autores, para facilitar ese necesario encuentro entre Gobierno y oposici¨®n.
El texto es descafeinado puesto que, m¨¢s all¨¢ de ser la primera vez que se expresan todos los Estados de la regi¨®n, no aporta nada nuevo a lo que se est¨¢ haciendo ya en cuanto a iniciativas regionales de di¨¢logo, especialmente la liderada por los expresidentes Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, Leonel Fern¨¢ndez y Mart¨ªn Torrijos, a la que se expresa un apoyo expl¨ªcito. Pero s¨ª tiene varias lecturas paralelas significativas. Por un lado, es el resultado de un largo pulso con Venezuela en el que, por primera vez en mucho tiempo, el pa¨ªs sudamericano tuvo que ceder. A la par responde, tal como reconocieron muchos de los actores fuera de micr¨®fono, a un intento de frenar al secretario general de la OEA, Luis Almagro, que se adelant¨® a los pa¨ªses al activar, la v¨ªspera, la Carta Democr¨¢tica Interamericana a Venezuela, un paso que Estados como Argentina hab¨ªan calificado de ¡°precipitado¡±.
Pese a lo suave de la declaraci¨®n, Venezuela se resisti¨® con u?as y dientes. Solo tras diez horas de intentas negociaciones logr¨® que se incluyeran algunos a?adidos que le permiten salvar la cara. Pero el mero hecho de que Caracas, que ten¨ªa su propio texto, no lograra frenar la declaraci¨®n elaborada por m¨¢s de 20 Estados y tuviera que adherirse a ella para evitar una votaci¨®n que evidenciara que no ten¨ªa los votos suficientes para frenarla, demuestra que la antigua todopoderosa Venezuela empieza a perder fuelle en la OEA. Y, por ende, en un hemisferio que cada vez oculta menos su preocupaci¨®n por el rumbo adoptado por Nicol¨¢s Maduro.
Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que a Venezuela ni se la mentaba casi en la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), el ente que refleja los equilibrios de poder en el hemisferio occidental. Respaldada por los votos del Alba y del Petrocaribe, as¨ª como por aliados casi incondicionales como la Argentina de Cristina Fern¨¢ndez o Brasil, Caracas lograba frenar cualquier intento de que la situaci¨®n del pa¨ªs, pese a la creciente preocupaci¨®n sotto voce de sus vecinos en los ¨²ltimos a?os, fuera discutida en el plenario de la OEA.
El intento de Panam¨¢ de llevar en 2014 las protestas sociales contra el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro cedi¨¦ndole una silla a la diputada opositora Mar¨ªa Corina Machado acab¨® en fracaso al forzar Caracas que esa reuni¨®n fuera celebrada a puerta cerrada. Y hace menos de un a?o, en plena crisis fronteriza, Colombia sufri¨® una humillante derrota cuando perdi¨®, por un solo voto, en su intento de convocar a una reuni¨®n de cancilleres para discutir el conflicto bilateral.
Pero algo est¨¢ cambiando. Varios pa¨ªses del Petrocaribe se empiezan a desmarcar del voto unificado con el que pod¨ªa contar hasta ahora Venezuela en la OEA. Lo mismo sucede con Ecuador, que particip¨® ¡°activamente¡± en la elaboraci¨®n de la declaraci¨®n que acab¨® teniendo que aceptar Caracas.
Pese a que muchos pa¨ªses est¨¢n molestos por la decisi¨®n de Almagro de ir por su cuenta y activar la Carta sin su consentimiento, pocos niegan que precisamente el crescendo de la presi¨®n de Almagro al Gobierno de Maduro sea el responsable de que la regi¨®n se haya puesto a hablar de Venezuela e incluso a intentar mediar para la b¨²squeda de una soluci¨®n. Paraguay, que no le perdona a Maduro su papel durante su propia crisis pol¨ªtica en 2012, cuando el presidente Fernando Lugo fue destituido por el Senado, es el ¨²nico pa¨ªs que ha apoyado abiertamente la iniciativa de Almagro. Su embajadora ante la OEA, Elisa Ruiz, dej¨® claro el descontento de su pa¨ªs con la resoluci¨®n. La diplom¨¢tica lament¨® que esta no incluya, como hab¨ªa solicitado Paraguay, ¡°la importancia de exhortar a todos los sectores en Venezuela a considerar el recurso de refer¨¦ndum revocatorio como punto de partida para la resoluci¨®n de la crisis¡±.
