La reforma educativa no sabe zapoteco
El Gobierno mexicano podr¨ªa despedir a miles de maestros ind¨ªgenas de Oaxaca, una figura dif¨ªcil de reemplazar en las comunidades
A los dos maestros, Ren¨¦ y Maximino, se les ilumina la cara cada vez que descubren una nueva planta en el patio de la escuela de Xagac¨ªa, abandonada desde hace 45 d¨ªas por la huelga.
¡°Verdolaga, huauzontle, quintonil..¡± dicen en voz alta mientras se?ala los hallazgos. Los Ind¨ªgenas zapotecos, corpulentos y morenos, agitan los brazos como si fueran dos ni?os m¨¢s.
Ninguno logra explicar con claridad los motivos de la movilizaci¨®n magisterial que ha puesto patas arriba el pa¨ªs, pero son capaces de saber si el p¨¢jaro que canta acaba de poner huevos por el tono que emite. ¡°Quieren terminar con nuestra cultura ind¨ªgena, privatizar la educaci¨®n y hacer una reforma laboral encubierta¡±, repiten como un mantra ante la libreta del periodista.
Los profesores de primaria, Ren¨¦ Cruz y Maximino Morales, suman casi 50 a?os dando clases biling¨¹es pero la reforma educativa del Gobierno de Enrique Pe?a Nieto los apartar¨¢ de las aulas si no realizan las evaluaciones ordenadas por el ministerio. Ellos ser¨ªan los primeros en caer frente a un examen est¨¢ndar a pesar de que para cientos de miles de padres ind¨ªgenas, los maestros biling¨¹es son el ¨²nico puente entre ellos y sus hijos. Entre un modelo rural y zapoteco y otro urbano y en espa?ol.
Tampoco fluyen las respuestas, sino los esl¨®ganes, cuando explican por qu¨¦ llevan 45 d¨ªas cortando carreteras, haciendo aburridos plantones frente al aeropuerto o por qu¨¦ han dejado sin clase a m¨¢s de un mill¨®n de ni?os de Oaxaca. Pero asombran a sus alumnos cuando distinguen un ocote de un encino, donde los dem¨¢s s¨®lo ven un ¨¢rbol m¨¢s en medio de la impresionante Sierra Norte de Oaxaca.
¡°Los alumnos ¨Cde 5 a?os- saben que estamos peleando contra el gobierno. Pero le explicamos que pelear no es llevar machete ni armas, sino impedir que vendan su escuela¡± explica Maximino bajo el ¨¢rbol de aguacates de la escuela.
A pesar de la huelga y de que los ni?os perder¨¢n el curso escolar ambos recorren su pueblo como pol¨ªticos en campa?a; saludando a lado y lado a sus antiguos alumnos con una mixtura entre espa?ol y el zapoteco: ¡°hola baduu no duu ari Oaxaca ne no rudula lo lucha de victoria¡± reviran.
¡°Los padres est¨¢n con nosotros porque sienten que defendemos los derechos de toda la comunidad. Nosotros somos pueblo¡± explica mostrando sus guaraches. ¡°Adem¨¢s de ense?ar transmitimos y defendemos nuestra cultura, nuestras ropas, nuestra cosmovisi¨®n y nuestras tradiciones y eso es algo que los padres aprecian¡±.
Santo Domingo Xagac¨ªa es un municipio ind¨ªgena de 3.500 personas y seis polic¨ªas, a casi tres horas de la ciudad de Oaxaca por un camino de asfalto y terracer¨ªa. No hay se?al de celular y los pocos tel¨¦fonos fijos est¨¢n en una caseta comunitaria desde la que vocean por megafon¨ªa cada cinco minutos el nombre del receptor de la llamada.
Xagac¨ªa vive de la agricultura y los bordados y seg¨²n las estad¨ªsticas el joven m¨¢s afortunado del pueblo cruzar¨¢ de forma ilegal hacia Estados Unidos en cuanto cumpla los 15 a?os. El salario medio son unos 150 d¨®lares y se rigen por el sistema de usos y costumbres. En el pueblo s¨®lo es posible estudiar hasta secundaria y a partir de esa edad, la mayor parte de los j¨®venes comienzan a trabajar en las maquilas de la Ciudad de M¨¦xico o de EEUU.
Bajo los ¨¢rboles frutales y acompa?ados del canto de los p¨¢jaros, a los vecinos de Xagac¨ªa les entra la risa cuando se refieren al problema del ¡®narco¡¯: ¡°Aqu¨ª no hay de eso¡±, contestan, pero fruncen el ce?o cuando hablan de la lucha por la educaci¨®n en la que llevan envueltos m¨¢s de tres a?os.
