Otros cartones
As¨ª como los pintores andan siempre con libretas al vuelo donde apuntan esbozos de cuadros, Alfonso Reyes caminaba Madrid como si la villa fuese un mural inmenso
Alfonso Reyes, el m¨¢s espa?ol de los escritores mexicanos hasta ahora, empez¨® su prodigiosa d¨¦cada hace un siglo casi exacto. Sabemos que fue participante notable de las grandes tertulias literarias sobre las antiguas mesas de l¨¢pida de los ya viejos caf¨¦s, algunos de los cuales siguen atendiendo a su fantasma; tambi¨¦n fue notable traductor de no pocos p¨¢rrafos ingeniosos de G.K. Chesterton y precursor de lo que hoy llamamos cr¨ªtica cinematogr¨¢fica bajo el seud¨®nimo de F¨®sforo y activo promotor de mucha labor editorial, cultural, adem¨¢s de prol¨ªfico autor de sus propios ensayos, disquisiciones, apuntes y eso que ¨¦l mismo llam¨® Cartones de Madrid.
As¨ª como los pintores andan siempre con libretas al vuelo donde apuntan esbozos de cuadros y perfiles de posibles retratos, as¨ª tambi¨¦n Don Alfonso caminaba Madrid desde su primera residencia en la calle de Pardi?as o en su posterior direcci¨®n en la calle de Serrano como si la villa fuese un mural inmenso de la vida inm¨®vil, en constante movimiento. Por all¨ª el lamento de los pordioseros y los mendigos, el ingenio de los p¨ªcaros y la microhistoria de la ciudad de tantos siglos y pocos minutos; por ac¨¢, las voces roncas de las mujeres que llevaban agua en botijos y la algarab¨ªa del Entierro de la Sardina, los paseos por las calles arboladas, el retrato de los escritores y la filosof¨ªa del instante. Esos cartones de Madrid que escrib¨ªa Reyes eran prosa instant¨¢nea o literatura con prisa, como define Juan Villoro a la cr¨®nica o columna que no uede gastar tiempo en fermentaciones trasnochadas, la que se escribe precisamente como el apunte de los pintores y quiz¨¢ se vuelva a visitar posteriormente con el retoque al ¨®leo y la p¨¢tina de una reflexi¨®n m¨¢s pausada.
Debemos al periodista y editor Celso Jos¨¦ Garza y a todo el equipo editorial de la Universidad Aut¨®noma de Nuevo Le¨®n la buena ocurrencia de presentar en estos d¨ªas una nueva edici¨®n de los Cartones de Madrid, donde se me honra con la oportunidad de a?adirle un pr¨®logo y unos dibujos con los que intento retratar lo que el propio Don Alfonso dibuj¨® en palabras. Esta nueva edici¨®n circula ya en librer¨ªas de M¨¦xico y es de esperarse que no pasen muchos meses para que pueda desfilar en los escaparates y vitrinas, rese?as y suplementos de Madrid y Espa?a entera tan s¨®lo para confirmar que esa voz sabia que levit¨® por estos lares hace exactamente cien a?os no ha perdido un ¨¢pice de vitalidad y agudeza, de limpia observaci¨®n de lo que pasa en las r¨²as y ponderado comentario de lo que genera opini¨®n o pensamiento con s¨®lo escucharse por las calles y caf¨¦s.
Con todo, es un libro que merece estar en los estantes y en la n¨®nima de lecturas de todo amante de Madrid, as¨ª como de todo viajero en potencia que a¨²n no cumple con la posibilidad de visitarlo y confirmar en tercera dimensi¨®n el ¨¢nimo y los aromas, los cantos y desencantos que bien supo transcribir Alfonso Reyes con esa tinta que transpira el afecto entra?able por la ciudad. Si acaso hay algo que podr¨ªamos esperar de una futura edici¨®n de estos Cartones de Madrid es que cuando las modernas tecnolog¨ªas nos rebasen del todo y podamos incorporar la teletransportaci¨®n al pret¨¦rito o la transubstanciaci¨®n de los p¨¢rrafos, esos mismos cartones ¨Cde escribir hoy mismo bajo el bochornoso calor que sofoca a Madrid¡ªser¨ªan no menos que acuarelas psicod¨¦licas donde las aceras y los monumentos, los paseantes y los carromatos, los coches y las terrazas, las aves y los ¨¢rboles se funden en una sabrosa gelatina multicolor que s¨®lo se alivia con la brisa de la lectura¡ intemporal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.