Washington y Se¨²l pactan desplegar un pol¨¦mico sistema antimisiles

Conocido por su acr¨®nimo THAAD (Thermal High Altitude Area Defense), este sistema de alta tecnolog¨ªa est¨¢ formado por radares con un alcance de miles de kil¨®metros, sistemas de comunicaciones e interceptores que destruyen al proyectil enemigo en la ¨²ltima fase de su vuelo, dentro o fuera de la atm¨®sfera. Corea del Sur ya cuenta con un escudo basado en el sistema Patriot, aunque estos interceptores solo son efectivos a baja altitud.

Aunque Se¨²l dilat¨® una respuesta en firme durante a?os, debido a la dura oposici¨®n de China a este sistema, los dos pa¨ªses abrieron finalmente las conversaciones oficiales para el despliegue del escudo antimisiles en febrero, despu¨¦s de que Pyongyang concluyera su cuarta prueba nuclear y la de un cohete que, seg¨²n EE. UU. y Corea del Sur, encubr¨ªa la de un misil bal¨ªstico.

El anuncio, en un comunicado conjunto, no precisa cu¨¢ndo comenzar¨¢ el despliegue, aunque la agencia Yonhap, que cita al Ministerio de Defensa surcoreano, apunta que el objetivo es haber completado la instalaci¨®n para finales del a?o pr¨®ximo.

Su emplazamiento preciso est¨¢ a¨²n pendiente de una decisi¨®n definitiva, que tendr¨¢ en cuenta cuestiones de seguridad, sanidad y medioambientales. Varias ciudades surcoreanas han sido escenario de protestas en los ¨²ltimos meses para rechazar que el sistema pueda instalarse en sus inmediaciones.

El comunicado s¨ª insiste en que el THAAD, fabricado por Lockheed Martin, ¡°se centrar¨¢ ¨²nicamente en las amenazas nucleares y de misiles de Corea del Norte y no se dirigir¨¢ contra terceras partes¡±.

Desde que Se¨²l y Washington empezaron a plantear la posibilidad de este sistema defensivo en la pen¨ªnsula coreana, China ha protestado en¨¦rgicamente contra ello. Pek¨ªn, que ve con sospecha cualquier paso que pueda suponer un aumento de la huella militar estadounidense en Asia-Pac¨ªfico, considera que los radares del THAAD pueden utilizarse contra su territorio. O incluso contra zonas de soberan¨ªa en disputa, como el mar del Este de China, donde mantiene un contencioso con Jap¨®n. Rusia ha expresado tambi¨¦n preocupaciones similares.

Inmediatamente despu¨¦s del anuncio oficial surcoreano-estadounidense, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino expres¨® su ¡°profunda insatisfacci¨®n y oposici¨®n absoluta¡± al despliegue del sistema antimisiles. Seg¨²n Pek¨ªn, el THAAD ¡°perjudicar¨¢ gravemente el equilibrio estrat¨¦gico regional y los intereses de seguridad de otros pa¨ªses en la zona, incluida China¡±.

Pek¨ªn ha advertido en varias ocasiones del peligro de que el escudo antimisiles desate una carrera de armamento en la zona, una de las mayores compradoras de armamento en los ¨²ltimos a?os. Seg¨²n el instituto SIPRI en Estocolmo, el gasto militar de Asia alcanz¨® los 436.000 millones de d¨®lares, un aumento del 5,4% con respecto al a?o anterior, aunque buena parte de esa porci¨®n correspondi¨®, precisamente, a China. La segunda econom¨ªa del mundo fue responsable en 2015 del 49% de la inversi¨®n en Defensa de toda Asia-Ocean¨ªa, al destinar 215.000 millones de d¨®lares.

EE. UU. y Corea del Sur alegan que el escudo es necesario porque las ¨²ltimas pruebas de armamento de Pyongyang ponen de relieve una capacidad cada vez mayor de sus programas nucleares y de misiles bal¨ªsticos.

El mes pasado, Corea del Norte lanz¨® un misil Musudan de medio alcance que recorri¨® 400 kil¨®metros antes de caer en el mar, algo que no hab¨ªan conseguido intentos previos. Los analistas calculan que el r¨¦gimen que encabeza Kim Jong-un cuenta con una treintena de estas armas, y un millar de cohetes de fabricaci¨®n rusa capaces de alcanzar Corea del Sur y Jap¨®n.

En Tokio, el Ministerio de Defensa ha acogido con satisfacci¨®n el anuncio de este viernes. El THAAD, opina, permitir¨¢ la r¨¢pida interceptaci¨®n de acciones hostiles norcoreanas y permitir¨¢ ¡°tambi¨¦n un impulso para avanzar en la cooperaci¨®n de Defensa entre Jap¨®n y Corea del Sur¡±, indica la agencia Kyodo.

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