La reforma educativa lanzada en 2013 busca que M¨¦xico, y Oaxaca en concreto, abandonen los ¨²ltimos puestos en el ranking educativo de Am¨¦rica Latina.
O, m¨¢s bien, que el dinero p¨²blico d¨¦ mejores resultados. M¨¦xico destina a educaci¨®n el 5,2% del PIB, seg¨²n un estudio de la OCDE de 2015. Es de los pa¨ªses que m¨¢s dedica a esta partida, por delante de Alemania y Espa?a y muy similar a Francia. Sin embargo el 40% de las escuelas de Oaxaca no disponen ni siquiera de sanitarios, seg¨²n el ¨²ltimo informe de la asociaci¨®n Mexicanos Primero.
Para ello, Pe?a Nieto lanz¨® una reforma, apoyada por todo el arco parlamentario, que plantea entre otras cosas, que los profesores dejen de heredar la plaza de sus padres y que sean evaluados peri¨®dicamente. Si el maestro no supera tres ex¨¢menes pasaran a otras actividades dentro de los colegios.
Sin embargo los m¨¢s de 150.000 maestros de Oaxaca, Chiapas o Guerrero, aglutinados en la pol¨¦mica Secci¨®n 22, rechazan este sistema y denuncian que el objetivo es el despido masivo de maestros a bajo precio.
Las protestas han subido de tono desde que fueron asesinadas entre 8 y 11 personas (ni en eso se pusieron de acuerdo gobierno y maestros) durante un desalojo policial en Nochixtl¨¢n, a medio camino entre Oaxaca y la capital. A partir de ese d¨ªa los maestros han realizado hasta 30 cortes simult¨¢neos de carreteras lo que ha causado desabastecimiento puntual de combustible y alimentos.
Paralelamente la capital de Oaxaca, uno de los motores tur¨ªsticos del pa¨ªs, se hunde. Empresas como Walmart o la cervecer¨ªa Modelo no logran surtir a sus clientes, las embajadas han emitido alertas a los turistas para que no viajen a la ciudad colonial, los hoteleros tienen una ocupaci¨®n del 5% y el Gobierno ha pedido permiso al Senado para utilizar al Ej¨¦rcito en caso de que fuera necesario.
La fecha en el horizonte es el 25 de julio, d¨ªa del comienzo de la fiesta de la Guelaguetza, o lo que es lo mismo, el evento tur¨ªstico m¨¢s importante del a?o, ya que general el 30% de los ingresos de todo el a?o. Una semana de celebraciones esperada por todos para levantar la maltrecha econom¨ªa local, que est¨¢ a punto de cancelarse por la conflictividad reinante.
Los dos maestros que se emocionan ense?ando su pueblo han participado cada d¨ªa en esos bloqueos que desesperan a la poblaci¨®n.
¡°Rechazamos la evaluaci¨®n dise?ada por organismo internacionales para otros contextos¡± argumenta Ren¨¦. ¡°Nosotros ense?amos espa?ol a los ni?os y podemos interactuar con los padres, cuya ¨²nica lengua es el zapoteco¡± dice sentado desde el patio de una escuela, construida por todos los vecinos, mediante trabajo comunitario.
Seg¨²n el Instituto Mexicano para la Competitividad el salario medio de los maestros en M¨¦xico es de 25.000 pesos mensuales (1.350 d¨®lares), m¨¢s del doble del promedio de un trabajador nacional. Pero lo cierto es que Ren¨¦ y Maximino no llegan a esa cantidad ni sumando el sueldo de los dos y tampoco hab¨ªan escuchado hablar del instituto de la competitividad, salvo durante los partidos de baloncesto que se celebran durante las fiestas.
La Secretar¨ªa de Educaci¨®n amenaza con movilizar a 26.000 maestros-jubilados y profesores de nuevo ingreso- para sustituir a los maestros rebeldes que falten m¨¢s de tres d¨ªas. ¡°Y en el caso de que fu¨¦ramos expulsados, ?qui¨¦n nos va a reemplazar? se pregunta Maximiliano ¡°?Qui¨¦n de la capital quiere venir a este pueblo? ?Y biling¨¹e?¡± lamenta. ¡°Nosotros cumplimos un papel que no nos reconocen y que tampoco saben c¨®mo resolver¡± concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.