Las fuerzas de seguridad en M¨¦xico torturan sexualmente a las mujeres para obtener una confesi¨®n: AI
Amnist¨ªa Internacional entrevist¨® a cien mujeres en diversas prisiones del pa¨ªs y 72 afirmaron haber sufrido actos de violencia sexual y 33 aseguraron haber sido violadas
La polic¨ªa y las fuerzas armadas mexicanas someten a menudo a mujeres a diversos actos de tortura y otros malos tratos con la finalidad de obtener la confesi¨®n de un delito y as¨ª elevar las cifras de detenidos como parte de la estrategia de seguridad empleada por el Gobierno, revela un estudio realizado por Amnist¨ªa Internacional. El organismo entrevist¨® a?cien mujeres en diversas prisiones del pa¨ªs y?72 afirmaron haber sufrido actos de violencia sexual en el momento del arresto o en las horas siguientes, mientras que 33 aseguraron haber sido violadas.
La investigaci¨®n revela que como parte de la denominada guerra contra el narcotr¨¢fico, es frecuente que las mujeres sean aprehendidas durante arrestos en grupo y acusadas de ser novias de delincuentes y c¨®mplices de actos delictivos, sin que existan pruebas s¨®lidas que respalden esas acusaciones.La mayor¨ªa de las detenciones?fueron llevadas a cabo por la Polic¨ªa Federal, seguida por la Polic¨ªa Estatal, el Ej¨¦rcito y la Marina. En?el 33% de los casos las acusaron?de formar parte de grupos de la delincuencia organizada, en el 23%?de delitos de narcotr¨¢fico, en el 22%?de secuestro y en el 14%?de posesi¨®n ilegal de armas de fuego.
El documento titulado ¡°Sobrevivir a la muerte, tortura de mujeres por polic¨ªas y fuerzas armadas en M¨¦xico¡±?destaca que algunas de las formas de violencia infligidas a las mujeres consisten en fuertes golpes en el est¨®mago, la cabeza y los o¨ªdos, amenazas de violaci¨®n contra las mujeres y sus familias, semiasfixia, descargas el¨¦ctricas en los genitales, manoseo de los pechos y pellizcos en los pezones, violaci¨®n con objetos, con los dedos, con armas de fuego y con el pene. ¡°Durante las entrevistas describ¨ªan alg¨²n tipo de acoso sexual o abuso psicol¨®gico, incluidas amenazas e insultos mis¨®ginos y sexualizados¡±, se agrega en el informe.
Las mujeres se han convertido en un blanco f¨¢cil para las autoridades, explic¨® Erika Guevara-Rosas, directora para las Am¨¦ricas de Amnist¨ªa Internacional. Muchas de las detenidas proceden de entornos marginados, no cuentan con una pareja y tienen bajos niveles de escolaridad, lo que las vuelve m¨¢s vulnerables. ¡°Los casos de estas mujeres dibujan un cuadro absolutamente escandaloso que refleja el nivel de tortura que sufren las mujeres en M¨¦xico, incluso para lo que se acostumbra en la regi¨®n. La violencia sexual usada como tortura parece haberse convertido en parte habitual de los interrogatorios¡±, afirm¨®.
La brutalidad policiaca
En febrero de 2014 varios polic¨ªas federales llegaron a la casa de Tailyn y se la llevaron sin una orden de aprehensi¨®n a una dependencia ministerial. Durante horas la mujer fue sometida a fuertes palizas y abusos sexuales, que le provocaron un aborto en las oficinas de la Fiscal¨ªa mexicana en la Ciudad de M¨¦xico donde estaba retenida. Ten¨ªa un embarazo de siete semanas. Dos m¨¦dicos la examinaron y se limitaron a entregarle unos trozos de toalla de papel para que se los colocara dentro de la ropa interior. No le dieron medicamentos para el dolor y tampoco asentaron por escrito los golpes a los que hab¨ªa sido sometida.
Tailyn fue trasladada en avi¨®n a la ciudad de Tepic, Nayarit (noroeste de M¨¦xico), a una prisi¨®n federal. Cuando se levant¨® del asiento, dej¨® un inmenso charco de sangre, pero nadie la atendi¨®. Una vez que lleg¨® al reclusorio les dijo a los funcionarios penitenciarios que hab¨ªa sufrido un aborto. Ellos le respondieron con gritos. Unos cuatro d¨ªas despu¨¦s le informaron que estaba acusaba de formar parte de una banda de secuestradores y le hab¨ªan levantado cargos de delincuencia organizada. Pese a que denunci¨® su tortura hace m¨¢s de dos a?os, a¨²n est¨¢ a la espera de ser examinada por un m¨¦dico forense oficial.
Seg¨²n datos de la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de los organismos locales, en 2013 se presentaron m¨¢s de 12.000 denuncias de tortura y otros malos tratos en todo el pa¨ªs, donde el 30% de las posibles v¨ªctimas eran mujeres. Entre 2013 y 2014 se duplicaron las querellas por tortura presentadas ante la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR, Fiscal¨ªa) en M¨¦xico, pero s¨®lo se ha abierto un n¨²mero limitado de investigaciones.
La PGR registr¨® en 2014 la recepci¨®n de 2.403 denuncias penales por torturas, pero no pudo informar a Amnist¨ªa Internacional de ni un solo cargo criminal que se hubiera presentado en estos casos. Previo a 2014 se hab¨ªa acusado a menos de cinco personas al a?o. Adem¨¢s desde 1991, s¨®lo quince personas han recibido sentencia condenatoria por este delito.
A pesar de que un n¨²mero alto de mujeres han denunciado violencia sexual por miembros de las fuerzas armadas, ni un solo miembro del Ej¨¦rcito Mexicano ha sido suspendido del servicio por violaci¨®n o abuso sexual entre 2010 y 2015. En la Marina, s¨®lo cuatro elementos han sido suspendidos en el mismo periodo. ¡°No realizar investigaciones adecuadas ni llevar a los responsables ante la justicia transmite el peligroso mensaje de que violar a mujeres o utilizar otras formas de violencia sexual para obtener confesiones es admisible¡±, manifest¨® Guevara-Rosas.
Durante la investigaci¨®n de Amnist¨ªa Internacional, las autoridades mexicanas negaron acceso a informaci¨®n crucial, denunci¨® el organismo. La Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n impidi¨® a la delegaci¨®n el acceso a un gran n¨²mero de mujeres bajo custodia y en algunas ocasiones neg¨® el ingreso en un centro penitenciario. Adem¨¢s, representantes del Ej¨¦rcito y la Marina rechazaron las solicitudes a fin de tener reuniones sobre el tema.
¡°Cuesta creer el af¨¢n con que M¨¦xico encubre su crisis nacional. En lugar de intentar encubrir miles de casos de tortura y otros malos tratos, las autoridades deber¨ªan centrar sus energ¨ªas en garantizar la erradicaci¨®n definitiva de la tortura garantizando el enjuiciamiento de los responsables y reparaciones adecuadas a las v¨ªctimas¡±, afirm¨® la directora para las Am¨¦ricas.
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