Juan Manuel Santos: ¡°Una justicia perfecta no permite la paz¡±

La tarde del pasado 23 de agosto el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos (Bogot¨¢, 1951) segu¨ªa desde su oficina todo lo que ocurr¨ªa La Habana. Por recomendaci¨®n de Jonathan Powell, uno de sus asesores internacionales en las negociaciones con las FARC, hab¨ªa apremiado a su delegaci¨®n para celebrar una suerte de c¨®nclave con el que finiquitar las conversaciones despu¨¦s de cuatro a?os en La Habana. En torno a las 18.45, Santos recibi¨® una llamada de la canciller, Mar¨ªa ?ngela Holgu¨ªn. ¡°Acabamos de terminar¡±, le dijo. El presidente recordaba el momento en que dio por concluidas las negociaciones de paz que pusieron fin a 52 a?os de guerra el viernes durante un vuelo a Cartagena, donde invit¨® a realizar esta entrevista por lo apretado de su agenda.

Hasta que un poco despu¨¦s logr¨® hablar con el jefe negociador, Humberto de la Calle, el mandatario colombiano recuerda que se qued¨® callado, contento. ¡°Han sido cuatro a?os muy complicados, en los que estuvimos a punto de tirar la toalla. Pero es un acuerdo que va a cambiar la historia de Colombia. Ahora, esto ha sido dif¨ªcil, pero construir la paz va a ser a¨²n m¨¢s complicado¡±, asegura Santos, consciente de que los acuerdos deben a¨²n refrendarse en el plebiscito del 2 de octubre. A la hora de la entrevista, en la ma?ana, a¨²n no se conoc¨ªa la fecha y el lugar de la firma definitiva, que anunciar¨ªa esa misma tarde: el 26 de septiembre en Cartagena. En el viaje de vuelta, ya m¨¢s distendido, bromea con que el desliz de Mariano Rajoy, presidente en funciones de Espa?a, fue una mera coincidencia. De hecho, se lleg¨® a barajar el 29 y asegura que se concret¨® definitivamente durante el almuerzo del viernes. La fecha elegida permitir¨¢ que los jefes de Estado que quieran acudir puedan pr¨¢cticamente enlazar su visita a la Asamblea General de la ONU con el acto.

Pregunta. ?Cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que pens¨® en tirar la toalla?

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Respuesta. Al acercarnos al final las FARC comenzaron a a?adir puntos a las negociaciones que no se hab¨ªan discutido. Yo dije: ¡°Si eso es lo que ellos creen que van a conseguir, terminemos ya¡±.

El gran reto para el plebiscito ser¨¢ neutralizar casi cuatro a?os de mentiras y de desinformaci¨®n

P. El jefe negociador, Humberto de la Calle, asegur¨® que les hubiese gustado haber logrado m¨¢s en el acuerdo. ?Qu¨¦ le hubiese gustado conseguir?

R. De la Calle dijo lo que mucha gente piensa, yo incluido. En un acuerdo de esta naturaleza trazar la l¨ªnea divisoria entre justicia y paz deja a muchos descontentos. Estoy seguro de que la mayor¨ªa de los colombianos hubiesen querido m¨¢s justicia para los responsables de cr¨ªmenes de guerra y lesa humanidad. Pero el enfoque con el que abordamos le negociaci¨®n fue encontrar el m¨¢ximo de justicia que nos permita la paz. Por eso decimos que todo proceso de paz es imperfecto. Una justicia perfecta no permite la paz.

P. Gobierno y FARC acordaron la creaci¨®n de una Jurisdicci¨®n Especial para la Paz, que ser¨¢ quien sancione a los actores del conflicto. Despu¨¦s de 50 a?os de guerra, ?cu¨¢nto se pueden demorar esos juicios?

El odio y la envidia es lo ¨²nico que justifica ver a Uribe y Pastrana juntos

R. Hay que proceder con mucho pragmatismo y realismo. El tribunal tiene que trabajar con mucha eficiencia y abordar en primera instancia los casos m¨¢s significativos para generar credibilidad y que la gente perciba que se est¨¢ aplicando la justicia. Pero no nos enga?emos, poder impartir veredictos sobre todos y cada uno de los casos de 52 a?os de guerra es imposible.

P. De todas las cr¨ªticas al proceso, ?cu¨¢l es la que m¨¢s entiende?

No gobierno para las encuestas, hice este proceso a sabiendas del costo pol¨ªtico que iba a tener

R. Mucha gente piensa que debe haber m¨¢s justicia, pero porque no est¨¢n acostumbrados a la justicia transicional, a la justicia restaurativa, a la reparadora. Estamos acostumbrados a la justicia vengativa, por cierto, cada vez m¨¢s en entredicho si lo que se busca es restaurar a la v¨ªctima.

P. ?Cu¨¢l es el gran reto para el plebiscito del 2 de octubre?

R. Poder poder neutralizar casi cuatro a?os de mentiras y de desinformaci¨®n, que han hecho mella, que han confundido mucho la gente. Tenemos comprobado que a toda esa gente cuando se le explican los acuerdos dicen: ¡°Ah, yo no sab¨ªa, ten¨ªa entendido otra cosa¡±. El gran reto es hacer una pedagog¨ªa efectiva.

P. ?C¨®mo se va a lograr en cuatro semanas si no se ha conseguido en cuatro a?os?

R. Haremos una campa?a sencilla pero muy intensa. Vamos a lograr el cometido, quiz¨¢s no con todo el mundo, porque nos hubiese gustado tener m¨¢s tiempo, pero creo que ser¨¢ suficiente para poder ganar el plebiscito ampliamente.

