Hillary Clinton busca la unidad dem¨®crata ante Donald Trump
La candidata dem¨®crata a la Casa Blanca inicia la campa?a reforzada por su clara victoria en el tramo final de las primarias
Una nueva etapa comienza para Hillary Clinton, la primera mujer en ser la nominada de gran partido a las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Tras las victorias en la ¨²ltima jornada de elecciones primarias, el martes, es la candidata del Partido Dem¨®crata. La primera misi¨®n: unir al partido y atraer a los votantes de su rival, el senador Bernie Sanders. En las pr¨®ximas semanas nombrar¨¢ a un candidato a la vicepresidencia.
La exsecretaria de Estado ha sumado esta semana los delegados necesarios para la nominaci¨®n dem¨®crata a las presidenciales del 8 de noviembre. Se enfrentar¨¢ a Donald Trump, un magnate inmobiliario y estrella de la telerrealidad que, con un mensaje xen¨®fobo y proteccionista, logr¨® hace un mes, contra pron¨®stico, la nominaci¨®n del Partido Republicano.
La victoria de Clinton ante Sanders en California, el estado m¨¢s poblado y uno de los m¨¢s progresistas, es el colof¨®n a una campa?a de m¨¢s de un a?o y un proceso de primarias y caucus (asambleas electivas). El proceso arranc¨® el pasado febrero en las llanuras heladas de Iowa y acabar¨¢ definitivamente el martes pr¨®ximo con unas primarias testimoniales de la capital, Washington.
Habr¨¢ poco tiempo de digerir el hito que supone la nominaci¨®n de una mujer a la Casa Blanca. Es la primera vez que ocurre, para los partidos dem¨®crata o republicano, despu¨¦s de 56 elecciones presidenciales. Cuando pa¨ªses como Israel, Liberia, Pakist¨¢n, Brasil, Reino Unido, Chile, Alemania y otros han tenido jefas de estado y de gobierno, EE UU ha tenido, entre los 44 presidentes, un cat¨®lico y un negro, pero nunca una mujer.
La pr¨®xima cita, las convenciones de Cleveland y Filadelfia
El final de la campa?a por la nominaci¨®n dem¨®crata contra Bernie Sanders liberar¨¢ a Hillary Clinton, de 68 a?os, de un frente inc¨®modo, y le permitir¨¢ dedicarse del todo a derrotar al candidato republicano Donald Trump. Clinton ha logrado 2.777 delegados de los 2.383 necesarios para ganar la nominaci¨®n en la convenci¨®n de Filadelfia (Pensilvania), entre el 25 y el 28 de julio.
Trump, cuestionado desde las filas republicanas por sus recientes descalificaciones racistas contra un juez estadounidense de origen hispano, quiere dedicar un discurso, la semana pr¨®xima, a recapitular los esc¨¢ndalos, supuestos y reales, de la familia Clinton. Trump, que suele hacerse eco y propagar las m¨¢s descabelladas teor¨ªas conspirativas, intenta calmar la inquietud de los jefes republicanos por su incontinencia verbal. El candidato republicano, de 69 a?os, ha logrado 1.536 delegados de los 1.237 necesarios para proclamarse candidato en la convenci¨®n de Cleveland (Ohio), entre el 18 y el 21 de julio.
¡°La victoria de esta noche¡±, dijo el martes Clinton en Nueva York, ¡°no pertenece a una sola persona. Pertenece a generaciones de mujeres y hombres que han luchado y se han sacrificado para hacer posible este momento¡±.
No ha sido f¨¢cil llegar aqu¨ª. Clinton lleva m¨¢s de cuatro d¨¦cadas en pol¨ªtica. En 1972 ya hac¨ªa campa?a por el dem¨®crata progresista George McGovern, una especie de Sanders avant la lettre. Cuando su marido, Bill, gan¨® las primeras elecciones presidenciales, en 1992, dec¨ªa a los electores que votaba a dos por el precio de uno: una copresidenta.
Elegida senadora por Nueva York en 2000, Clinton intent¨® por primera vez en 2008 ser la candidata del Partido Dem¨®crata a la Casa Blanca. Era la favorita, pero top¨® con Barack Obama, un senador afroamericano por Illinois que, propulsado por un entusiasmo popular y el descontento con el statu quo, la derrot¨® en la nominaci¨®n dem¨®crata y se convirti¨® en el primer presidente afroamericano del pa¨ªs del esclavismo y la segregaci¨®n. Obama la nombr¨® secretaria de Estado.
Hillary carece del carisma de Bill. Se le reprocha la falta de empat¨ªa, la dificultad para entusiasmar. ¡°No soy un pol¨ªtico natural, por si no lo hab¨ªa notado¡±, dice. Sus discursos suelen ser aburridos, al contrario que los de Trump, un showman capaz de hipnotizar a las audiencias con sus imprevisibles salidas de tono y exabruptos. Trump monopoliza horas y horas de televisi¨®n, mientras que Clinton ha sido hasta ahora una presencia secundaria.
En el a?o de los candidatos insurgentes como Trump o Sanders, a Clinton se le identifica con el denostado establishment, las ¨¦lites pol¨ªticas y econ¨®micas. Que haya logrado la nominaci¨®n, y adem¨¢s con una ventaja de m¨¢s de 3,5 millones de votos sobre Sanders, obliga a revisar las teor¨ªas sobre el rechazo de los estadounidenses al establishment. No todo el pa¨ªs comparte la frustraci¨®n de la parte del electorado que ha votado a Trump y a Sanders. Una parte cree que,?para resolver los intratables problemas de desigualdad o discriminaci¨®n, el reformismo de Clinton ¡ªlos peque?os avances y los acuerdos tejidos con tenacidad y persuasi¨®n¡ª es m¨¢s efectivo que las proclamas apocal¨ªpticas de Trump o la promesa revolucionaria de Sanders.
Ocho a?os despu¨¦s de que que EE UU eligiese a su primer presidente negro, y el mismo a?o que los dem¨®cratas eligen a la primera mujer, los republicanos presentan a un candidato, Trump, criticado desde las propias filas republicanas por sus declaraciones racistas y mis¨®ginas.
Clinton cuenta con una amplia coalici¨®n de afroamericanos, hispanos y mujeres, pero necesitar¨¢ ampliarla para sumar a su proyecto a los sanderistas de izquierdas y a los votantes moderados de centro. Quiz¨¢ incluso a algunos republicanos espantados por la posibilidad de ver a Trump en la Casa Blanca.
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