Argentina, el sue?o roto de la tierra prometida
El pa¨ªs m¨¢s igualitario de Latinoam¨¦rica cumple 200 a?os con uno de cada tres habitantes en la pobreza
Argentina llega al 200 aniversario de independencia lejos de ser la tierra de oportunidades que sedujo a millones de inmigrantes europeos. Aunque se mantiene como una de las sociedades m¨¢s igualitarias de Am¨¦rica Latina, uno de cada tres habitantes del pa¨ªs vive bajo el umbral de la pobreza. Adem¨¢s, existe una gran brecha laboral entre los que tienen contrato y quienes trabajan en negro y la calidad de la sanidad y la educaci¨®n p¨²blicas, que fueron mod¨¦licas en el continente, han ido en retroceso -en l¨ªneas generales- desde los a?os 70.
?C¨®mo variaron las condiciones de vida de los argentinos a lo largo de los dos ¨²ltimos siglos? En 1816, la independencia de Espa?a provoc¨® una reorganizaci¨®n econ¨®mica que tuvo un fuerte impacto geogr¨¢fico y social. Al ver cerrado el grifo de ingresos procedente de las minas de plata del Alto Per¨², el nuevo pa¨ªs se decant¨® por la exportaci¨®n ganadera y su escasa poblaci¨®n, que viv¨ªa mayoritariamente en el interior, se mud¨® a Buenos Aires y la zona litoral. Frente a la gran disparidad que caracterizaba en ese momento a ciudades como C¨®rdoba, Salta y Tucum¨¢n, muchos de los reci¨¦n llegados al litoral prosperaron con rapidez. "Hab¨ªa muchos peque?os y medianos productores y sus condiciones de vida eran bastante buenas comparadas a nivel internacional. Entre 1820 y 1840 sus salarios ten¨ªan mayor capacidad de compra que en Londres, no digamos que en Espa?a", se?ala Jorge Gelman, investigador del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. E. Ravignani. En 1821 se inaugur¨® la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en esa misma ¨¦poca comenz¨® la primera campa?a de vacunaci¨®n, contra la viruela.
Es f¨¢cil entender que millones de habitantes del empobrecido sur de Europa se sintiesen atra¨ªdos por la tierra prometida y decidiesen migrar. Solo entre 1881 y 1914 llegaron a Argentina cerca de 4,2 millones de personas procedentes del viejo continente con la esperanza de progresar. La mayor¨ªa lo logr¨®. Su desembarco abarat¨® la mano de obra rural y provoc¨® problemas urban¨ªsticos como la precarizaci¨®n de las viviendas y el hacinamiento. En ese per¨ªodo, "la riqueza que ostent¨® la oligarqu¨ªa era espectacular, pero las condiciones de vida de los sectores m¨¢s pobres fueron cada vez peores", explica el historiador Daniel Santilli, quien ha investigado junto a Gelman la distribuci¨®n de ingresos en Argentina durante el siglo XIX.
En esa ¨¦poca crecieron tambi¨¦n las desigualdades territoriales. "Argentina se convirti¨® en un ni?o deforme, con una cabeza enorme -la provincia de Buenos Aires- y un cuerpo raqu¨ªtico -el norte y el sur-, sometido a la pol¨ªtica porte?a y, a su vez, a los ferrocarriles y al comercio ingl¨¦s", describe Norberto Galasso, uno de los historiadores m¨¢s conocidos de Argentina, muy vinculado al peronismo.
La llegada de italianos, espa?oles, franceses, polacos y rusos, entre otros, convirti¨® Argentina en una gran torre de Babel, pero la escuela favoreci¨® su integraci¨®n y unificaci¨®n, en especial desde 1884, cuando Argentina aprob¨® la ley de educaci¨®n laica, gratuita y obligatoria. Del 71% de poblaci¨®n analfabeta en Argentina en 1869, se pas¨® al 36% en 1916, cuando el pa¨ªs cumpl¨ªa su primer siglo de independencia y era la quinta econom¨ªa del mundo. Se crearon tambi¨¦n muchas escuelas en el interior, pero la alfabetizaci¨®n fue m¨¢s dif¨ªcil. "Si el padre no est¨¢ educado, si no hay empleo, ?sus hijos van a ir a la escuela? En Buenos Aires s¨ª que hab¨ªa gente muy culta, gente que recib¨ªa los ¨²ltimos libros europeos. Hab¨ªa dos pa¨ªses, como ahora en cierto sentido lo hay", a?ade Galasso.
Parad¨®jicamente, la d¨¦cada de 1930 marc¨® a la vez el distanciamiento de Argentina de las primeras econom¨ªas mundiales y la mejora de las condiciones de vida de las clases populares por el auge de la industrializaci¨®n y la necesidad de potenciar el mercado interno. "Para poder comprar, tienen que tener plata en el bolsillo", resume Santilli. Con la irrupci¨®n del peronismo, en 1945, mejor¨® la redistribuci¨®n interna y las condiciones de trabajo, salud y educaci¨®n para gran parte de la poblaci¨®n. En estas ¨²ltimas influy¨® mucho la democratizaci¨®n del acceso a la universidad p¨²blica en 1949, cuando pas¨® a ser gratuita: el n¨²mero de matriculados se sixtuplic¨® en 20 a?os.
La mayor¨ªa de historiadores coincide en se?alar que la gran decadencia argentina comenz¨® a partir de 1970. A la crisis mundial, en Argentina se le sum¨® la brutalidad de la ¨²ltima dictadura (1976-1983), que secuestr¨®, tortur¨®, mat¨® e hizo desaparecer a decenas de miles de personas, adem¨¢s de provocar un fuerte ajuste econ¨®mico y un gran retroceso de derechos sociales.
El pa¨ªs vivi¨® despu¨¦s, con la democracia, hiperinflaciones y un decenio ultraliberal, y toc¨® fondo en la crisis del corralito de 2001, la m¨¢s grave de su historia. La pobreza se dispar¨® hasta el 60%, la desocupaci¨®n al 25%. Los argentinos salieron en masa hacia Espa?a, Italia y otros pa¨ªses europeos, deshaciendo el camino realizado por sus antepasados.
Tras una d¨¦cada de crecimiento sostenido por el boom de la soja y amplias pol¨ªticas sociales de inclusi¨®n, durante la gesti¨®n kirchnerista la pobreza cay¨® por debajo del 30%, pero no desapareci¨®. "La pobreza estructural es un fen¨®meno de los ¨²ltimos 30-40 a?os. Antes, hasta los 70, estar en una villa miseria no era una situaci¨®n permanente, sino transitoria, ahora es incierto", afirma Gelman. Mauricio Macri lleg¨® al Gobierno el pasado diciembre con la "pobreza cero" entre sus prioridades, pero sus primeros pasos, que han incluido un fuerte ajuste econ¨®mico, han ido en direcci¨®n contraria: en los primeros meses, aument¨® 1,4 millones el n¨²mero de pobres.
"Todos los pa¨ªses tienen dilemas que atraviesan su historia. Argentina pudo resolver un dilema que le llev¨® mucho tiempo: que los gobernantes los elijamos en las urnas", destaca Julia Pomares, directora ejecutiva del Centro de Implementaci¨®n de Pol¨ªticas P¨²blicas para la Equidad y el Crecimiento. Entre los que siguen irresueltos, Pomares destaca la distribuci¨®n de los recursos nacionales y provinciales y, en especial, el "no haber logrado a lo largo de la historia el objetivo de ser un pa¨ªs pujante en lo econ¨®mico e inclusivo en lo social".
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