China aumenta la vigilancia sobre sus cristianos
El presidente chino, Xi Jinping, ha advertido contra la "infiltraci¨®n extranjera mediante la religi¨®n"
Con las barreras de seguridad echadas, y una furgoneta que bloqueaba la entrada, la iglesia protestante de Chongyi en Hangzhou, una de las mayores de China, dejaba claro que no invitaba visitantes. No muy lejos, en el interior de la antigua parroquia anglicana de Gulou, en pleno centro hist¨®rico de esta antigua capital imperial, la presencia de agentes de Polic¨ªa superaba con holgura al de feligreses. En las afueras, un pastor evang¨¦lico contemporizaba sobre las relaciones con las autoridades chinas. ¡°En ocasiones hay dificultades¡ el por qu¨¦, no lo tengo claro¡± afirmaba, mientras intentaba zafarse de la presencia de periodistas.
Era la semana en que se celebraba la cumbre del G20 en Hangzhou (4 y 5 de septiembre). Desde m¨¢s de un mes antes, los centros de culto y, sobre todo, las capillas caseras clandestinas, hab¨ªan recibido ¨®rdenes de suspender ¡°todas las congregaciones de naturaleza religiosa a gran escala¡± en los d¨ªas en torno al encuentro de l¨ªderes mundiales, ¡°para crear un clima de seguridad en la reuni¨®n¡± .
No era, quiz¨¢, la medida m¨¢s desproporcionada en el despliegue del Gobierno chino por garantizar que la cumbre se desarrollara sin incidentes. Al fin y al cabo, las autoridades hab¨ªan persuadido a cerca de 2 millones de habitantes de Hangzhou, la capital de la provincia de Zhejiang, para que abandonaran la ciudad esa semana. Pero para las comunidades protestantes y cat¨®licas locales llov¨ªa sobre mojado: aunque China, un pa¨ªs oficialmente ateo, consagra la libertad de culto en su Constituci¨®n y se calcula que cuenta con al menos 70 millones de cristianos, desde 2013 Zhejiang, la provincia de mayor poblaci¨®n creyente, ha lanzado una pol¨¦mica campa?a en la que se han derribado cerca de 1.500 cruces e incluso algunas iglesias.
Quienes se han opuesto, sean religiosos, defensores de los derechos humanos o abogados, han sufrido graves represalias. El pastor de la iglesia de Chongyi, Joseph Gu Yuese, fue detenido en enero pasado y se encuentra bajo arresto domiciliario desde abril. El abogado Zhang Kai fue arrestado en 2015 y sometido a una confesi¨®n televisada a principios de este a?o antes de ser puesto en libertad en marzo. Las iglesias caseras han visto aumentar el escrutinio sobre ellas. La semana pasada, el obispo coadjutor de Wenzhou, Peter Shao Zhumin, quedaba detenido tras la muerte del titular de la di¨®cesis, Vincent Zhu Weifang
¡°El ambiente en Zhejiang es muy tenso¡±, explica por tel¨¦fono desde Helsinki, donde impart¨ªa una conferencia, Bob Fu, director de ChinaAid. Su organizaci¨®n, con sede en Texas (EEUU), est¨¢ dedicada a defender la libertad religiosa en China.
Pero los activistas expresan su temor a que la situaci¨®n empeore a¨²n m¨¢s pr¨®ximamente, y en toda China. El 22 de abril, el presidente chino, Xi Jinping, pronunci¨® un discurso en el que ped¨ªa la pr¨¢ctica de ¡°religi¨®n con caracter¨ªsticas chinas¡±, que observara las posturas marxistas sobre el culto. Xi plante¨® asimismo la necesidad de impedir la ¡°infiltraci¨®n de elementos extranjeros¡± a trav¨¦s de la religi¨®n. "Estamos entrando en un nivel m¨¢s profundo de control", advierte Fu.
En las ¨²ltimas semanas se ha presentado al p¨²blico una nueva enmienda a las regulaciones sobre libertad de culto en China. La medida. todav¨ªa pendiente de aprobaci¨®n, busca evitar ¡°la infiltraci¨®n religiosa extranjera en China¡±, seg¨²n el peri¨®dico Global Times, propiedad del Diario del Pueblo.
¡°Se trata de un reglamento, no una ley; tiene car¨¢cter administrativo¡ Su funci¨®n es la gesti¨®n y el control, no la garant¨ªa de un derecho, lo que implica que no se dedicar¨¢ a proteger los derechos de los creyentes. Si se llega a aplicar, me temo que el crecimiento del cristianismo en China sufrir¨ªa un duro golpe¡±, explica Li Guisheng, un abogado cristiano especializado en derechos humanos.
Seg¨²n Fu -cuyo grupo es uno de los que el Gobierno chino tiene en el punto de mira como dispuesto a influir en China desde el extranjero mediante la religi¨®n-, la enmienda impondr¨ªa m¨¢s controles sobre las actividades religiosas, aumentar¨ªa el escrutinio sobre sus finanzas y facilitar¨ªa la imposici¨®n de castigos para quienes participaran en aquellas que se pudieran considerar sospechosas. ¡°Podemos esperar un mayor escrutinio, cierres de iglesias¡ desde luego, la situaci¨®n va a empeorar¡±, sostiene.
La presi¨®n sobre las comunidades cristianas forma parte del duro control que ha impuesto el Gobierno chino sobre la sociedad civil desde hace tres a?os. Sus funcionarios acusan de manera cada vez m¨¢s insistente a las organizaciones no gubernamentales extranjeras y otras supuestas fuerzas externas de tratar de influir en los ciudadanos chinos y de diseminar la disidencia pol¨ªtica. Este verano aprob¨® una ley que aumenta la vigilancia sobre las ONGs for¨¢neas.
Entre los cristianos, la represi¨®n puede tener una consecuencia no deseada por el Gobierno, advierte Fu. Tratar su religi¨®n como algo peligroso puede impulsar a los fieles de las parroquias "oficiales" a sumarse a las iglesias clandestinas, fuera del control del gobierno.
?¡°En la actualidad, el Gobierno no est¨¢ dispuesto a escuchar a la gente, ni hay una plataforma donde voces diferentes puedan expresarse libremente de manera racional¡±, denuncia el abogado Li. ¡°Si las cosas siguen as¨ª, perjudicar¨¢ a todo el pa¨ªs. En alg¨²n momento, una acci¨®n desmesurada del Gobierno podr¨ªa aumentar los conflictos sociales; y me temo que la represi¨®n se est¨¢ haciendo cada vez m¨¢s dura¡±.
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