?Por qu¨¦ no acabar con la figura del vicepresidente en Brasil?

Muchos de los problemas que Brasil est¨¢ viviendo con la sucesi¨®n de Temer a la presidencia de la Rep¨²blica, tras la salida de Dilma, se habr¨ªan eliminado si no existiera la figura del vicepresidente. O si no tuviese la prerrogativa de poder suceder al presidente en caso de impedimento definitivo del mismo.

Quiz¨¢s haya llegado el momento de aprobar una enmienda a la Constituci¨®n para anular esa figura del vice, o revisar las funciones que hoy le otorga.

En Brasil, la presidencia de la Rep¨²blica acumula demasiados poderes para que puedan pasar autom¨¢ticamente al vicepresidente, incluso el mismo d¨ªa de la toma de posesi¨®n. Y lo m¨¢s grave es que los electores, al votar a un candidato para presidente, no se preocupan demasiado en investigar qui¨¦n va a ser su segundo, como si pensaran que esa figura es puramente decorativa. No lo es. Se trata de un presidente potencial en caso de que el titular queda impedido por alg¨²n motivo.

Temer, por ejemplo, es ya el octavo vicepresidente que acaba, por derecho constitucional, en la presidencia.

Tan poca importancia se da a esa figura, que en muchos casos es escogido por puros c¨¢lculos pol¨ªticos, para ganarse, por ejemplo, el apoyo de un partido importante en las elecciones.

Los electores le conceden tan poca relevancia que, hoy por ejemplo, muchos de los 54 millones que votaron a Dilma Roussef en 2014 aseguran que ellos no eligieron a Temer, cuando en realidad votaron forzosamente a ambos.

Tanto es as¨ª, que en el caso de que un candidato a la presidencia escogiera a un segundo de a bordo impresentable o indeseable, muchos, a¨²n queriendo votar a dicho candidato, no lo har¨ªan. Yo el primero, ya que dicho indeseable podr¨ªa al d¨ªa siguiente de ganar las elecciones acabar en el puesto de m¨¢s responsabilidad del pa¨ªs si el elegido tuviera, por ejemplo, un accidente grave.

Si en el momento en que Dilma Rousseff fue depuesta de su cargo no hubiese existido la figura del vicepresidente o careciese del poder de sucederla, Brasil se habr¨ªa ahorrado buena parte del drama que est¨¢ viviendo con la sucesi¨®n de Temer, a pesar de ser totalmente constitucional su llegada a la presidencia, ya que se habr¨ªa podido ir enseguida a las urnas.

Lo que parece m¨¢s justo y obvio es que, impedido el presidente de seguir al frente de su cargo definitivamente, puedan convocarse enseguida nuevas elecciones.

Ya existe parado en el Senado un proyecto sobre el tema. Ser¨ªa la hora de desempolvarlo y llevarlo a votaci¨®n.

Es en las horas de conmoci¨®n nacional, como la que est¨¢ viviendo Brasil, cuando se debe tener la valent¨ªa de tomar las grandes decisiones para evitar colocar en riesgo, en el futuro, la democracia y la propia convivencia social.

El ¡°Fuera Temer¡± puede ser un grito de guerra de quienes prefieran verlo, por los motivos que sean, fuera de la jefatura de la Rep¨²blica. Se trata de una justa reivindicaci¨®n social. Recuerdo, llegado a Brasil, los gritos en la calle, del Partido de los Trabajadores de ¡°Fuera FHC (Fernando Henrique Cardoso)¡±.

Lo que no ser¨ªa justo es seguir afirmando que la llegada de Temer a la presidencia sea anticonstitucional.

El otro grito de guerra, junto con el de "fuera Temer", podr¨ªa ser el de "fuera el vicepresidente". Es decir, exigir al Congreso que cambie la Constituci¨®n para evitar que Brasil pueda, en el futuro, revivir angustias y convulsiones sociales y pol¨ªticas como las actuales.