Barack Obama pasa la antorcha dem¨®crata a Hillary Clinton

"Nada te prepara de verdad para lo que te exige el despacho oval. Hasta que has estado sentado en esta mesa no puedes saber lo que significa lidiar con una crisis global o enviar a los j¨®venes a la guerra", dir¨¢ Obama, seg¨²n los fragmentos del texto distribuidos antes del discurso.

"Y es por eso que puedo decir con confianza que no ha habido hombre o mujer m¨¢s cualificado que Hillary Clinton para servir como presidente de Estados Unidos".

El discurso de Obama cierra un ciclo. El presidente saliente, entonces senador en la c¨¢mara estatal de Illinois, entr¨® en el escenario pol¨ªtico de EE UU hace exactamente 12 a?os. El 27 de julio de 2004 pronunci¨® un discurso en la convenci¨®n del Partido Dem¨®crata de Boston que proclam¨® a John Kerry candidato a la Casa Blanca. ¡°No existe una Am¨¦rica liberal y otra conservadora. No existe una Am¨¦rica negra y una Am¨¦rica blanca y una Am¨¦rica latina y una Am¨¦rica asi¨¢tica. Existen los Estados Unidos de Am¨¦rica¡±, dijo entonces. Aquellas palabras le convirtieron en gran protagonista de la convenci¨®n y le proyectaron como una estrella. Fue su primer gran paso hacia la Casa Blanca.

En Filadelfia, este mi¨¦rcoles, empez¨® la despedida. A Obama, que lleg¨® al cargo en 2009, le quedan seis meses en la Casa Blanca. Dejar¨¢ en herencia un pa¨ªs con el desempleo en torno al 5% ¡ªla mitad de lo que lleg¨® a ser en 2009¡ª y con la econom¨ªa en crecimiento. Tambi¨¦n un pa¨ªs en el que millones de personas sin seguro m¨¦dico han accedido a cobertura sanitaria. Obama no ha logrado terminar definitivamente las guerras de Afganist¨¢n e Irak, pero ha retirado la mayor¨ªa de tropas y ha puesto fin a la sangr¨ªa de bajas militares que sufr¨ªa EE UU al final de la presidencia de su antecesor, George W. Bush, y al inicio de la suya. Al mismo tiempo, se marchar¨¢ con un pa¨ªs polarizado y convulsionado por el ascenso de un pol¨ªtico con ret¨®rica xen¨®foba como Donald Trump.

En el discurso, Obama intentar¨¢ contrarrestar la visi¨®n tenebrosa de EE UU que la semana pasada Trump proyect¨® en la convenci¨®n republicana de Cleveland.

"La Am¨¦rica que yo conozco est¨¢ llena de coraje, de optimismo, e ingenio. La Am¨¦rica que conozco es decente y generosa", tiene previsto decir el presidente.

"Cierto, tenemos miedos reales. A la hora de pagar las facturas, de proteger a nuestros hijos, de cuidar a un padre enfermo", contin¨²a el discurso. Obama enumerar¨¢ el bloqueo pol¨ªtico en Washington, las divisiones raciales, los atentados recientes en Orlando y Niza, los cierres de f¨¢bricas en EE UU y la ansiedad de muchos padres por la falta de oportunidades de sus hijos.?

?"Todo esto es real. El desaf¨ªo es hacerlo mejor. Ser mejores", dice. "Pero viajando por este pa¨ªs, por los cincuenta estados, mientras me alegraba y lloraba con vosotros, lo que tambi¨¦n he visto, m¨¢s que ninguna otra cosa, es lo que va bien en Am¨¦rica".

El objetivo de Obama es preservar su legado. Sabe que una victoria de Trump, si cumple sus promesas, puede hacerlo saltar por los aires. Este es su inter¨¦s m¨¢s inmediato ¡ªcasi ego¨ªsta¡ª en la victoria de Clinton, que fue su secretaria de Estado durante el primer mandato y antes, su rival en las primarias dem¨®cratas de 2008. Obama ya ha anunciado que se movilizar¨¢ para que Clinton gane en noviembre. Es un presidente popular y un orador efectivo. En muchos aspectos, Clinton se presenta como una promesa de un tercer mandato del actual presidente.

Del partido de Bill al de Hillary

Ideol¨®gicamente, Clinton se ha situado en el pasado en el centro pragm¨¢tico. Pero en esta campa?a ha girado a la izquierda. Lo ha hecho presionada por la candidatura en las primarias de su rival, el senador socialista Bernie Sanders, y por el aire de los tiempos: el hartazgo con las ¨¦lites pol¨ªticas y la desconfianza hacia la globalizaci¨®n.

Con Hillary Clinton, el Partido Dem¨®crata ha aprobado el programa electoral m¨¢s a la izquierda en d¨¦cadas. No s¨®lo es un partido m¨¢s progresista que el de Obama en los ¨²ltimos a?os. Tambi¨¦n que el del marido de Hillary Clinton, el presidente Bill Clinton, que en los a?os noventa abander¨® a los nuevos dem¨®cratas, la versi¨®n norteamericana de la tercera v¨ªa europea.

El caso m¨¢s palmario es el de la pol¨ªtica comercial. Clinton, tras promover el TPP (el tratado de libre comercio con 11 pa¨ªses de la cuenca del Pac¨ªfico) cuando era secretaria de Estado, ahora se opone a su ratificaci¨®n. El nuevo proteccionismo de Clinton supone una ruptura con Obama, que impuls¨® el TPP. Y con el propio Bill Clinton, el presidente por excelencia del libre comercio.

La influencia de Sanders y de Trump ¡ªcandidatos que han hecho del proteccionismo su bandera¡ª definir¨¢ al Partido Dem¨®crata de Hillary Clinton. Los Clinton vuelven a controlar a los dem¨®cratas, pero no volver¨¢n a ser los dem¨®cratas de Bill.