Separarse del mundo

Solo con la p¨¦rdida se conoce el valor de las cosas. ?Qu¨¦ ser¨ªa para el mundo un Reino Unido fuera de la Uni¨®n Europea? Nadie se hab¨ªa planteado seriamente tal eventualidad hasta que David Cameron tuvo la ocurrencia de someterla a refer¨¦ndum y las encuestas empezaron a girar en favor de los euroesc¨¦pticos.

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A la vista de las reacciones internacionales, el resultado no puede ser m¨¢s concluyente. Si se descuenta a Donald Trump y a Marine Le Pen, casi nadie considera que el Brexit sea bueno para sus pa¨ªses respectivos. Nada sale tan valorado en la prueba como la posici¨®n singular del Reino Unido dentro de la UE y su capacidad para conectar desde esta posici¨®n con el mundo transatl¨¢ntico e incluso la globalidad entera a trav¨¦s de sus antiguas colonias de habla inglesa de la Commonwealth.

El refer¨¦ndum sobre el Brexit ha pillado a la UE en su peor momento, bajo la tensi¨®n de varias crisis acumuladas alrededor de la moneda, los refugiados, el terrorismo o las fronteras con Rusia. A pesar de ello y de que el euroescepticismo sigue creciendo, los europeos ven mayoritariamente el Brexit como un mal negocio, seg¨²n una encuesta del Pew Research Center en diez pa¨ªses miembros de la UE. Donde m¨¢s, en Suecia, donde un 89% considera que perjudicar¨ªa a la UE, y donde menos en Italia, donde la cifra solo llega al 57%.

La lista de gobernantes y responsables de instituciones internacionales que se han pronunciado por la permanencia es inacabable. Junto a las dificultades de los acuerdos de separaci¨®n y la renegociaci¨®n de tratados comerciales, el mayor desperfecto ser¨ªa la carambola geopol¨ªtica. Se da por seguro que Escocia reabrir¨ªa su contencioso, al que podr¨ªa seguirle Gales, y quedar¨ªa da?ado el marco de paz entre protestantes y cat¨®licos en Irlanda del Norte, conseguido en 1998 en el horizonte de unificaci¨®n con la Rep¨²blica de Irlanda que posibilitaba la integraci¨®n europea.

Tambi¨¦n afectar¨ªa a las Malvinas y Gibraltar, territorios que sufrir¨ªan las consecuencias econ¨®micas de la desconexi¨®n del mercado ¨²nico europeo y ver¨ªan estimulada la reivindicaci¨®n de la soberan¨ªa por parte de Argentina y Espa?a. Los intereses de los 53 pa¨ªses de la Commonwealth en la UE deber¨ªan contar con Chipre y Malta como ¨²nicos abogados en vez de la potencia brit¨¢nica. Esta consideraci¨®n vale tambi¨¦n para otros pa¨ªses con especiales relaciones con Londres, como es el caso de Israel, uno de los Gobiernos m¨¢s discretos, que solo han insinuado su posici¨®n de forma oficiosa. Es sonoro el diplom¨¢tico silencio de Putin, con su pol¨ªtica exterior nost¨¢lgica respecto al imperio perdido. Para Rusia, cuanto m¨¢s d¨¦bil sea la UE, mejor; una visi¨®n que no comparten otras potencias como China o India, abiertamente contrarias al Brexit.

Las ¨¦lites mundiales est¨¢n en contra, pero esto nada garantiza en el intenso momento populista que atraviesan las democracias occidentales. Seg¨²n palabras de Robin Niblett, director del prestigioso think tank Chatham House, no es la soberan¨ªa brit¨¢nica lo que est¨¢ en juego en el refer¨¦ndum sino el futuro del Reino Unido en la escena mundial. Aunque digan lo contrario, los euroesc¨¦pticos no quieren separarse de la UE sino del mundo.