La ONU mantiene la inmunidad pese a admitir su responsabilidad en el estallido de c¨®lera en Hait¨ª
La justicia estadounidense rechaza la demanda presentada en nombre de v¨ªctimas de la epidemia
Esta ha sido una semana de autocr¨ªtica y de alivio para la ONU. La organizaci¨®n ha admitido por primera vez su responsabilidad en el estallido en 2010 de un brote de c¨®lera en Hait¨ª, pero la justicia estadounidense ha reafirmado su inmunidad ante una demanda de v¨ªctimas de la epidemia que reclaman una compensaci¨®n multimillonaria.
Ambos episodios reflejan el delicado juego de equilibrios que trata de hacer Naciones Unidas ante la pol¨¦mica por la reaparici¨®n del c¨®lera en Hait¨ª, donde se consideraba erradicado y que en los ¨²ltimos seis a?os ha matado a m¨¢s de 9.000 personas y afecta a unas 8.000 en el pa¨ªs m¨¢s pobre del Hemisferio Occidental.
De un lado, la ONU busca limpiar la mala imagen por minimizar su papel en la crisis del c¨®lera cuando su funci¨®n como organismo internacional es recetar buenas pr¨¢cticas en el mundo. Pero del otro, quiere blindar su inmunidad legal y evitar cualquier costosa demanda que pueda sentar un precedente.
Tras a?os negando cualquier responsabilidad, la ONU reconoci¨® el jueves su ¡°propia involucraci¨®n¡± en el inicio de la epidemia de c¨®lera en Hait¨ª, tras la llegada de sus fuerzas de paz tras el devastador terremoto de 2010, y esgrimi¨® que ¡°tiene que hacer m¨¢s¡± al respecto. El secretario general, Ban Ki-moon, consider¨® que el organismo tiene una ¡°responsabilidad moral¡± y prometi¨® impulsar un programa de asistencia a las v¨ªctimas. Pero la organizaci¨®n evit¨® reconocer si sus trabajadores fueron los causantes espec¨ªficos del brote ni asumi¨® cualquier responsabilidad legal.
El mea culpa de la ONU llega tras filtrarse el borrador de un informe interno de un asesor de derechos humanos que sostiene que la epidemia ¡°no habr¨ªa estallado sin las acciones de Naciones Unidas¡± y critica duramente la pol¨ªtica de negaci¨®n del organismo sobre su papel en esa crisis.
Inmunidad diplom¨¢tica
La Convenci¨®n de Privilegios e Inmunidad de Naciones Unidas, aprobada en 1946, al a?o siguiente de la fundaci¨®n del organismo, establece que debe disfrutar ¡°en el territorio de cada uno de sus miembros de esos privilegios e inmunidades al ser necesarios para la ejecuci¨®n de sus prop¨®sitos¡±. El blindaje judicial ya exist¨ªa en la Liga de las Naciones, la precursora de la ONU, y es similar al que gozan la mayor¨ªa de diplom¨¢ticos en los pa¨ªses en los que operan.
Uno de los principales objetivos es evitar que algunos pa¨ªses puedan impulsar cargos judiciales injustos para as¨ª presionar a algunos diplom¨¢ticos.
En el caso de la ONU, hay excepciones: en el caso de disputas de derecho privado o de contratos, el organismo est¨¢ obligado a ¡°hacer provisiones para apropiados modos de acuerdo¡±, como argumenta la defensa de las v¨ªctimas haitianas.
Pocas horas despu¨¦s, un tribunal de apelaciones de Nueva York, donde tiene su sede la ONU, reafirm¨® la inmunidad del organismo ante una demanda en nombre de v¨ªctimas de c¨®lera en Hait¨ª, revalidando un fallo del a?o pasado de un juez federal. En la sentencia, el tribunal considera que la inmunidad de Naciones Unidas debe mantenerse.
Los demandantes disponen de 90 d¨ªas para decidir si recurren al Tribunal Supremo y lo har¨¢n dependiendo de las acciones que tome la ONU en ese periodo. Una convenci¨®n internacional de 1946 permite al organismo bloquear cualquier acci¨®n judicial, pero los demandantes argumentan que esa convenci¨®n lo obliga a establecer un proceso de acuerdo con las v¨ªctimas, algo que no ha ocurrido.
Una investigaci¨®n del Centro de Control de Enfermedades estadounidense concluy¨® en 2011 que fuerzas de paz de la ONU procedentes de Nepal, donde el c¨®lera es epid¨¦mico, fueron probablemente las causantes del estallido del brote de la enfermedad, que se transmite mediante agua contaminada por residuos humanos. Los soldados estaban estacionados cerca del mayor r¨ªo de Hait¨ª, al que vertieron aguas residuales. Ese mismo a?o, un informe de la ONU consider¨® que no se pod¨ªa concluir cu¨¢l fue la causa del brote, algo que hab¨ªa mantenido hasta ahora.
Seg¨²n una auditor¨ªa del organismo, en 2014 una cuarta parte de sus tropas en Hait¨ª segu¨ªa vertiendo sus residuos a canales p¨²blicos. Un 72% de los haitianos no tiene lavabos en casa y un 42% carece de acceso a agua potable.
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