La crisis golpea a un miembro estrat¨¦gico de la Alianza Atl¨¢ntica
Turqu¨ªa es el ¨²nico miembro de la Alianza en una zona convulsa y socio clave de la UE
Turqu¨ªa es el pa¨ªs m¨¢s protegido del convulso vecindario sur de la Uni¨®n Europea. Pertenece a la OTAN y es un interlocutor preferente de Europa, especialmente desde que el club comunitario le confi¨® el control de las llegadas de migrantes a las islas griegas. Pero ante un intento de golpe de Estado como el ocurrido este viernes, tanto la Alianza Atl¨¢ntica como la UE tienen un papel muy limitado. Fuentes diplom¨¢ticas y aliadas alertan de que el Tratado de Washington, que regula desde 1949 la relaci¨®n entre los pa¨ªses miembros, protege a los aliados de un ataque, pero este tiene que ser externo.
La OTAN act¨²a solidariamente en caso de ataque contra uno de sus miembros, pero esa agresi¨®n debe ser externa. El renombrado art¨ªculo 5 de la Alianza, que dispone que todo ataque contra uno de sus miembros debe ser considerado una amenaza contra toda la organizaci¨®n, contempla solo casos de agresiones -terroristas o de otro tipo- provenientes del exterior. Por eso Estados Unidos pudo invocarlo el 11 de septiembre y, en cambio, Grecia no pudo hacerlo en la revuelta de los coroneles de 1967, cuando la dictadura militar se hizo con el control del pa¨ªs pese a formar parte de la Alianza desde 1952.
El art¨ªculo 5 del tratado se limita a constatar: ¡°Un ataque armado contra uno o m¨¢s miembros de Europa o Norteam¨¦rica ser¨¢ considerado como un ataque contra todos¡±, sin identificar el origen. Pero las fuentes consultadas recuerdan los casos tanto de Grecia en 1967 como de Portugal en 1975. Ambos eran miembros de la organizaci¨®n ¨Cy continuaron si¨¦ndolo- con sus cambios de r¨¦gimen, hacia la dictadura militar en el caso de Grecia y hacia la democracia en el caso de Portugal. Y ninguno de sus Gobiernos en aquel momento pidi¨® auxilio a la organizaci¨®n ni cambi¨® su estatus por sus convulsiones internas.
La ¨²nica vez en la historia de la Alianza que se ha invocado el art¨ªculo 5 (la verdadera fortaleza de la OTAN porque abre la v¨ªa a esa defensa colectiva de los 28 aliados) fue el 11 de septiembre de 2001. Entonces Estados Unidos entendi¨® que sufr¨ªa una amenaza externa a su sistema y hall¨® la solidaridad del resto de miembros.
Con esas limitaciones, tanto a la Alianza Atl¨¢ntica como a la UE no les queda mucha m¨¢s opci¨®n que intentar influir ¨Cy maniobrar- pol¨ªticamente en Ankara. Ambas se juegan mucho. Para la OTAN, Turqu¨ªa representa el ¨²nico aliado en el escenario de inestabilidad extrema que representa el vecindario sur de Europa. Para protegerla de la guerra en Siria, la Alianza ha proporcionado al Gobierno de Ankara una defensa consistente en instalar misiles Patriot para repeler cualquier tipo de agresi¨®n proveniente de la vecina Siria.
M¨¢s recientemente, la OTAN acord¨® la semana pasada en Varsovia, en su cumbre bienal, prestar aviones de vigilancia de largo alcance (los AWACS, uno de los pocos activos en manos de la Alianza) para supervisar, desde Turqu¨ªa y desde el espacio a¨¦reo internacional, la situaci¨®n en Siria y en Irak.
Pese a acometer esos proyectos defensivos, Turqu¨ªa se ha convertido en un aliado inc¨®modo para la OTAN. El giro del presidente Recep Tayyip Erdogan, que pas¨® de no querer enemistarse con nadie a enfrentarse con casi todos los socios exteriores, coloc¨® a la Alianza en una situaci¨®n complicada, cuando las fuerzas armadas turcas derribaron un caza ruso que invadi¨® el espacio a¨¦reo de su pa¨ªs. Fue una situaci¨®n tensa que pod¨ªa haber generado una intensa crisis y que llev¨® a la OTAN a defender verbalmente a su aliado, aunque con un perfil muy bajo.
Un socio clave
M¨¢s que para la organizaci¨®n defensiva, las repercusiones del intento de golpe impactar¨¢n de lleno en la UE. Turqu¨ªa se ha convertido en un socio clave para la Uni¨®n porque ha logrado en pocas semanas lo que nadie consigui¨® durante el a?o y medio anterior: frenar los flujos de migrantes y refugiados que durante 2015 transportaron a cerca de 900.000 personas desde las costar turcas hasta las griegas. En abril de este a?o, tras la firma en marzo del acuerdo migratorio que contemplaba la devoluci¨®n a Turqu¨ªa de todo extranjero que pusiera un pie en Grecia, las llegadas pr¨¢cticamente se interrumpieron. Y la tendencia contin¨²a.
Si el Gobierno de Erdogan cae, Bruselas se queda, en principio, sin interlocutor v¨¢lido para proseguir el acuerdo. De entrada, los riesgos de afluencia masiva son bajos porque a una dictadura militar se le supone un control f¨¦rreo de las fronteras exteriores. Pero est¨¢ por ver que las nuevas autoridades del pa¨ªs se sientan vinculadas por un acuerdo que las obliga a mantener a los refugiados en su territorio (e incluso a acoger a los que hayan logrado cruzar a suelo comunitario) a cambio de eliminar el requisito del visado a los turcos que quieran desplazarse a la UE y de conceder hasta 6.000 millones de euros a Ankara para atenci¨®n a los casi tres millones de refugiados sirios e iraqu¨ªes que acoge el pa¨ªs.
La alta representante para la Pol¨ªtica Exterior Europea, Federica Mogherini, ha llamado ¡°a la calma y al respeto por las instituciones democr¨¢ticas¡± en su cuenta de Twitter. La jefa de la diplomacia europea ha asegurado estar ¡°en permanente contacto¡± con la delegaci¨®n europea en Ankara.
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