Crecer a golpe de atentado
La extrema derecha belga y el discurso xen¨®fobo florecen en un clima de inseguridad agudizado por la cadena de ataques terroristas
Hay un edificio de ladrillo en una calle residencial y reluciente de Ninove que a primera vista pasa desapercibido. Est¨¢ rodeado de chalets con el seto recortado al mil¨ªmetro y coches de alta gama junto a las aceras. Ese edificio representa el fracaso de Guy D?Haeseleer, el pol¨ªtico del ultraderechista Vlaams Belang, que pelea con escaso ¨¦xito desde hace a?os para evitar que se convierta en una mezquita. Es su fracaso y su ¨¦xito a la vez. Porque m¨¢s all¨¢ del futuro del edificio, su cruzada en contra de los extranjeros y sobre todo del islam no deja de ganar adeptos en Ninove y en toda B¨¦lgica, donde los recientes ataques en Francia y en Bruselas han supuesto un espaldarazo para el Vlaams Belang y sus ideas, que ahora manejan partidos considerados menos extremistas. Europa ha entrado en una nueva etapa, en la que la paz y la seguridad no pueden darse ya por sentadas y en la que los ciudadanos exigen a sus gobernantes m¨¢s seguridad. La extrema derecha vende mano dura y cada m¨¢s europeos compran.
Tom van Grieken, el guapo y elegante presidente del Vlaams Belang no oculta su satisfacci¨®n: ¡°Nunca hemos estado en el poder, pero nunca antes hab¨ªamos tenido tanta influencia. Hace diez a?os, el debate en la calle era de centro, centro-izquierda, ahora es de centro-derecha¡±. Las encuestas hablan de un fuerte repunte del partido ultra en los ¨²ltimos meses. El caso belga es de libro, es el ejemplo de c¨®mo los populismos de derechas europeos son capaces de contaminar a un centro pol¨ªtico crecientemente ansioso y desorientado. ¡°Los patriotas estamos creciendo en toda Europa¡±.
La ola ha llegado hasta Ninove, al oeste de Bruselas, donde D?Haeseleer cuenta que desde los ataques del pasado marzo el Vlaams Belang gana un 25% de adeptos al mes. ¡°?Molenbeek est¨¢ apenas a 25 kil¨®metros!¡±, recuerda el pol¨ªtico corpulento aludiendo al barrio bruselense que ha servido de cuna y refugio a los yihadistas. Ninove es probablemente lo m¨¢s parecido a una ciudad normal. Ni muy rica ni muy pobre, ni bonita ni fea. Es especial sin embargo por la fortaleza que exhibe aqu¨ª el Vlaams Belang. Cuando el partido se desplom¨® a un 6%, el apoyo en Ninove no baj¨® del 25%. D?Haeseleer fue el pol¨ªtico m¨¢s votado en las municipales de 2012, pero como en el resto de B¨¦lgica, los otros partidos aplicaron el llamado cord¨®n sanitario, es decir, se juntaron para evitar que el ultra gobernara.
En un bar junto a la estaci¨®n de tren, Anita Sonck, una simp¨¢tica camarera de 52 a?os tira cerveza belga a un pu?ado de parroquianos. ¡°Mire, no necesitamos la mezquita. Es un gran problema. La gente viene aqu¨ª a rezar y esta no es nuestra cultura. El fin de semana vienen muchos en el tren: negros, musulmanes y en el colegio, las ni?as quieren llevar velo. Encima no beben cerveza¡±. Cuenta tambi¨¦n que sus vecinos son marroqu¨ªes y que desde los ataques ¡°se han vuelto m¨¢s amables, quieren dejar claro que no tienen nada que ver¡±, susurra inclinada sobre la barra del bar. ?Pero por qu¨¦ es malo que la gente rece? Sonck se encoge de hombros y levanta las cejas.
Militares armados
Amberes es la principal ciudad de Flandes y el basti¨®n del Vlaams Belang y del gubernamental N-VA, el partido conservador que hered¨® hace a?os buena parte del electorado ultra y decenas de sus cuadros medios. Pasar un par de horas en el centro de la ciudad que a¨²n patrullan los militares armados preguntando a pie de calle es revelador. Da una idea de hasta qu¨¦ punto ha calado el mensaje ultraderechista que pasa por establecer un v¨ªnculo directo entre terrorismo e inmigraci¨®n. Un estudio reciente en 15 pa¨ªses europeos del oficial Instituto holand¨¦s de investigaci¨®n social indica que en todos ellos los ciudadanos creen que la migraci¨®n exacerba la criminalidad. En B¨¦lgica, a diferencia de Alemania, la percepci¨®n de que la migraci¨®n es buena para la econom¨ªa es adem¨¢s muy baja.
?Han hecho que cambie de opci¨®n pol¨ªtica los atentados de Bruselas y Par¨ªs? Hay todo tipo de respuestas, pero todos los preguntados saltan invariablemente sin aparente conexi¨®n a la cuesti¨®n migratoria. ¡°Estamos invadidos y la gente va a seguir viniendo¡±, dice un joven abstencionista. ¡°Los extranjeros que no trabajen y los que cometan un crimen deben irse¡±, dice un antiguo guarda de seguridad del puerto. ¡°Desde los atentados hay mucho racismo. La gente tiene miedo de los ¨¢rabes¡±, cree un veterano socialista. Una maestra que ha salido de compras con su abuela retrata el preocupante estado de las cosas. ¡°El d¨ªa de los atentados, mis alumnos de 13 a?os me dec¨ªan que todos los musulmanes son terroristas y que hay que cerrar bien las fronteras para que no entre ninguno¡±.