P. Ustedes han logrado un acuerdo de paz, pero siempre se les ve saliendo al paso de declaraciones de los cr¨ªticos al proceso. ?Por qu¨¦ cree les cuesta marcar la agenda?

R. Los negociadores no han tenido el tiempo de hacer pedagog¨ªa, ahora est¨¢n comenzando. Adem¨¢s, muchos de los periodistas han sido influidos por esa desinformaci¨®n. Uno de los grandes debates que deber¨ªa generarse en este pa¨ªs es el papel de los medios como cuestionadores. Un periodista cuando sabe que lo que le est¨¢ diciendo es mentira debe cuestionar eso. Aqu¨ª muchos de los periodistas reproducen la mentira porque lo dice una persona u otra.

P. Las ¨¦lites de las ciudades hace a?os que no sienten de cerca la violencia, pero son muy reacios al proceso. Y los que han sufrido la violencia m¨¢s de cerca se sienten alejadas de las ¨¦lites pol¨ªticas. ?A qui¨¦n creen que tienen que dedicar m¨¢s atenci¨®n para el plebiscito?

R. La actitud de las v¨ªctimas ha sido una de las grandes lecciones de este proceso. Pens¨¦ que iban a ser los m¨¢s duros y han sido los m¨¢s generosos, los m¨¢s dispuestos a perdonar. Ha sido una gran lecci¨®n de vida. No entiendo c¨®mo mis compa?eros de ¨¦lite, porque yo pertenezco a ella, soy miembro de los clubes m¨¢s exclusivos de la capital, se dejan desinformar sobre los beneficios de la paz.

P. ?Le molesta?

R. Me siento a veces triste de que exista gente que despu¨¦s de tener la informaci¨®n no entienda la importancia de dar este paso para dejarle a todos nuestros hijos un pa¨ªs m¨¢s tranquilo. Aqu¨ª tambi¨¦n hay un ingrediente pol¨ªtico. Mucha gente est¨¢ pensando en 2018 [a?o de las pr¨®ximas elecciones presidenciales]. Cuando se piensa solamente con un criterio de conveniencia pol¨ªtica se distorsiona la realidad. Otra cosa que me tiene triste es lo que el odio y la envidia son capaces de hacer. Uni¨® a los dos enemigos m¨¢s ac¨¦rrimos, Uribe y Pastrana. Rezo todos los d¨ªas para no ser invadido por esos sentimientos de odio y envidia, lo ¨²nico que justifica ver a Uribe y Pastrana juntos.

P. Al igual que ocurri¨® con David Cameron, usted no ten¨ªa por qu¨¦ convocar una consulta y las encuestas se?alan que su popularidad baja. ?Teme un Brexit a la colombiana?

R. No. Estoy seguro de que el pueblo colombiano tiene inteligencia para pensar que aunque no es una paz perfecta esto es mejor que 20 o 30 a?os m¨¢s de guerra. Nunca he gobernado para las encuestas, porque si se vive pendiente de las ellas no se toman decisiones. Yo hice este proceso a conciencia, a sabiendas del costo pol¨ªtico que iba a tener. Cualquier l¨ªder debe asumir el capital pol¨ªtico como algo para gastarlo. El que se mantiene cuidando su capital pol¨ªtico no toma decisiones.

P. ?Qu¨¦ pasa si gana el no?

R. Muy sencillo: se devuelve la guerrilla a la selva y contin¨²a el conflicto armado.

P. ?Y con usted?

R. Termino mi mandato [en 2018] con una herida en mi capacidad de gobernar. Acabar¨ªa lo que hemos empezado adem¨¢s de la paz. Otra de las grandes mentiras es decir que yo me dediqu¨¦ demasiado a la paz.

P. Esta ha sido una de las semanas m¨¢s convulsas que se recuerda en Am¨¦rica Latina. ?Qu¨¦ le ha parecido el impeachment a Dilma en Brasil?

R. Personalmente, me ha dolido. Tuve con Dilma una muy buena relaci¨®n, colaboramos en muchos aspectos de la regi¨®n. Verla en esta situaci¨®n ha sido doloroso en lo personal. En la parte institucional, prefiero no opinar, porque tengo que respetar las reglas del juego internas de cualquier pa¨ªs. No quiero que Brasil salga perjudicado en este proceso.

P. Despu¨¦s de la multitudinaria manifestaci¨®n en Venezuela, y con la frontera ya abierta, ?teme que una implosi¨®n social afecte a Colombia?

R. Lo que sucedi¨® en Venezuela es la demostraci¨®n de que el pueblo venezolano quiere que se agilice el proceso de revocatorio, tienen todo el derecho a reclamarlo. Colombia ha estado siempre dispuesto a ayudar en cualquier momento para poder evitar una implosi¨®n que a nadie le conviene.

P. Estados Unidos ha sido el gran aliado de Colombia. Hillary Clinton ha apoyado el proceso de paz. Donald Trump no se ha pronunciado. ?Usted a qui¨¦n prefiere en la Casa Blanca?

R. Yo prefiero no meterme en la pol¨ªtica de otro pa¨ªs, pero Hillary es una amiga personal, su marido y ella han sido un apoyo para mi gobierno y los anteriores. No tengo si no elogios para ellos. A Trump no lo conozco , pero s¨ª puedo opinar que sus pol¨ªticas no son las que estamos abanderando.