La fortaleza que transporta a Obama

La limusina presidencial que utiliza Barack Obama es conocida como la ¡°bestia¡± por razones que saltan a la vista. El Servicio Secreto tiene a buen recaudo las especificaciones t¨¦cnicas de esta fortaleza con cuatro ruedas por cuestiones de seguridad nacional. Lo que es evidente por su dimensi¨®n es que aguanta peque?as bombas y granadas, y dispone de un sistema de ventilaci¨®n secundario en caso de un ataque qu¨ªmico.

La cabina est¨¢, de hecho, completamente sellada. Por las puertas se puede ver que el habit¨¢culo presidencial tiene 20 cent¨ªmetros de espesor. Y por supuesto, cuenta con un sistema de comunicaci¨®n por sat¨¦lite con l¨ªnea directa al Pent¨¢gono y dispositivos de seguridad dise?ados por el Servicio Secreto. Hay una docena de limusinas id¨¦nticas que se rotan. Dos de ellas viajan con el comandante en jefe all¨ª a donde va.

El Cadillac One o la Limo One, como se identifica oficialmente, parece por su aspecto exterior una versi¨®n sobredimensionada ¨Ctiene 5,4 metros de largo y 1,5 de alto- del sedan DTS. El chasis, sin embargo, es el de una camioneta Kodiak de Chevrolet, la otra marca controlada por General Motors. La que transportar¨¢ a Barack Obama por Madrid est¨¢, de hecho, en retirada como el presidente.

La velocidad y el peso son clasificados. La autonom¨ªa de este blindado se parece m¨¢s bien a la de un cami¨®n. Su motor V8 consume un gal¨®n de gasolina (3,7 litros) cada seis kil¨®metros. La tecnolog¨ªa que utiliza en los cristales, de 12 cent¨ªmetros de espesor, es secreta. La ¨²nica ventana que se puede abrir en el habit¨¢culo es la del conductor, solo tres dedos. Hay un compartimento con la sangre del presidente.

Las ruedas est¨¢n reforzadas con Kevlar para que sean impenetrables a los disparos. Pero incluso si reventara, la llanta est¨¢ dise?ada para que pueda seguir circulando en escapada. El dep¨®sito de combustible tambi¨¦n est¨¢ aislando del resto del veh¨ªculo, para evitar as¨ª que explote en caso de un ataque directo con bomba. De hecho, la bestia se aparca siempre en una posici¨®n estrat¨¦gica para hacer de barrera.

Se calcula que cada una de las limusinas que est¨¢n en el garaje del Servicio Secreto vale 1,5 millones de d¨®lares. Y all¨ª donde viaja va tambi¨¦n su propio mec¨¢nico y un agente federal armado que est¨¢ al mando de todo un arsenal de dispositivos electr¨®nicos. Nada que ver con aquel Lincoln descapotable que transportaba a John F. Kennedy por el centro de Dallas el fat¨ªdico 22 de noviembre de 1963.

Hasta no hace mucho, el Servicio Secreto se encargaba de adquirir los coches presidenciales y los modificaban ellos mismos. Eso, sin embargo, pon¨ªa la transmisi¨®n y el sistema de freno de los coches bajo una intensa presi¨®n. Se romp¨ªan continuamente porque no eran capaces de soportar el peso de los sistemas adicionales que se incorporaban. Adem¨¢s, eran muy complicados de conducir.

El cambio de estrategia lleg¨® con George W. Bush. El Servicio Secreto se encarga del dise?o pero el coche se construye ahora desde cero utilizando la tecnolog¨ªa de General Motors. Lo cierto es que no tiene nada que ver con los coches que vende la casa Cadillac porque es ¨²nico. Hasta el emblema de la marca est¨¢ aumentado en esta camioneta blindada con forma de limusina.

El nuevo coche presidencial que est¨¢ poniendo a punto el gigante de Detroit se parece m¨¢s al nuevo sedan CT6 pero bastante m¨¢s grande. El proceso para sustituir el veh¨ªculo presidencial se inici¨® hace ya tres a?os. Hay fotos esp¨ªa ya circulando del sucesor de la bestia as¨ª que es muy probable que el nuevo coche de Cadillac est¨¦ listo para el d¨ªa de la inauguraci¨®n del nuevo presidente o presidenta en enero.