El miedo atenaza a quienes discrepan del r¨¦gimen
Las purgas, el estado de emergencia y el creciente autoritarismo asustan a los turcos que no simpatizan con Erdogan. Algunos desean marcharse del pa¨ªs.
No hay duda de que la inmensa mayor¨ªa de los turcos se opon¨ªa al golpe de estado. Pero la fracasada sublevaci¨®n ha supuesto una oportunidad para que el presidente Recep Tayyip Erdogan, que ha ganado elecci¨®n tras elecci¨®n con cerca del 50% de los votos, apuntale sus bases de poder y su influencia en todo el aparato del Estado, mientras sus seguidores lo celebran en las plazas al grito de ¡°?Al¨¢ es grande!¡±. Algo que la otra mitad de Turqu¨ªa vive con recelo y con temor. Las purgas sin precedentes en la Administraci¨®n p¨²blica, la imposici¨®n del estado de emergencia y las restricciones a los viajes al extranjero llegan adem¨¢s como colof¨®n a un a?o caracterizado por la guerra contra los kurdos en el sudeste del pa¨ªs, los atentados del Estado Isl¨¢mico y el PKK kurdo y un creciente autoritarismo del Gobierno.
Las purgas, si bien afectan en su mayor¨ªa a entidades y personas ligadas a los g¨¹lenistas, tambi¨¦n se han llevado por delante a personas que nada ten¨ªan que ver con ellos. Por ejemplo a D.C., una maestra empleada en una instituci¨®n del Ayuntamiento de Estambul, a la que han echado tras el golpe: ¡°Todos mis compa?eros, la mayor¨ªa del AKP, sab¨ªan que yo era de la oposici¨®n, pero nos respet¨¢bamos y me felicitaban porque hac¨ªa muy bien mi trabajo. Ahora se ha demostrado que no importa que seas buena persona, o buena profesora, solo que seas del partido¡±.
El problema, dice esa maestra, no es solo el despido ¡ªque no puede recurrir legalmente porque lo impiden las normas del estado de emergencia¡ª sino la ¡°estigmatizaci¨®n¡± que supone el que la hayan acusado de g¨¹lenista. Es algo que la enfada, aya que afirma que sufri¨® el poder de esta cofrad¨ªa religiosa cuando, en un momento en que todav¨ªa Erdogan y G¨¹len eran aliados, perdi¨® una plaza de profesora en la Universidad porque eligieron a un candidato g¨¹lenista pese a que ten¨ªa menos puntuaci¨®n que ella. ¡°Me acusan de ser una traidora y con eso me est¨¢n cerrando las puertas a que vuelva a trabajar en el sector p¨²blico y para muchas empresas privadas. Solo me queda trabajar de aut¨®noma o irme del pa¨ªs¡±.
¡°Hermano, este pa¨ªs ha llegado a una situaci¨®n completamente invivible¡±, dice Kadir ¡ªque prefire no dar su nombre real para proteger su privacidad¡ª mientras fuma en una terraza de Estambul. Es un peque?o empresario, una de esas personas de origen humilde que en la ¨²ltima d¨¦cada y media ha ascendido a la clase media de la mano del boom econ¨®mico que ha caracterizado el Gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista), al que Kadir no ve¨ªa con malos ojos durante sus primeros a?os en el poder. ¡°Si para los extranjeros que residen aqu¨ª es doloroso vivir lo que est¨¢ ocurriendo, imag¨ªnate para nosotros. Yo he nacido, he crecido aqu¨ª y ver esto me mina la moral. Me quiero ir del pa¨ªs¡±.
No es el ¨²nico que se lo plantea. Son muchos, especialmente j¨®venes con titulaciones universitarias, los que han decidido bien marcharse del pa¨ªs, o bien retirarse a alguna localidad peque?a y m¨¢s tranquila, alejados de los acontecimientos pol¨ªticos de las grandes ciudades turcas, movidos por un sentimiento de derrota tras ser aplastada la revuelta de Gezi (2013) e incrementarse la tendencia represiva del Gobierno, unido a la cada vez mayor sensaci¨®n de inseguridad.
