El v¨¦rtigo de la decisi¨®n m¨¢s importante de una generaci¨®n
Entre un 9% y un 13% de los brit¨¢nicos no sabe a¨²n qu¨¦ va a votar en la consulta que decidir¨¢ la permanencia de Reino Unido en la UE
A un d¨ªa del refer¨¦ndum hist¨®rico que determinar¨¢ el futuro de Reino Unido, un importante n¨²mero de electores se mantienen indecisos. Entre el 9% y el 13% de los brit¨¢nicos, seg¨²n distintas encuestas, todav¨ªa no ha dilucidado si votar¨¢ por la permanencia de su pa¨ªs en la Uni¨®n Europea o por el Brexit. Y con los sondeos muy igualados, ese voto flotante es decisivo. Ambas campa?as lo saben y, en los ¨²ltimos d¨ªas, tras el par¨®n debido al brutal asesinato de la diputada Jo Cox, han incrementado sus mensajes para tratar de gan¨¢rselos
El gran n¨²mero de indecisos no deja de ser llamativo en una votaci¨®n en la que s¨®lo hay dos opciones: dentro o fuera de la Uni¨®n. Pero en la elecci¨®n intervienen no s¨®lo argumentos tangibles, como los efectos econ¨®micos, tambi¨¦n sentimientos de pertenencia o identidad; m¨¢s irracionales. Un 54% de los brit¨¢nicos creen que est¨¢n ante la decisi¨®n m¨¢s importante de su generaci¨®n ¨Cotro 84% apunta que est¨¢ entre las tres principales--, seg¨²n un reciente estudio de la London School of Economics (LSE) y la consultora Opinium and Lansons, que revela que el 30% de los ciudadanos ten¨ªa previsto decidir su voto en la semana previa al refer¨¦ndum y que la mitad de ellos s¨®lo se decantar¨¢?por el Brexit o por el Bremain el mismo jueves.
Paul Jennings es uno de esos ciudadanos a¨²n dubitativos. Es un votante laborista ¡°de toda la vida¡± y critica el funcionamiento de las instituciones comunitarias. ¡°Me disgusta seguir formando parte de una Uni¨®n que no se preocupa por los ciudadanos y que s¨®lo se moviliza para mantener el establishment; pero por otro lado no quiero hacerle el juego al UKIP [el partido eur¨®fobo y xen¨®fobo de Nigel Farage], que habr¨ªa ganado posiciones si gana el Brexit¡±, afirma este hombre de 50 a?os a las puertas del bar donde trabaja, en Hastings, al sureste de Inglaterra.
Esta ciudad costera de unos 90.000 habitantes del condado de Sussex Oriental, que durante a?os ha servido de term¨®metro para las elecciones generales ¨Cquien gan¨® aqu¨ª se hizo con el Gobierno nacional--, est¨¢ dividida entre los partidarios del Brexit y los que prefieren la permanencia. Es una localidad mixta tirando a euroesc¨¦ptica, seg¨²n los datos del sondeo de YouGov, que representa bien esa dualidad a la que se enfrentan los brit¨¢nicos: es un importante s¨ªmbolo nacional por su papel en la invasi¨®n de Guillermo el Conquistador desde Normand¨ªa en 1066, pero est¨¢ m¨¢s cerca de Francia (a s¨®lo unos 48 kil¨®metros) que de Londres y es una importante receptora de fondos comunitarios.
En el paseo mar¨ªtimo, Katy Graham, de 34 a?os, tambi¨¦n se muestra dudosa. ¡°Probablemente decidir¨¦ mi voto el mismo jueves, tres minutos antes de entrar en el centro electoral¡±, sonr¨ªe. Cuenta que est¨¢ embarazada de su primer hijo y se?ala que, quiz¨¢ por eso, est¨¦ pens¨¢ndose la elecci¨®n ¡°m¨¢s de la cuenta¡±. Adem¨¢s, dice, no se f¨ªa de la informaci¨®n difundida por las campa?as. ¡°Ambos han jugado con un discurso del miedo, y eso es sospechoso. Los del Leave con sus argumentos contra los inmigrantes, que han sido muy feos; y los del Remain tratando de asustarnos con los efectos econ¨®micos de abandonar la UE. Nos han amenazado con subir los impuestos¡±, apunta molesta. La acompa?an su esposo y su cu?ada. ?l votar¨¢ por la salida; ella por la permanencia. Una familia que simboliza bien esa divisi¨®n que se produce en Hastings.
Como Graham, tambi¨¦n el estudio de la LSE se?ala que los ciudadanos consideran que algunos mensajes de ambas campa?as han sido en ocasiones torticeros y en otras, confusos. A Jennings, por ejemplo, no le han convencido las ¨²ltimas intervenciones del l¨ªder laborista, Jeremy Corbyn, que ha pedido el voto para la permanencia. ¡°Dice que apostemos por la Uni¨®n Europea, pero no ha hecho m¨¢s que criticarla, es como si estuviera jugando a dos bandas¡±, se?ala. Tampoco le convencen las razones del primer ministro, el conservador David Cameron, quien ha intensificado sus mensajes sobre los riesgos econ¨®micos del Brexit. Un discurso que, sumado a las importantes adhesiones que est¨¢ teniendo la campa?a por la permanencia, han logrado que la opci¨®n del Remain recupere posiciones.
Pero si hay algo que divide a los ciudadanos de Hastings, como al resto del pa¨ªs, es el sentimiento hacia el for¨¢neo. Por un lado, la ciudad costera recibe un buen n¨²mero de estudiantes extranjeros de ingl¨¦s, que contribuyen de forma importante a la econom¨ªa local, que tras la p¨¦rdida de posiciones de esta ciudad como centro balneario para el turismo local, vivi¨® a?os de decadencia. Por otro, algunos de sus habitantes se sienten amenazados por la cercan¨ªa con Francia y, como el ingeniero jubilado Thomas Robertson, temen que por el Canal de La Mancha comiencen a llegar barcazas de refugiados. Una idea exagerada e irreal que se apuntala en el discurso anti-inmigraci¨®n de los partidarios del Brexit.Una idea exagerada e irreal que se apuntala en el discurso anti-inmigraci¨®n de los partidarios del Brexit, que explotan el argumento falso de que los inmigrantes abusan de los subsidios brit¨¢nicos cuando, en realidad, s¨®lo un 7% de ellos los reciben.
La decisi¨®n que tomen Robertson, Jennings o Graham determinar¨¢ su futuro y el de sus hijos. La eventual salida de Reino Unido de la UE conllevar¨¢ importantes cambios en la econom¨ªa, la libertad de movimientos e incluso en la investigaci¨®n y desarrollo del pa¨ªs. Pero si vence la opci¨®n de la permanencia, el pa¨ªs tambi¨¦n se enfrenta a una ¨¦poca de inestabilidad, con un Gobierno dividido entre los que han hecho campa?a por el Brexit y por el Bremain. Un Ejecutivo, el de David Cameron, tocado por la consulta, que tendr¨¢ que poner en marcha importantes medidas para convencer a los ciudadanos que dejar de lado el tradicional euroescepticismo ha sido la mejor opci¨®n.
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