Obama y Pe?a Nieto reafirman los lazos bilaterales a la sombra de Trump

¡°El pr¨®ximo presidente electo encontrar¨¢ en M¨¦xico y en su gobierno una actitud positiva, propositiva y de buena fe para engrandecer la relaci¨®n entre ambas naciones¡±, asegur¨® Pe?a Nieto en rueda de prensa con Obama, al t¨¦rmino de su reuni¨®n en el Despacho Oval. Tras reiterar que su Gobierno ¡°no opinar¨¢ ni se involucrar¨¢¡± en el proceso electoral estadounidense, asegur¨® su ¡°mayor respeto¡± a los dos candidatos, la dem¨®crata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, y les propuso un ¡°di¨¢logo franco y abierto con quien resulte electo sobre la relaci¨®n¡± bilateral.

¡°Para el pueblo y Gobierno de M¨¦xico, la buena relaci¨®n con EE UU es esencial, desde ahora manifiesto la absoluta voluntad de colaboraci¨®n con quien en noviembre sea electo como l¨ªder de esta naci¨®n¡±, insisti¨®.

El que probablemente ser¨¢ el ¨²ltimo encuentro en la Casa Blanca entre los dos mandatarios no fue una cita largamente planeada. Ni estrictamente necesaria. Obama y Pe?a Nieto acaban, como quien dice, de verse en la Cumbre de los Three Amigos, la cita norteamericana celebrada en Ottawa junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, hace menos de un mes. De hecho, la agenda oficial de esta nueva reuni¨®n ¡ªcambio clim¨¢tico, energ¨ªa, cooperaci¨®n regional y asuntos fronterizos¡ª no pod¨ªa ser m¨¢s gen¨¦rica. Pero s¨ª era un encuentro deseado, por las dos partes.

Tener sentado en el Despacho Oval al presidente de M¨¦xico, el pa¨ªs m¨¢s vilipendiado por el aspirante republicano a sentarse en esa misma oficina en seis meses es un mensaje contundente de un Obama que arde en deseos de implicarse en la carrera electoral para elegir a su sucesor. El presidente dem¨®crata ha prometido hacer todo lo que est¨¦ en sus manos para impulsar la candidatura de su exsecretaria de Estado, Hillary Clinton. La que aspira a ser la primera mujer presidente de Estados Unidos ser¨¢ oficialmente nominada como la candidata dem¨®crata en la Convenci¨®n Nacional Dem¨®crata que comienza el lunes pr¨®ximo en Filadelfia.

Invitar justo antes de esa cita al presidente del pa¨ªs con el que Trump, como reafirm¨® en su discurso de aceptaci¨®n de la nominaci¨®n el jueves, quiere construir un muro de m¨¢s de 3.000 kil¨®metros y del que proceden la mayor¨ªa de los inmigrantes contra los que clama el candidato republicano, es una imagen elocuente que apenas necesita explicaci¨®n.

Aun as¨ª, Obama afirm¨® una y otra vez que M¨¦xico es un ¡°aliado clave¡± de EE UU y que los lazos que los unen van mucho m¨¢s all¨¢ de unas relaciones comerciales no por ello menos importantes. Algo que consider¨® necesario resaltar en vista de la ¡°cargada ret¨®rica que se escucha estos d¨ªas¡±, subray¨® en alusi¨®n clara al discurso del republicano.

Menos de un d¨ªa despu¨¦s de que Trump arramblara una vez m¨¢s contra los tratados de libre comercio que tanto ha buscado negociar el equipo de Obama, comparecer junto al representante de uno de los pa¨ªses con el que EE UU tiene uno de los acuerdos m¨¢s cuestionados en este ciclo electoral, el Nafta con M¨¦xico y Canad¨¢, era otra imagen que hablaba por s¨ª sola. Pero por si acaso, Obama record¨® lo que est¨¢ en juego cuando se habla a la ligera de un tema que crispa a muchos trabajadores en el pa¨ªs.

¡°Ahora que tanto se habla de empezar una guerra comercial o aumentar las barreras proteccionistas, es bueno recordar por ejemplo que muchas de las f¨¢bricas de autom¨®viles en nuestro pa¨ªs tendr¨ªan m¨¢s dificultades para producir si no pudieran obtener los suministros de las compa?¨ªas de M¨¦xico¡±, afirm¨®. Lo que hay que hacer, subray¨®, es ¡°centrarnos en c¨®mo garantizamos que la econom¨ªa funciona para todos y no solo unos pocos¡±, subray¨®.