La nueva debacle de la CDU en Berl¨ªn eleva la presi¨®n sobre Merkel
Los democristianos y socialdem¨®cratas obtienen los peores resultados en la historia de la capital
Los berlineses dieron el domingo una sonora bofetada a los dos grandes partidos que han gobernado la capital alemana, y el pa¨ªs, la ¨²ltima legislatura. El golpe m¨¢s duro lo recibe la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU) de Angela Merkel, que cae al 17,6% de los votos. Es el peor resultado obtenido nunca por el partido en Berl¨ªn. La debacle electoral se une a otras sufridas en los ¨²ltimos meses y a?ade a¨²n m¨¢s presi¨®n sobre la canciller y su pol¨ªtica de refugiados. Un profundo malestar se extiende por la Casa Konrad Adenauer, la sede de la CDU, un a?o antes de que se celebren unas elecciones federales a las que Merkel a¨²n no ha anunciado si concurrir¨¢.
Desde que estall¨® la crisis de refugiados, cada cita con las urnas de la CDU se ha saldado con una cat¨¢strofe. Primero fueron los triples comicios de marzo, en los que los de Merkel quedaron en segundo puesto en su feudo tradicional de Baden-W¨¹rttemberg y vieron frustradas sus expectativas de conquistar Renania-Palatinado. La humillaci¨®n hace dos semanas en Mecklemburgo-Pomerania Occidental fue a¨²n mayor: por primera vez en la historia del partido ve¨ªan c¨®mo les superaba una formaci¨®n situada a su derecha, los populistas antiinmigraci¨®n de Alternativa para Alemania (AfD). Entonces, la CDU obtuvo un apoyo del 19%. El domingo en Berl¨ªn, menos a¨²n. Nadie sabe qu¨¦ puede pasar de aqu¨ª a un a?o, pero se empiezan a o¨ªr rumores de algo que hasta ahora parec¨ªa imposible: ?Ser¨¢ mejor prescindir de Merkel con vistas a 2017?
Al contrario que los democristianos, el Partido Socialdem¨®crata (SPD) puede fijarse en el vaso medio lleno. Es la fuerza m¨¢s votada en Berl¨ªn y su candidato y actual alcalde, Michael M¨¹ller, podr¨¢ seguir en el cargo. Pero aunque mantenga el poder, los datos son demoledores.
Los socialdem¨®cratas ganan, pero con el 21,6% de los votos, casi siete puntos menos que cinco a?os atr¨¢s. Se trata de uno de los peores resultados de su historia centenaria. Frente al desplome de democristianos y socialdem¨®cratas, los grandes triunfadores son las fuerzas situadas a los extremos. Los ultraconservadores AfD irrumpen de la nada y los poscomunistas de Die Linke cogen impulso y se sit¨²an como tercera fuerza, muy igualados con Los Verdes.
Otro ¨¦xito de los populistas antiinmigraci¨®n
Los populistas antiinmigraci¨®n de Alternativa para Alemania (AfD) obtienen un nuevo ¨¦xito. Y esta vez lo hacen en Berl¨ªn, una ciudad tradicionalmente de izquierdas y que se precia de ser tolerante y abierta. La quinta posici¨®n que ocupan ¡ªtras SPD, CDU, Die Linke (La Izquierda) y Los Verdes¡ª parece poco en comparaci¨®n con los impresionantes resultados obtenidos en otras elecciones regionales recientes. Pero el 14,2% logrado por una formaci¨®n fundada hace solo tres a?os confirma su potencia e implantaci¨®n en todo el pa¨ªs.
AfD est¨¢ ya presente en los Parlamentos de 10 de los 16 Estados alemanes, y se prepara para irrumpir en el Bundestag tras las elecciones federales del pr¨®ximo a?o. Le ocurre lo contrario que al Partido Pirata, la sensaci¨®n de la que todo el mundo hablaba hace cinco a?os, que ahora sale de las instituciones y queda reducido a la irrelevancia.
Nunca antes en Alemania un partido hab¨ªa ganado las elecciones con un apoyo tan magro. Berl¨ªn ofrece pistas de un proceso que afecta a todo el pa¨ªs: la p¨¦rdida de poder de los dos grandes partidos ¡ªque suman menos del 40% de apoyos¡ª, y la cada vez mayor dispersi¨®n del voto. De confirmarse este fen¨®meno, tendr¨¢ profundas consecuencias en la gobernabilidad del pa¨ªs. Por ahora, la actual coalici¨®n de socialdem¨®cratas y democristianos que gobernaba Berl¨ªn ser¨¢ sustituida por un tripartito, probablemente formado por socialdem¨®cratas, verdes y poscomunistas.
El debate de los refugiados
La campa?a para pedir el voto a 2,5 millones de berlineses estuvo llena de temas pol¨¦micos: la mala situaci¨®n de muchas escuelas, el aumento del precio de la vivienda, la inseguridad ciudadana¡ Pero al lado de estos problemas locales, se alzaba el asunto que domina el debate pol¨ªtico en todo el pa¨ªs desde hace un a?o: la crisis de los refugiados.
Como ya ocurri¨® con otros l¨ªderes regionales de la CDU, el candidato berlin¨¦s trat¨® de distanciarse de la pol¨ªtica merkeliana y mostr¨® su cara m¨¢s dura. Los resultados han vuelto a ser desastrosos. Los ciudadanos a favor de la acogida de refugiados apoyan a formaciones m¨¢s a la izquierda, y los contrarios se lanzan a AfD.
De poco sirvieron los ataques de Merkel al alcalde de la capital, al que acus¨® de ¡°quitarse la responsabilidad¡± sobre los problemas. Y de poco sirvieron los ataques de M¨¹ller a los xen¨®fobos. ¡°Las encuestas otorgan a AfD un 14%. Ser¨ªa visto en el mundo como una vuelta de la ultraderecha y de los nazis a Alemania¡±, escribi¨® el alcalde hace unos d¨ªas en su cuenta de Facebook.
La ciudad-Estado de Berl¨ªn no votaba el domingo tan solo un nuevo Parlamento regional, sino que tambi¨¦n eleg¨ªa los representantes para sus doce distritos. Y, debido al sistema electoral berlin¨¦s, es muy probable que el ascenso de AfD permita a miembros de este partido hacerse cargo de funciones ejecutivas en los distritos. ¡°Si logran estar representados, tendr¨¢n personal y medios para impulsar su visi¨®n de la sociedad. Este partido excluye a la gente por su origen o religi¨®n y agita a unos grupos contra otros. No quiero que las decisiones sobre econom¨ªa, educaci¨®n o juventud est¨¦n en sus manos¡±, respond¨ªa el alcalde M¨¹ller esta semana en una entrevista con EL PA?S.
M¨¹ller se present¨® a las elecciones prometiendo nuevas inversiones en servicios p¨²blicos y viviendas asequibles, adem¨¢s de hacer gala de un crecimiento superior al de la media alemana y una tasa de paro del 10%. Pese a ser un porcentaje muy alto para los est¨¢ndares del pa¨ªs, es el menor desde la reunificaci¨®n de 1990. Pero esta imagen tan positiva contrasta con una ciudad con importantes bolsas de pobreza y en la que los servicios p¨²blicos se han deteriorado tras a?os de escasa inversi¨®n.
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