La muerte a bordo
El cuerpo sin vida de uno de los m¨¢s de cien migrantes rescatados este domingo cambia el estado de ¨¢nimo de la tripulaci¨®n
William (nombre ficticio) no lo consigui¨®. Este domingo por la ma?ana, un aviso del Centro de Rescates Mar¨ªtimos de Roma pon¨ªa en alerta al Dignity I, el buque de rescate de MSF Espa?a. Hay una patera que ha sido interceptada enfrente de las costas de Sabratah, al oeste de Tr¨ªpoli (Libia), y que necesita un salvamento. Mientras tanto, el barco de Sea-Eye (ONG alemana) acompa?a a m¨¢s de cien subsaharianos a bordo y les entrega un chaleco salvavidas para que, ya algo m¨¢s tranquilos, aguanten sobre el gom¨®n al rescate del Dignity. El calor es fort¨ªsimo y William, un hombre de mediana edad, muere rodeado de sus compa?eros de viaje. Las causas se desconocen ¡ªa pesar del intento de reanimaci¨®n una vez a bordo¡ª pero debi¨® perder toda fuerza y esperanza hace no mucho. Ten¨ªa ya el chaleco salvavidas puesto. ¡°Yo se lo quit¨¦¡±, asegura un miembro de la tripulaci¨®n.
Impresiona como una persona an¨®nima ¡ªaunque sin duda con un drama parecido a los miles de subsaharianos que huyen de la miseria y el conflicto¡ª entre los m¨¢s de 3.000 que tan s¨®lo esta semana se han jugado la vida para cruzar la inmensidad del Mediterr¨¢neo puede cambiar tan radicalmente el estado de ¨¢nimo de todos los presentes en este punto en medio del mar. La tripulaci¨®n est¨¢ de luto, pero no deja de atender a las 133 personas que acaban de ser rescatadas y a¨²n se dispone a recibir a otros 121 subsaharianos que van a ser transferidos desde un buque italiano al?Dignity.
As¨ª, el camino de vuelta del barco m¨¦dico hacia Pozzalo (Sicilia), no ser¨¢ en balde. Los rescatados est¨¢n visiblemente afectados e impresionados por la p¨¦rdida de uno de sus compa?eros. Uno de ellos, bien por el enorme alivio al encontrarse en un barco estable o bien porque conoc¨ªa a William, se desploma y llora desconsoladamente nada m¨¢s ser rescatado. No hay consuelo para ¨¦l y para su ¡°hermano de viaje¡±, que tambi¨¦n se ha derrumbado justo antes de que se le pudiera tan siquiera entregar agua y comida. Ellos, sin embargo y por fortuna, s¨ª superaron con las extremas condiciones a las que se han visto abocados desde que comenzaron el viaje en Costa de Marfil, Nigeria, Gana, Gambia¡
El del mar ¡°es el ¨²ltimo de los l¨ªmites¡±, explica el capit¨¢n. La traves¨ªa por el desierto del S¨¢hara es de las m¨¢s duras, seg¨²n explicaba hace semanas Frontex (la agencia de control de fronteras exteriores de la UE), y es casi imposible de saber el n¨²mero de personas que pierden all¨ª la vida.
Mientras se aproxima el barco italiano, la tripulaci¨®n del Dignity se pone en marcha y a sus puestos pues ¡°hay que dar ahora prioridad a los vivos¡±, espeta Jean Philippe, el jefe de MSF en el buque; Carla, en el detector de metales; Astrid, en los packs; Maria Jos¨¦, en el primer control m¨¦dico; Lizzi con las mujeres; Luca en el registro; y el resto de la tripulaci¨®n en la maniobra. Pero hay que ocuparse tambi¨¦n de William, cuyo cuerpo yace en un primer momento bajo una escalera de la cubierta, tapado con fundas especiales, y escondido de casi todo el mundo. Jean Phillipe est¨¢ especialmente concentrado y aunque el Dignity ya ha acogido a dos cad¨¢veres el a?o pasado ¡ªuna persona falleci¨® a bordo¡ª, es una situaci¨®n nueva para ¨¦l.
Tras haber seguido el protocolo de manejo de cad¨¢veres, el cuerpo ha sido trasladado a la zona m¨¢s protegida del sol. William est¨¢ ahora envuelto en dos bolsas especiales para cad¨¢veres y apartado de toda persona a bordo. Ya en Italia, las autoridades locales y el juez se encargar¨¢n del levantamiento del cuerpo y proceder¨¢n a su entierro.
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