Remedios m¨¢gicos contra el c¨¢ncer y la esquizofrenia en los hospitales militares de China
El Ej¨¦rcito externaliza ilegalmente servicios a compa?¨ªas privadas que ofrecen tratamientos fraudulentos
Los hospitales militares gozan de un buen prestigio en China. Los chinos?consideran que las instalaciones y el personal m¨¦dico son mejores que en los hospitales ordinarios. Sin embargo, la realidad es que la gran mayor¨ªa ni siquiera est¨¢n bajo el paraguas del Ministerio de Sanidad y su supervisi¨®n es m¨ªnima. Centros?repartidos por todo el pa¨ªs presumen en sus p¨¢ginas webs de curar la esquizofrenia o la epilepsia con tratamientos experimentales cuya efectividad no est¨¢ probada y pueden ser da?inos para la salud. ?
El fraude de los tratamientos que ofrecen los hospitales del Ej¨¦rcito han salido a la luz despu¨¦s de que en mayo un joven llamado Wei Zexi se sometiera a un tratamiento experimental para curarse de un c¨¢ncer en Pek¨ªn. El paciente y su familia se gastaron 200.000 yuanes (unos 26.600 euros) en un tratamiento basado en el uso de c¨¦lulas generadas por el propio sistema inmunitario del paciente.
El joven apost¨® por esta cura despu¨¦s de someterse, sin ¨¦xito, a varias sesiones de quimioterapia y ver que el tratamiento estaba en lo m¨¢s alto de los resultados de Baidu, el Google chino. Lo que no sab¨ªa es que la unidad de oncolog¨ªa del Segundo Hospital de la Polic¨ªa Armada de Pek¨ªn estaba gestionada, en realidad, por la compa?¨ªa privada Shanghai Kangxin. Tanto los hospitales p¨²blicos como los militares tienen prohibido externalizar sus servicios. Pero el caso?evidenci¨® una cadena de malas pr¨¢cticas, ilegalidades y abusos por parte de estos centros, gestionados por el Ej¨¦rcito, como la externalizaci¨®n de algunos de sus servicios a compa?¨ªas privadas que ofrecen tratamientos ilegales y cuya efectividad ha sido puesta en duda por los expertos.
Wei y su familia se gastaron 200.000 yuanes (unos 26.600 euros) en un tratamiento basado en el uso de c¨¦lulas generadas por el propio sistema inmunitario del paciente. El joven apost¨® por esta cura despu¨¦s de someterse, sin ¨¦xito, a varias sesiones de quimioterapia y ver que el tratamiento estaba en lo m¨¢s alto de los resultados de Baidu, el Google chino. Lo que no sab¨ªa es que la unidad de oncolog¨ªa del Segundo Hospital de la Polic¨ªa Armada de Pek¨ªn estaba gestionada, en realidad, por la compa?¨ªa privada Shanghai Kangxin. Tanto los hospitales p¨²blicos como los militares tienen prohibido externalizar sus servicios.
Wei falleci¨® a los pocos meses y sus v¨ªdeos en las redes sociales denunciando el fraude indignaron a la opini¨®n p¨²blica del pa¨ªs. Pocos d¨ªas despu¨¦s de que saltara el esc¨¢ndalo, decenas de personas hac¨ªan cola en el Segundo Hospital de la Polic¨ªa Armada de Pek¨ªn -donde el joven se trat¨®- para pedir compensaciones y, sobre todo, explicaciones.
"El director del centro me prometi¨® que mi padre, diagnosticado de c¨¢ncer de pulm¨®n, podr¨ªa vivir como m¨ªnimo cinco a?os m¨¢s gracias a este tratamiento. Tras dos tandas que nos costaron 540.000 yuanes (unos 73.000 euros), falleci¨®", explica Fan Meiying. "Mi padre sufre c¨¢ncer de vejiga y tras someterse al tratamiento aparecieron otros efectos secundarios como asma. Ahora est¨¢ mucho peor. Despu¨¦s de saber lo que le pas¨® a Wei Zexi quiero a mi padre fuera de este centro lo antes posible, no puedo confiar en ellos", cuenta Liu Chao.
Un anterior accionista de Shanghai Kangxin, Chen Yuanfa, explic¨® al peri¨®dico local China Business Journal que en su etapa en la empresa los contactos con los hospitales militares eran recurrentes. Las negociaciones entre la compa?¨ªa y estos centros inclu¨ªan sobornos de hasta un mill¨®n de yuanes (unos 135.000 euros) para lograr los contratos. Su empresa ten¨ªa en el a?o 2011 v¨ªnculos con m¨¢s de 80 hospitales militares. La Oficina de Salud de la Comisi¨®n Militar Central, de la que dependen estos centros, rechaz¨® responder a las preguntas de este peri¨®dico sobre estas acusaciones.
La investigaci¨®n oficial sobre el caso Wei Zexi determin¨® que el hospital viol¨® las normas sobre externalizaci¨®n de servicios. Las autoridades urgieron a la cl¨ªnica a suspender el contrato con la empresa privada y se "castig¨®" a diez responsables, dos de los cuales fueron despedidos y pasaron a disposici¨®n judicial. El Ej¨¦rcito chino anunci¨® en mayo una revisi¨®n exhaustiva de los contratos de sus hospitales para detectar irregularidades similares.
Tres meses despu¨¦s varios centros repartidos por el territorio chino siguen anunciando estos tratamientos frauduentos. Son cinco hospitales militares en Pek¨ªn, Shangh¨¢i, Shenyang y Nanning que presumen de curar enfermedades como par¨¢lisis cerebral, cirrosis, insuficiencia renal, Parkinson, Hepatitis B o epilepsia. Preguntados por este peri¨®dico, los cinco centros han asegurado que han suspendido estos tratamientos, pero los anuncios siguen en la web. Algunos hasta alardean de haber colaborado con organizaciones y universidades del extranjero y de contar con tasas de curaci¨®n que superan el 90%. La ley ni siquiera permite que se anuncien.
Aproximadamente un 70% de las compa?¨ªas de sanidad privada en China est¨¢n gestionadas por empresarios de la ciudad de Putian, en la provincia costera de Fujian. No es la primera vez que se cuestiona la calidad de los servicios de estos grupos, pero los delitos quedan impunes porque se han convertido en un poderoso lobby que ha tejido importantes relaciones con el poder pol¨ªtico chino. El actual presidente, Xi Jinping, fue durante 17 a?os el gobernador de esta pr¨®spera regi¨®n.
El Ej¨¦rcito chino se convirti¨® en una potente empresa a partir de mediados de 1980, cuando el Gobierno central recort¨® las aportaciones a los militares y autoriz¨® su entrada en el mundo de los negocios para compensar el menor presupuesto. Desde entonces controla miles de empresas: f¨¢bricas, minas, hospitales, y sobre todo un lucrativo negocio inmobiliario. Los militares apenas han tenido que rendir cuentas sobre sus actividades empresariales.
Vistos los entresijos entre el Ej¨¦rcito y el sector privado, China anunci¨® en marzo la decisi¨®n de que las Fuerzas Armadas abandonen sus negocios en los pr¨®ximos tres a?os para acabar con las pr¨¢cticas corruptas. El plan prev¨¦ que la gesti¨®n de los hospitales pase en manos de organizaciones sociales.
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