El d¨ªa en que Pinochet atent¨® en Washington
Se cumplen 40 a?os del asesinato del pol¨ªtico chileno Orlando Letelier, excanciller de Allende
Orlando Letelier fue asesinado el 21 de septiembre de 1976 en Washington, hoy hace 40 a?os. Una bomba adosada al coche del excanciller del Gobierno de Salvador Allende e incansable activista por el retorno de la democracia a Chile estall¨® en el coraz¨®n del barrio diplom¨¢tico de la capital estadounidense, segando su vida y la de Ronni Moffit, una joven colaboradora norteamericana. El entorno de Letelier se?al¨® de inmediato al dictador Augusto Pinochet, pero las autoridades estadounidenses tardar¨ªan a?os en reconocer la autor¨ªa del primer acto terrorista patrocinado por un Gobierno extranjero en Washington.
Letelier ten¨ªa prisa esa ma?ana. El r¨¦gimen de Pinochet, que acababa de cumplir tres a?os en el poder tras el sangriento golpe de Estado, le hab¨ªa quitado la nacionalidad chilena y le urg¨ªa llegar al Institute for Policy Studies (IPS) en Washington. Ese centro de estudios le hab¨ªa servido como plataforma en el exilio para denunciar la dictadura pinochetista y hacia all¨ª se dirig¨ªa para corregir un art¨ªculo que quer¨ªa publicar en The New York Times en el que respond¨ªa a los que le acusaban de ser un traidor.
Letelier ten¨ªa fama de ser un mal conductor. As¨ª que cuando su asistente Juan Gabriel Vald¨¦s recibi¨® una llamada sobre un incidente con su coche, este ¨²ltimo, hoy embajador chileno en Washington, pens¨® que hab¨ªa sufrido un accidente. La verdad ¡ªun comando enviado desde Chile hab¨ªa puesto una bomba en su coche, que estall¨® en pleno centro de Washington, matando a Letelier y a Moffit¡ª resultaba casi inconcebible. El propio excanciller, pese a que en los ¨²ltimos tiempos hab¨ªa recibido cada vez m¨¢s amenazas, pensaba que Pinochet jam¨¢s se atrever¨ªa a atacarlo en la ciudad de uno de los mayores apoyos del dictador, el secretario de Estado Henry Kissinger.
Con el tiempo, el asesinato de Letelier y Moffit pas¨® a ser para EE UU ¡°la evidencia de la criminalidad del r¨¦gimen chileno y de los reg¨ªmenes similares instalados en la regi¨®n¡±, se?ala Vald¨¦s. La investigaci¨®n que inici¨® el FBI tambi¨¦n ¡°abri¨® el espacio para investigaciones sobre derechos humanos en Argentina y otros pa¨ªses¡±, a?ade. El Gobierno del dem¨®crata Jimmy Carter marc¨® distancias con Chile y las dem¨¢s dictaduras de la regi¨®n, pero la ruptura total con Pinochet tardar¨ªa a¨²n una d¨¦cada ¡ªy otros muchos casos de graves violaciones de derechos humanos¡ª en producirse.
Ese 21 de septiembre, Francisco Pancho Letelier ten¨ªa 17 a?os y estaba en clase cuando le dijeron que algo malo le hab¨ªa pasado a su padre. En la vivienda en el barrio de Bethesda donde viv¨ªa con su madre, Isabel, y sus tres hermanos, entre ellos el actualmente senador socialista chileno Juan Pablo Letelier, los esperaba el FBI. ¡°Todos, uno por uno, les dijimos que claramente [el autor del crimen] era Augusto Pinochet¡±, recuerda Francisco, hoy un artista afincado en California, cuatro d¨¦cadas despu¨¦s.
Las primeras pruebas que demuestran que Pinochet orden¨® el asesinato y que EE UU lo sab¨ªa no se hicieron p¨²blicas hasta hace un a?o. En octubre de 2015, el secretario de Estado, John Kerry, entreg¨® a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, una serie de documentos desclasificados sobre el atentado. Uno de los papeles clave es un memorando secreto que en 1987 redact¨® el entonces secretario de Estado, George Shultz, para el presidente Ronald Reagan. El texto aseguraba que la CIA consideraba que exist¨ªan ¡°pruebas convincentes¡± de que Pinochet ¡°orden¨® personalmente a su jefe de inteligencia [Manuel Contreras] preparar el asesinato¡±.
Ese documento de la CIA no ha sido desclasificado a¨²n. Se cree que forma parte de la remesa que EE UU tiene todav¨ªa que revelar. Para Peter Kornbluh, un periodista que lleva casi cuatro d¨¦cadas luchando para que salgan a la luz los informes secretos sobre Chile, ese texto es ¡°el Santo Grial en la historia de este primer acto de terrorismo internacional en la capital de EE UU¡±. Y su desclasificaci¨®n resulta importante ¡°no solo para las familias de las v¨ªctimas, sino para comprender c¨®mo un Gobierno extranjero pudo cometer un acto terrorista en la capital y no pagar por ello¡±, a?ade.
El asesinato ¡°forma parte de la historia del terrorismo que tenemos que comprender para estar mejor preparados para frenar otros atentados en el futuro¡±, sostiene Kornbluh. Cuarenta a?os despu¨¦s, el recuerdo del crimen sigue vivo.
Actos de homenaje
El embajador Vald¨¦s conf¨ªa en que el Gobierno de Barack Obama desclasifique pronto los documentos que restan, unos 60. La respuesta a la petici¨®n chilena ha sido ¡°muy alentadora¡±, asegura. Opina que lo ideal ser¨ªa que lo hiciese para los actos conmemorativos del atentado, que se celebran ma?ana y el viernes en Washington, a los que asistir¨¢ Bachelet. Entre otros actos, la presidente chilena visitar¨¢ el mural que ha creado ahora en la ciudad Francisco Letelier, al que incorpora como parte de la obra art¨ªstica algunos de los informes ya desclasificados.
El muralista dice que se ha pasado toda la vida intentando cumplir lo que le pidi¨® su madre ese d¨ªa: que el crimen no les ense?ase a odiar. ¡°La ¨²ltima cosa que quiero ser es una persona que simplemente piensa en la venganza, porque eso ser¨ªa la gran victoria de la dictadura¡±, afirma. Aun as¨ª, considera fundamental que EE UU entregue los documentos a¨²n secretos para esclarecer de forma definitiva el caso, sobre todo porque ve una cuenta todav¨ªa pendiente: ¡°No hemos deshecho el mito de Henry Kissinger, que todav¨ªa se pone como el pedestal de astucia en pol¨ªtica exterior¡±. Y remata: ¡°Como chileno y como latinoamericano que se suma a millones de personas en Asia, en Camboya, en Vietnam, pienso que es un criminal que debe ser enjuiciado. Es un mito que merece y debe ser investigado¡±.
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