Colombia abre una nueva era al lograr un acuerdo de paz con las FARC tras 52 a?os de guerra
El presidente Santos anuncia que el plebiscito para refrendar los acuerdos ser¨¢ el 2 de octubre
![Javier Lafuente](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F3bfa7537-d1f9-43ba-99e1-efa988201450.jpg?auth=883db4b8c8dbd21f48252040f166b6e108952dc58fc925886792e90bc13b9721&width=100&height=100&smart=true)
Colombia ha logrado pasar una de las p¨¢ginas m¨¢s tr¨¢gicas de su historia reciente. El Gobierno y las FARC culminaron las negociaciones de paz tras casi cuatro a?os de conversaciones en La Habana, poco m¨¢s del 7% del tiempo que ha durado el conflicto entre la guerrilla y el Estado. Una guerra camino ya del olvido despu¨¦s de 52 a?os, cerca de ocho millones de v¨ªctimas, 220.000 muertos, 45.000 desaparecido, desplazados¡ Con el anuncio oficial del acuerdo final solo quedar¨¢ la firma definitiva y la refrendaci¨®n de lo pactado en un plebiscito que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 2 de octubre.
"Hoy hemos llegado a la meta. La firma de un acuerdo final con la guerrilla de las FARC es el fin del conflicto armado. La mejor forma de ganarle a la guerra fue sent¨¢ndonos a hablar de la paz". De esta forma se expresaba el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, nada m¨¢s anunciarse el pacto definitivo con la guerrilla (texto ¨ªntegro). Pese al rostro cansado, despu¨¦s de las jornadas maratonianas de los ¨²ltimos d¨ªas, De la Calle dio, sin duda, el discurso m¨¢s pedag¨®gico y esperanzador de los cuatro a?os de negociaciones:? "Probablemente todos hubi¨¦ramos querido algo m¨¢s. Nosotros mismos en la mesa hubi¨¦ramos querido algo m¨¢s. Pero el acuerdo logrado es el acuerdo viable, el mejor acuerdo logrado posible". "Termina la guerra con las armas y comienza el debate con las ideas", prosigui¨® su contraparte en las FARC, Iv¨¢n M¨¢rquez.
El fin de las negociaciones de la ¨²ltima confrontaci¨®n de la Guerra Fr¨ªa del mundo se comenz¨® a conocer por Twitter. ¡°El d¨ªa se acerca¡±, se le¨ªa en un mensaje difundido la noche del martes desde sendas cuentas del Alto Comisionado para la Paz y las FARC. El texto acompa?aba una foto en la que se mostraba a los negociadores sonrientes. Ya est¨¢, fue la sensaci¨®n. El optimismo se propag¨® y acto seguido fue sacudido por un halo de prudencia. Extraoficialmente, fuentes de ambos lados aseguraban que las negociaciones hab¨ªan concluido. Sin embargo, quedaban algunos detalles t¨¦cnicos, relativos sobre todo a la redacci¨®n del texto, por concretarse. En ning¨²n caso, aseguraban estas fuentes, los flecos pendientes pon¨ªan en peligro el acuerdo. Solo ped¨ªan esperar para hacerlo oficial. El anuncio se produjo pasadas las seis de la tarde de Colombia. Acto seguido, en una alocuci¨®n al pa¨ªs, el presidente anunci¨® que el plebiscito se celebrar¨¢ el 2 de octubre. "Hoy comienza el fin del sufrimiento, el dolor y la tragedia de la guerra", recalc¨® el mandatario.?
Este viernes se cumplir¨¢n cuatro a?os desde que el Gobierno y las FARC firmaron el acuerdo que establec¨ªa las bases de las negociaciones que se han desarrollado desde entonces en La Habana. Solventado el apartado de justicia y acordado el cese bilateral del fuego, el final de la guerra, faltaba por negociar las condiciones de la amnist¨ªa de los guerrilleros, su futura participaci¨®n en pol¨ªtica y c¨®mo se abordar¨ªa su reincorporaci¨®n a la vida civil. La pasada semana, el presidente colombiano apremi¨® a su equipo negociador para que destrabase estos puntos y lograr un acuerdo definitivo lo m¨¢s pronto posible. Despu¨¦s de jornadas maratonianas como no se recuerdan en todo el proceso, con reuniones de hasta 18 horas, todos los aspectos sustanciales quedaron finiquitados.
La consulta a la que se comprometi¨® Santos ha marcado los ¨²ltimos d¨ªas de las negociaciones. La urgencia del mandatario no era balad¨ª. El presidente necesitaba tener el acuerdo definitivo para llevarlo al Congreso y poder convocar el refer¨¦ndum de los acuerdos. Finalmente, se producir¨¢ el 2 de octubre. Santos quer¨ªa que la consulta no se demorase m¨¢s all¨¢ de la primera quincena de octubre para evitar que se solape con la reforma tributaria prevista. Las primeras encuestas no garantizan una victoria para el s¨ª y el mandatario teme que una subida de impuestos sea contraproducente a la hora de votar.
Las FARC, por su parte, llevar¨¢n el acuerdo final a un congreso interno, lo que se conoce como D¨¦cima Conferencia, en la que las bases guerrilleras dar¨¢n el visto bueno a lo negociado en La Habana desde 2012. Este acto, cuya log¨ªstica ya se est¨¢ preparando entre las filas guerrilleras, se celebrar¨ªa en las pr¨®ximas semanas y contar¨¢ con la presencia de un millar de miembros de las FARC entre jefes y mandos medios. Ser¨¢ entonces cuando la guerrilla m¨¢s antigua de Am¨¦rica Latina proclamar¨¢ que renuncia al alzamiento armado y que iniciar¨¢ la transici¨®n a un movimiento pol¨ªtico.
Hace cuatro a?os se pens¨® que el proceso de paz durar¨ªa unos pocos meses. Las negociaciones fueron m¨¢s complejas de lo previstas. Nunca han logrado despojarse de un manto de incertidumbre, en buena parte por el hermetismo con el que se han llevado. La popularidad hacia las conversaciones entre los colombianos ha sido siempre baja si se compara con el objetivo que se buscaba. La guerra entre el Gobierno y las FARC ha durado 52 a?os. En cuatro, solo cuatro para muchos, m¨¢s de cuatro para tantos otros, ambas partes han logrado sentar las bases acabar con la violencia de la guerrilla, iniciar su tr¨¢nsito a la vida pol¨ªtica e iniciar el camino para reducir la abismal distancia entre el campo y la ciudad.
Para cerrar este capitulo de la historia, sin embargo, a¨²n quedan varias p¨¢ginas. El anuncio de que se hayan concluido las negociaciones, de que, en definitiva, hay un acuerdo de paz, no significa que este se vaya a firmar a¨²n. La r¨²brica final ¨Cque el presidente anuncio que se har¨ªa en Colombia- se prev¨¦ realizar antes del plebiscito, en un acto multitudinario, con la presencia de la mayor¨ªa de jefes de Estado posibles. El objetivo es dar un impulso al s¨ª en la consulta a los colombianos. Nadie atina a aclarar qu¨¦ ocurrir¨¢ si el pa¨ªs decide no apoyar la paz o los partidarios no logran los votos necesarios: el 13% del electorado. Tampoco es descartable que la firma se produzca una vez refrendados los acuerdos. Si por algo se ha caracterizado este proceso tambi¨¦n es por la cantidad de veces que los plazos se han incumplido. Cuando se consigan dar estos pasos se pondr¨¢ poner punto final. Colombia comenzar¨¢ entonces a escribir el ep¨ªlogo de esta historia. A partir de un t¨ªtulo de solo tres letras: paz.
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