Los pol¨ªticos son fr¨ªvolos porque as¨ª somos
Ejemplos como Trump podr¨ªan hacer pensar que el mundo va muy mal, pero no es el caso
"Existe en la naturaleza humana una fuerte propensi¨®n a despreciar las ventajas y magnificar los males del presente."? Edward Gibbon, historiador del siglo XVIII.
Nos re¨ªmos de Donald Trump y sus devotos, pero marcan el comp¨¢s de la pol¨ªtica electoral en otras democracias ricas del mundo, como Espa?a y Reino Unido. La irresponsabilidad es lo que define la ¨¦poca. Seg¨²n las encuestas, hay alrededor de 50 millones de personas en Estados Unidos dispuestas a dar el control del arsenal nuclear m¨¢s letal de la tierra a un personaje que, como dec¨ªa una columnista de The New York Times el viernes, nadie en su sano juicio dejar¨ªa a cargo de custodiar un aparcamiento. Encima, los barones del partido republicano de Abraham Lincoln han decidido apoyar su candidatura presidencial.
Reino Unido va por un camino similar. Primero, la manifiestamente absurda decisi¨®n del primer ministro David Cameron de anunciar un refer¨¦ndum sobre la permanencia de su pa¨ªs en la Uni¨®n Europea cuando ahora advierte al electorado que la salida significar¨ªa el Armaged¨®n para la econom¨ªa nacional. Segundo, los que hacen campa?a para el llamado Brexit hablan como si seguir dentro de la UE significara resignarse a vivir bajo un gobierno tirano de ocupaci¨®n. Tercero, aunque todos dicen que el voto que se celebrar¨¢ el 23 de junio ser¨¢ el m¨¢s transcendental en m¨¢s de una generaci¨®n, lo que en el fondo les importa a las principales figuras en el debate no es el bien nacional sino qui¨¦n asumir¨¢ el mando del partido gobernante conservador despu¨¦s.
En cuanto a Espa?a, como ya se ha demostrado, y quiz¨¢ se vuelva a demostrar despu¨¦s de las segundas elecciones que se habr¨¢n celebrado en medio a?o, los pol¨ªticos se resisten a hacer lo que el electorado les pide, formar un gobierno de coalici¨®n. Mientras todos hablan de que el pa¨ªs tiene problemas graves por resolver est¨¢ igual de claro que en Reino Unido que la prioridad para todos, en mayor o menor grado, es hacer avanzar los intereses de sus propios partidos.
La cuesti¨®n, entonces, es: ?por qu¨¦ tanta irresponsabilidad? La respuesta es porque no hay tanto en juego. Si uno se tomase en serio la histeria que se desata en las redes sociales y los chillidos de los Trump, los Brexiters, los Iglesias y compa?¨ªa uno deber¨ªa lamentarse de la mala suerte que nos toc¨® al haber nacido en tiempos como estos. La verdad es que los pol¨ªticos se pueden dar el lujo de juguetear con nosotros porque vivimos en tiempos de paz y prosperidad nunca vistos desde que el primer hombre o mujer pis¨® la tierra. En Oriente Pr¨®ximo, en Venezuela, y en algunos pa¨ªses m¨¢s se ha dado marcha atr¨¢s pero en la mayor parte del mundo, ?frica incluida, la tendencia es a mejor.
Baja la desnutrici¨®n, baja la mortalidad infantil, baja el analfabetismo, baja la delincuencia, la gente vive m¨¢s a?os que nunca (Espa?a ocupa el puesto n¨²mero uno de longevidad en Europa, y n¨²mero dos en el mundo detr¨¢s de Jap¨®n). Nuestros padres o abuelos padecieron guerras en las que murieron decenas de millones; dictaduras monstruosas como la sovi¨¦tica y las de los militares en Am¨¦rica Latina somet¨ªan con el terror a cientos de millones; el mundo entero vivi¨® bajo la amenaza de guerra nuclear durante casi 50 a?os. S¨ª, todav¨ªa hay trabajo para Amnist¨ªa Internacional y Human Rights Watch (y siempre lo habr¨¢, porque as¨ª somos) pero bastante menos que al final del siglo pasado.
?Qu¨¦ m¨¢s? Mucho m¨¢s. Los derechos de las mujeres, los derechos de los homosexuales, los derechos de las minor¨ªas raciales, la conciencia medioambiental; en todos los casos ha habido avances sin precedentes en apenas una generaci¨®n. No hay que bajar la guardia (ni se bajar¨¢, porque as¨ª somos) pero negar que en muy poco tiempo la humanidad ha ganado enormemente en respeto al pr¨®jimo y al planeta tierra es menospreciar el trabajo de toda esa valiosa gente que ha aportado su energ¨ªa a la causa.
Volviendo a los pa¨ªses ricos y sus pol¨ªticos irresponsables, por supuesto que sigue habiendo minor¨ªas que viven en la pobreza, aunque una pobreza relativa comparada con la norma para muchos m¨¢s en el siglo pasado Y por supuesto que seguimos viviendo bajo peligro, en particular el de los locos asesinos del ISIS, pero no se trata de un peligro existencial. El ISIS, como Al Qaeda en su d¨ªa y los fan¨¢ticos que tomar¨¢n el relevo del ISIS cuando ¨¦ste desaparezca, causar¨¢n dolor y muerte, quiz¨¢ ma?ana en un metro de Londres, quiz¨¢ en el torneo europeo de f¨²tbol que se inicia en Francia en pocos d¨ªas, quiz¨¢ en una playa espa?ola este verano. Pero no son Hitler. No acabar¨¢n con nuestra forma de vida.
Pero, porque as¨ª somos, siempre quedar¨¢ mucho por hacer. Es lamentable que haya tanta desigualdad entre los muy ricos y los dem¨¢s, y que haya una apreciable minor¨ªa de gente que aunque logre dar de comer a sus familias, lucha por hacerlo o depende de la caridad de los m¨¢s afortunados. Es lamentable que muchos no tengan acceso a una buena educaci¨®n o a servicios mejores de salud p¨²blica.
Y es precisamente porque queda mucho por hacer aunque mucho se haya logrado que la irresponsabilidad de tantos pol¨ªticos en pa¨ªses como Estados Unidos, Reino Unido y Espa?a es tan reprobable. Predican que quieren mejorar la calidad de vida de los que menos tienen pero act¨²an con complacencia y frivolidad. La fuerza de los tiempos en los que vivimos genera su propia debilidad. A la hora de poner la ret¨®rica tacticista a un lado y tomar decisiones estrat¨¦gicas, su comportamiento se basa, sin que quiz¨¢ ellos lo hayan captado, en que la mayor¨ªa votante vive mejor que nunca y lo que hoy se llama crisis no exige una toma de responsabilidad tan seria o urgente. Nada nuevo bajo el sol porque los seres humanos siempre han tendido a exagerar las miserias del tiempo presente. La pena es que, llegado el momento de la verdad, demasiados de nuestros pol¨ªticos hoy se dan el lujo de anteponer sus ri?as internas y sus ansias de poder a su declarada intenci¨®n de pelear por un mundo a¨²n mejor. Aunque as¨ª son, quiz¨¢, porque as¨ª somos.
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