El relato adolescente es una versi¨®n algo distorsionada ¨Cpero no tanto- del argumentario que el presidente Van Grieken desgrana en la imponente sede del Vlaams Belang en el centro de Bruselas. Lleva el pelo engominado para atr¨¢s y unos gemelos con el pajarito de Twitter dibujado. La puesta en escena evidencia los esfuerzos de la extrema derecha belga por darse un buen lavado de cara y desprenderse de la imagen rancia que les persigue desde su fundaci¨®n en 1978. ¡°Llegamos a la conclusi¨®n de que a la gente le daba verg¨¹enza que les asociaran con nosotros y hemos cambiado el envoltorio. Decimos lo mismo, pero de una manera que resulte m¨¢s atractiva para la gente¡±, reconoce Bob De Brabandere, secretario politico de la organizaci¨®n de 28 a?os.
Van Grieken pide m¨¢s polic¨ªa, m¨¢s coordinaci¨®n entre los servicios policiales del pa¨ªs multiling¨¹e y el control de las fronteras belgas -¡°?en su casa cierra la puerta, verdad?¡±-. Si la UE no sufre una profunda reforma, optar¨ªan por irse. ¨C¡°la UE es un matrimonio forzado y esos nunca son felices¡±-. Y resume el atractivo de su partido en tres palabras: soberan¨ªa, libertad e identidad. ¡°La gente no quiere vivir con miedo a los fan¨¢ticos¡±, termina.
Ya en Bruselas, el soci¨®logo de la Vrije Universiteit Brussel, Mark Elchardus lo explica bien. ¡°Hace ya a?os que las encuestas nos dicen que a la poblaci¨®n le preocupan asuntos que trascienden la divisi¨®n izquierda-derecha. El crimen, la integraci¨®n y los derechos de los inmigrantes, el miedo a la globalizaci¨®n o la identidad nacional. No lo invent¨® la extrema derecha, estaban ah¨ª, pero los extremistas fueron los ¨²nicos que le prestaron atenci¨®n. Todav¨ªa hoy el centroizquierda no tiene un discurso claro sobre la inmigraci¨®n. Los ataques son evidentemente munici¨®n para la extrema derecha¡±, cuenta en su casa bruselense
Su votante es un hombre envejecido, principalmente urbano, pero cada vez m¨¢s rural y con pocos recursos, aunque se cree que su electorado m¨¢s formado se resiste aun a hacer p¨²blica su adhesi¨®n, por el qu¨¦ dir¨¢n. Los ¨²ltimos sondeos les adjudican un 13,9%, m¨¢s del doble que hace un par de a?os, cuando todav¨ªa se resent¨ªan de la fuga de votos a favor del N-VA, el partido de la derecha en el Gobierno, que ha ido subiendo de tono su ret¨®rica antiinmigraci¨®n y de mano dura contra el terrorismo y que fue el m¨¢s votado en las federales de 2014. Un cierto desgaste fruto del ejercicio del poder del N-VA y la constataci¨®n de que ante la copia, siempre es mejor el original, ha provocado un nuevo trasvase de vuelta de votos a favor del Vlaams Belang, que a¨²n queda sin embargo muy por debajo de sus rivales del N-VA.
Independencia de Flandes
A pesar de sus grandes diferencias ¨Cuno es antiestablishment y el otro est¨¢ en el poder-, los dos partidos quieren la independencia de Flandes, los dos quieren poner freno a la inmigraci¨®n y los dos ponen especial ¨¦nfasis en la seguridad. ¡°Los atentados y la crisis de los refugiados han renovado la presi¨®n del Vlaams Belang sobre el partido del Gobierno¡±, explica Benjamin de Cleen, especialista en extremismos de la Vrije Universiteit Brussel.
Jean Sweneen es de los que prefiere la copia porque el original le sigue pareciendo demasiado extremo. Este antiguo jefe de laboratorio jubilado vota al N-VA ¡°porque son realistas a la hora de ver los problemas. Los dem¨¢s partidos no aceptan que hay una parte negativa entre los marroqu¨ªes que vienen. Llevan d¨¦cadas negando el problema¡±. Sweneen vive en Brasschaat, a las afueras de Amberes, ¡°un sitio muy agradable, con muchos parques y pocos extranjeros¡±.
Fr¨¦d¨¦ric Erens representa la otra cara de la moneda. Sentado en su oficina de una elegante sucursal bancaria belga en la que trabaja, se declara fiel votante del Vlaams Belang, porque el N-VA ¡°dice lo que queremos o¨ªr los votantes del VB, pero no hacen nada. Hemos perdido 20 a?os y ahora B¨¦lgica se ha convertido en un Estado fallido¡±. Erens es un se?or enfadado que dice que ya no vive en Bruselas porque se ha llenado de extranjeros. ¡°No se integran. Ahora en Ramad¨¢n van en medio de la noche a rezar y hacen mucho ruido. ?por qu¨¦ tengo yo que aguantar eso?¡±.
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