El sindicalismo argentino se une contra Mauricio Macri

Ya no hay tregua entre el sindicalismo argentino y el presidente Mauricio Macri. El pr¨®ximo 22 de agosto, las tres corrientes que hoy dividen a la poderosa Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT) se unir¨¢n bajo el mando de un triunvirato. Las CGT Azopardo, la CGT Oficial y CGT Azul y Blanca ser¨¢n desde ese d¨ªa una sola, y han anticipado el tono que dar¨¢n a su oposici¨®n a Macri con un documento en el que denunciaron ¡°la falta de un plan econ¨®mico y pol¨ªtico¡±. La lectura del texto, titulado ¡°De mal en peor¡±, cerr¨® un plenario que reuni¨® a 147 delegados de los gremios que conformar¨¢n la futura CGT unificada. El llamado a una huelga nacional ha quedado, por ahora, en suspenso.

Si hay algo que distingue a Argentina del resto de Latinoam¨¦rica, e incluso de Europa, es la enorme fuerza de sus sindicatos. L¨ªderes eternos, pol¨¦micos, con pasados oscuros, que llevan 30 a?os al frente de sus centrales, como Hugo Moyano, jefe de los camioneros. Son tan fuertes que todos los gobiernos se les acercan. Es lo que hizo Mauricio Macri nada m¨¢s llegar al poder. Pero ese idilio inicial de Macri con los sindicalistas se ha roto. Primero fue una marcha conjunta realizada el 29 de abril que colaps¨® Buenos Aires. A esa demostraci¨®n de fuerza le sigui¨® el anuncio de retiro de Moyano (la hist¨®rica CGT Azopardo) para dedicar todas sus energ¨ªas al negocio del f¨²tbol (es presidente del club Independiente y tiene aspiraciones dentro de la Asociaci¨®n del F¨²tbol Argentino ¨CAFA). Moyano abri¨® as¨ª el camino hacia la reunificaci¨®n en una sola CGT que plantar¨¢ cara a Macri y sus reformas econ¨®micas.

El plenario ha sido una muestra de ello. Los l¨ªderes sindicales dijeron que el actual Gobierno es ¡°igual al de los 90¡±, cuando un peronista, Carlos Menem? (1989-1999), impuso sin anestesia las reformas neoliberales delineadas por el Consenso de Washington. Denunciaron tambi¨¦n un ¡°camino de penurias¡± a ra¨ªz del "tarifazo, la devaluaci¨®n, la apertura de importaciones, la alta inflaci¨®n, la ca¨ªda del poder adquisitivo y p¨¦rdida del empleo". Uno de los m¨¢s duros fue el gastron¨®mico Luis Barrionuevo, l¨ªder de la CGT Azul y Blanca. "Estamos ante un gobierno que es d¨¦bil, los yuppies y los CEO nos dec¨ªan que iban a resolver los problemas. Pero vamos a llegar al a?o de gesti¨®n y dicen que est¨¢n aprendiendo. Espero que hagan una carrera r¨¢pida de aprendizaje, porque si no estamos todos jodidos", dijo.

El cierre del plenario estuvo a cargo de Antonio Cal¨®, al frente de la CGT Oficial. Antes de que sonara la marcha peronista, dijo que los sindicatos van camino a la unificaci¨®n, "aunque ac¨¢ falten gremios¡±. ¡°Esperamos que vengan todos para el 22 al Congreso normalizador", dijo, en referencia a los d¨ªscolos que a¨²n prefieren un ¨²nico l¨ªder al triunvirato que proponen los dirigentes.

Los sindicatos han sido hist¨®ricamente un dolor de cabeza para los presidentes argentinos no peronistas. El primero de la democracia, el radical Ra¨²l Alfons¨ªn, sufri¨® 13 huelgas generales y acab¨® adelantando el traspaso de poder al Menem en 1989. Fernando de la R¨²a tambi¨¦n sufri¨® el acoso de los sindicatos peronistas y acab¨® saliendo en helic¨®ptero de la Casa Rosada en diciembre de 2001. Macri lleg¨® al poder con el desaf¨ªo de cortar con ese maleficio. Cont¨® durante la campa?a con el apoyo de Moyano, enfrentado a Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner tras a?os de buenas relaciones. Pero la econom¨ªa no despeg¨® como los sindicatos esperaban, la presi¨®n de sus afiliados aument¨® y la unificaci¨®n se abri¨® como el camino m¨¢s rentable a sus intereses como oposici¨®n.

Macri, en tanto, ha intentado seducir a los jefes sindicales satisfaciendo viejas demandas. D¨ªas atr¨¢s, orden¨® el pago de 30.000 millones de pesos (2.000 millones de d¨®lares) que el Estado adeuda al sistema de salud que depende de los sindicatos. Las obras sociales son la principal fuente de ingreso de los gremios y la medida le permiti¨® a Macri una fotograf¨ªa en Casa Rosada con varios l¨ªderes de la CGT Oficial, la m¨¢s ¡°dialoguista¡±. Pero no ha sido suficiente, y a partir del d¨ªa 22 de agosto el Gobierno deber¨¢ enfrentar a una central sindical que ha decidido recuperar su larga tradici¨®n de lucha en la calle.