El infierno de las c¨¢rceles guatemaltecas
M¨¢s de 20.000 reclusos conviven en condiciones infrahumanas, al grado de tener que turnarse para dormir en el suelo por falta de espacio
En Guatemala se ha vuelto com¨²n afirmar que sus c¨¢rceles son una sucursal del infierno. Tambi¨¦n se las llama "universidades del crimen" porque los reos, lejos de rehabilitarse, suelen volver a las calles m¨¢s peligrosos de cuando fueron internados, muchas veces por delitos menores. Las estad¨ªsticas hablan por s¨ª solas: una recopilaci¨®n de cifras del Sistema Penitenciario realizada por el Centro de Investigaciones Econ¨®micas Nacionales (CIEN, de tendencia liberal) arroja que del 1 de julio de 2015 al 31 del mismo mes de 2016, han muerto 146 reos en las prisiones, en su mayor¨ªa por actos violentos.
El documento puntualiza que estas muertes tienden al alza. Si durante los a?os 2012, 2013 y 2014 la cantidad de reos asesinados fue, en promedio 41 por a?o, durante 2015 se triplicaron y la tendencia es que este a?o se registre una cifra igual o mayor. ¡°En 2012 era tres veces m¨¢s probable morir en una c¨¢rcel que en la ciudad de Guatemala. En 2015 era nueve veces m¨¢s¡±, subraya el documento. Guatemala, de acuerdo al Centro de Investigaci¨®n InSight Crime, ocupa el quinto puesto entre los pa¨ªses latinoamericanos con m¨¢s altas tasas de asesinatos, con 30 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Las cifras oficiales del Sistema Penitenciario ayudan a explicar las condiciones de hacinamiento. Al 15 de agosto el n¨²mero de recluidos era de 20.702, cuando la capacidad instalada es apenas de 6.809. ¡°Llega a tal extremo, que los reos tienen que turnarse para poder tumbarse en el suelo, sin colchones, sin mantas, sin almohadas (¡) y los pocos que tienen acceso a ellas se las encuentran tan sucias que contraen enfermedades de la piel¡±, dice a EL PA?S Mar¨ªa Fernanda Gal¨¢n, analista de la Asociaci¨®n de Investigaci¨®n y Estudios Sociales (As¨ªes, independiente).
A esto habr¨ªa que sumar que las condiciones higi¨¦nicas son inexistentes. Las instalaciones carecen de agua corriente y los reos no tienen acceso a utensilios tan elementales como jab¨®n, toallas o papel higi¨¦nico. Si las carencias materiales son as¨ª de penosas, el Estado tampoco cumple con su tarea de brindar a la poblaci¨®n penitenciaria la atenci¨®n debida en materia de salud f¨ªsica y mental.
As¨ª, el pretender que se garantice a los reclusos sus derechos constitucionales como la garant¨ªa de no ser maltratados o tener una readaptaci¨®n psicol¨®gica, moral o intelectual, pertenece, de momento, a la utop¨ªa. Un estudio de As¨ªes titulado Consideraciones sobre el sistema penitenciario se?ala que no hay diagn¨®stico, observaci¨®n y evaluaci¨®n de los detenidos previo a su internamiento, por lo que una persona que cay¨® por una infracci¨®n de tr¨¢nsito debe convivir con criminales de la peor cala?a. No hay fuentes de trabajo para los condenados, sobre quienes queda el sambenito de ¡®delincuentes¡¯, lo que les cierra, al t¨¦rmino de su condena, un futuro dentro de la normalidad.
Cuando a esto se suma una guardia de presidios reclutada dentro de la m¨¢s absoluta marginalidad, con salarios de hambre y sin ninguna preparaci¨®n t¨¦cnica, se comprenden en toda su dimensi¨®n las palabras del ministro de Gobernaci¨®n (Interior), Francisco Rivas, quien en declaraciones a la prensa local se?al¨® que para que el Estado pueda recuperar el control de las c¨¢rceles ¨Cahora en manos de los reclusos¨C har¨ªan falta por lo menos 12 a?os, siempre que se defina una pol¨ªtica y esta tenga continuidad.
El asesinato de reos pasa desapercibido y solo en casos de acciones sanguinarias, como el ocurrido el 18 de julio cuando fue asesinado el reo Byron Lima, considerado el aut¨¦ntico ¡®amo¡¯ de las prisiones, alcanzan notoriedad. Al respecto, la Fiscal General del Estado, Thelma Aldana, dijo a este peri¨®dico que en el esclarecimiento de ese crimen se investigan las 14 muertes. ¡°A la fecha hemos recabado testimonios, abierto l¨ªneas de investigaci¨®n y trabajamos de manera conjunta con la Comisi¨®n internacional Contra la impunidad en Guatemala (CICIG, patrocinada por la ONU). Ser¨¢ dif¨ªcil llegar a la verdad, pero no imposible¡±, afirm¨®.
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