¡°En mi casa tenemos miedo a salir a la calle, porque los manifestantes est¨¢n descontrolados, y he visto a algunos [partidarios del Gobierno] instando en Twitter a salir con pistolas a la calle¡±, explica una profesora universitaria que tampoco quiere dar su nombre real. Dado que la mayor parte de los medios de comunicaci¨®n turcos han sido acaparados por el Gobierno, muchos turcos contrarios a Erdogan usan las redes sociales para informarse, pero en ellas circulan tambi¨¦n much¨ªsimos bulos infundados que contribuyen a sembrar desasosiego. ¡°Hay mucha confusi¨®n, por ejemplo, se dice que los acad¨¦micos de la educaci¨®n p¨²blica no pueden salir al extranjero, pero no se sabe si los de la privada tambi¨¦n¡±. El Gobierno ha impuesto ciertas restricciones a que sus ciudadanos salgan del pa¨ªs, como modo de evitar que los presuntos golpistas a¨²n a la fuga escapen de Turqu¨ªa, pero esto tambi¨¦n asusta entre mucha gente que simplemente quiere viajar al extranjero en vacaciones.
El miedo de Mahmut es a¨²n mayor: ¡°Estoy encerrado en casa. Temo por mi seguridad y la de mi familia¡±. Es un periodista que pide ocultar su verdadera identidad y que anteriormente trabajaba para un diario adscrito al movimiento de Fetul¨¢ G¨¹len, el predicador al que el Gobierno acusa de ser el cerebro del golpe. Mahmut se queja de que las purgas iniciadas contra funcionarios (m¨¢s de 60.000 trabajadores suspendidos de empleo) e instituciones privadas (m¨¢s de 2.300 entidades clausuradas) son ¡°una caza de brujas¡±. ¡°Yo no soy un golpista, quiero que se investigue el golpe y se castigue a los culpables, y que no se nos haga pagar a los inocentes. Pero el Gobierno nos acusa a todos nosotros de traidores y si salgo a la calle y alguien me reconoce podr¨ªa sufrir un ataque. Recibo amenazas todos los d¨ªas¡±, denuncia.
Desde que se iniciaron las detenciones de presuntos golpistas, al menos un prefecto y dos oficiales se han suicidado antes que asumir la verg¨¹enza de ser acusados de pertenecer a la organizaci¨®n g¨¹lenista. ¡°Las purgas son comprensibles. Esta gente pertenece a un movimiento poco transparente y muy peligroso ?Y ha bombardeado el Parlamento!¡±, opina Ceren Kenar, columnista del diario progubernamental T¨¹rkiye: ¡°El Gobierno tiene que limpiar la Administraci¨®n y los pr¨®ximos a?os van a ser cruciales, aunque tambi¨¦n ser¨¢ un periodo doloroso para todos¡±. Eso s¨ª, tambi¨¦n reconoce que existe el peligro de que se abuse de las denuncias falsas y que, en los lugares de trabajo, se utilicen las acusaciones de g¨¹lenista para deshacerse de colegas potencialmente rivales.
Sin embargo, Kenar sostiene que al mismo tiempo esta situaci¨®n podr¨ªa suponer ¡°una oportunidad para que Turqu¨ªa inicie un proceso de reconciliaci¨®n¡±. ¡°La oposici¨®n mostr¨® una sobresaliente postura antigolpista¡± dice la analista turca, que cree que ahora el enorme vac¨ªo dejado en la Administraci¨®n por los g¨¹lenistas purgados ser¨¢ llenado con funcionarios cercanos a otros partidos de la oposici¨®n, que anteriormente hab¨ªan sido marginados por los islamistas: ¡°Y esto podr¨ªa ayudar a sanar viejas heridas¡±.
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