Adem¨¢s, destac¨® la urgencia de la situaci¨®n. ¡°No podemos proseguir con procedimientos dilatorios¡±, denunci¨® despu¨¦s de que sus colegas aprobaran por consenso ¡ªsin una votaci¨®n p¨²blica¡ª el texto acordado.
Paraguay no es el ¨²nico que considera que a la declaraci¨®n le faltan dientes. Canad¨¢ reconoci¨® que el texto es ¡°blando, d¨¦bil y mantiene silencio sobre principios fundamentales b¨¢sicos de democracia y de derechos humanos¡±. Tambi¨¦n Colombia, Estados Unidos y hasta la propia Argentina que lo impuls¨® admitieron que habr¨ªan querido ir m¨¢s lejos y proponer ¡°un texto m¨¢s duro, m¨¢s estridente, que lograra m¨¢s compromisos¡±.
¡°Pero lo m¨¢s lo m¨¢s importante es que haya una declaraci¨®n del Consejo Permanente que permita un di¨¢logo", subray¨® el representante alterno de Argentina, Julio C¨¦sar Ayala. Y a?adi¨® un mensaje directo a Almagro: Lo importante tambi¨¦n es, agreg¨®, que se haya logrado hacer ¡°escuchar la voz de esta organizaci¨®n a trav¨¦s de su Consejo Permanente, una voz que constituye el sentimiento y voluntad de todos sus Estados miembro¡±.
O como dijo antes su jefe, el embajador Juan Jos¨¦ Arcuri: ¡°Los Estados somos los due?os de esta organizaci¨®n¡±. El enfado argentino con Almagro qued¨® patente una vez m¨¢s al t¨¦rmino de la sesi¨®n. Arcuri, que como presidente rotatorio del Consejo Permanente tiene que dar los turnos de palabra, se la neg¨® expresamente al representante de Almagro, Gonzalo Koncke, y procedi¨® a cerrar la reuni¨®n a pesar de que este hab¨ªa solicitado hablar. Koncke, que acudi¨® en representaci¨®n de un Almagro que no quiso presentarse para que no se confundiera este encuentro con su iniciativa, se declar¨® ¡°desconcertado¡± con un gesto in¨¦dito en este organismo que gusta, ante todo, preservar la diplomacia.
Argentina defiende a su canciller
Argentina sali¨® este mi¨¦rcoles en defensa de su canciller, Susana Malcorra, ante crecientes cuestionamientos p¨²blicos de su actuaci¨®n hacia Venezuela. Su actitud conciliadora con Caracas pese a las promesas del presidente Mauricio Macri de denunciar lo que considera violaciones de derechos humanos en Venezuela no ha pasado desapercibida. Tanto p¨²blicamente como lejos de los micr¨®fonos, numerosos actores pol¨ªticos lo achacan a la candidatura de Malcorra a la secretar¨ªa general de la ONU, para lo cual necesita el apoyo de Caracas. Las voces han crecido tanto que los representantes argentinos ante la OEA se sintieron en la necesidad de negarlo abiertamente.
¡°Cualquier especulaci¨®n que circule sobre las intenciones de Argentina que no correspondan al genuino prop¨®sito de ayudar al pueblo venezolano es absolutamente falsa y carente de sustento¡±, afirm¨® el representante alterno de Argentina, Julio C¨¦sar Ayala.
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