Trump vs M¨¦xico. ?Y ahora qu¨¦ hacemos?
Estamos obligados a buscar un mayor espacio de autonom¨ªa comercial y econ¨®mica
Mientras el resto del mundo observa el encumbramiento de Donald Trump como un rasgo del mal gusto y de la excentricidad desaforada de la peor expresi¨®n de la sociedad estadounidense, los mexicanos lo contemplan como la cuenta regresiva de una terrible pesadilla a punto de convertirse en realidad.
Lo que hasta hace algunos meses parec¨ªa una broma puede dar lugar a la peor crisis que el pa¨ªs haya padecido en mucho tiempo. Y no s¨®lo porque somos vecinos y compartimos 3.000 kil¨®metros de frontera, tambi¨¦n porque el candidato republicano ha convertido a los mexicanos en chivo expiatorio de los males que aquejan a su pa¨ªs. Peor a¨²n, ha convencido a gran parte de la poblaci¨®n blanca de que el pa¨ªs vecino es el responsable del empobrecimiento y del deterioro de su calidad de vida. Drogas, inseguridad, pandillerismo, p¨¦rdida de empleos a manos de los migrantes, competencia desleal a los agricultores, cementerios industriales por el traslado de empresas a territorio mexicano.
Lo que hasta hace algunos meses parec¨ªa una broma puede dar lugar a la peor crisis que M¨¦xico haya padecido en mucho tiempo
Un discurso rampante y tramposo que no s¨®lo ha atrapado a la llamada white trash (poblaci¨®n blanca de origen rural, empobrecida y poco educada), sino tambi¨¦n a buena parte de la clase media que ha perdido poder adquisitivo en los ¨²ltimos a?os.
En un art¨ªculo reciente del New Yorker, Hua Hsu ofrece nuevos ¨¢ngulos al resentimiento que experimenta la mayor¨ªa blanca y el punto de fuga que ofrece Trump a sus problemas. Para las clases trabajadoras blancas el color de su piel no representa ya un privilegio o una garant¨ªa. Predomina el sentimiento de que las pol¨ªticas de integraci¨®n y las laxas leyes de inmigraci¨®n los han empujado hacia abajo en la escala del ascenso social. La blancura de su piel, justamente, es la raz¨®n por la cual se encuentran en desventaja.
Parad¨®jicamente, la elecci¨®n de Obama imprimi¨® una tensi¨®n adicional en esta sensaci¨®n de despojo, pues signific¨® el avance de la otredad a la m¨¢xima posici¨®n de la escalera y, en esa proporci¨®n, la peor de las afrentas. La llegada a la Casa Blanca de un presidente que no es blanco por primera vez en la historia, provoc¨® en estos sectores la posibilidad de verse a s¨ª mismos como desplazados. La xenofobia de Trump y sus acusaciones en contra de los latinos ofrecen una v¨ªa pol¨ªtica y emocional para la reconquista del poder, sin importar las consecuencias.
?Y cu¨¢les podr¨ªan ser esas consecuencias? Los especialistas apenas comienzan a hacer el inventario de los posibles da?os y ciertamente no son menores. Si bien es cierto que la capacidad del Ejecutivo est¨¢ limitada por el entramado institucional (y para muestra lo poco que pudo hacer Obama para impulsar su agenda), la mera radicalizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica y el cambio de actitudes hacia el sur provocar¨ªa tsunamis en la econom¨ªa mexicana. Ahora mismo, la candidata dem¨®crata, Hillary Clinton, ha declarado su disposici¨®n a revisar los tratados comerciales con M¨¦xico (algo que ella ya hab¨ªa anticipado pero que ha acentuado a partir de la actitud de Trump).
La mera radicalizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica y el cambio de actitudes hacia el sur provocar¨ªa tsunamis en la econom¨ªa mexicana
Estados Unidos representa el 80% del comercio internacional de M¨¦xico y el ¨²nico socio con el que tiene un super¨¢vit comercial; las plantas automotrices son el motor de la industria nacional (exportan 44.000 millones de d¨®lares anuales) y los cultivos de exportaci¨®n representan la columna vertebral del sector primario. El norte del pa¨ªs, la zona m¨¢s pr¨®spera, opera en funci¨®n de una relaci¨®n simbi¨®tica con el sur norteamericano. Las remesas de los inmigrantes son el verdadero subsidio a la miseria rural del M¨¦xico profundo (22.000 millones de d¨®lares anuales); en fin, la cotizaci¨®n del peso frente al d¨®lar puede transformarse en monta?a rusa con el anuncio de un triunfo de Trump.
No se trata de profetizar escenarios apocal¨ªpticos. Incluso si Trump gana, muchas de sus amenazas no pasar¨¢n de simples promesas de campa?a. Pero las cat¨¢strofes comienzan as¨ª, como ominosas y lejanas posibilidades s¨²bitamente convertidas en realidad.
Adem¨¢s del tard¨ªo intento del Gobierno mexicano para hacer cabildeo entre la opini¨®n p¨²blica estadounidense, tendr¨ªamos que comenzar a otear estrategias comerciales y productivas que nos hagan menos dependientes de los vaivenes de una atm¨®sfera pol¨ªtica tan inestable y emocional. En el mejor de los casos, Trump es apenas un anuncio de lo que nos depara el futuro. Al corto plazo no queda sino resistir, pero al mediano y largo plazo estamos obligados a buscar un mayor espacio de autonom¨ªa comercial y econ¨®mica. El imperio est¨¢ herido y nos puede cargar con cualquiera de sus coletazos.
@jorgezepedap
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