Amatrice lucha por sobrevivir
Los vecinos del centro de Italia golpeados por el terremoto de agosto se resisten a abandonar sus pueblos para que no desaparezcan
A las tres de la tarde del pasado mi¨¦rcoles, un temporal de lluvia y viento se abati¨® sobre las ruinas de Amatrice, convirti¨¦ndolas en barro y recordando a los supervivientes ¡ªrefugiados en tiendas de campa?a¡ª que el terremoto solo fue el principio. Ha pasado un mes desde que, a las 3.36 del 24 de agosto, un se¨ªsmo de magnitud 6 golpeara el centro de Italia provocando la muerte de 297 personas, dejando sin casa a m¨¢s de 2.500 y abriendo una incertidumbre que, a medida que pasan los d¨ªas, en vez de cerrarse, crece. ?Volver¨¢n alg¨²n d¨ªa a sus pueblos los vecinos de Amatrice, de Accumoli, de Arquata o de Pescara del Tronto?
El primer ministro, Matteo Renzi, prometi¨® ayer que s¨ª: ¡°Los da?os causados se elevan a 4.000 millones de euros, pero el objetivo del Gobierno es que todo vuelva a ser como antes¡±. A los vecinos, sin embargo, se les hace dif¨ªcil de creer. No porque desconf¨ªen del presidente, quien adem¨¢s se juega parte de su credibilidad pol¨ªtica en el reto de la reconstrucci¨®n, sino porque sus ojos ¡ªbarrios enteros reducidos a escombros¡ª y su memoria ¡ªla vecina L¡¯Aquila sigue siendo una ciudad fantasma siete a?os despu¨¦s del se¨ªsmo que la golpe¨®¡ª les dicen que ser¨¢ muy dif¨ªcil.
Por si no fuera suficiente, las m¨¢s de 9.500 r¨¦plicas que se han producido en la zona desde aquel 24 de agosto golpean a cada rato el ¨¢nimo de los vecinos, quienes ¡ªseg¨²n los planes del Gobierno¡ª tendr¨¢n que abandonar a partir de este fin de semana las tiendas de campa?a y trasladarse a hoteles o casas alquiladas para pasar el invierno, muy duro en esta zona. ¡°?El invierno? ?Un invierno? ?Dos inviernos? ?Toda la vida?¡±, se pregunta Pietro, uno de los vecinos de Amatrice arremolinados a las puertas de los barracones instalados por Protecci¨®n Civil. ¡°Yo s¨¦ que si me voy de aqu¨ª, si todos nos vamos de aqu¨ª, nunca jam¨¢s podremos volver¡±.
Afuera sigue lloviendo. El acceso a la zona roja de Amatrice, el per¨ªmetro de la destrucci¨®n m¨¢s absoluta, donde a cada r¨¦plica y a cada chaparr¨®n siguen desmoron¨¢ndose las casas, contin¨²a prohibido. Un patrullero de la Polic¨ªa Municipal de Roma y otro de Mil¨¢n impiden el paso. Los vecinos que a¨²n tienen enseres que recuperar siguen accediendo poco a poco, protegidos con cascos y escoltados por un piquete de bomberos. ¡°La situaci¨®n es todav¨ªa m¨¢s terrible de lo que se puede apreciar¡±, explica Maria Gabriella, que sale de la zona acarreando dos maletas con ropa, ¡°y las monta?as de escombros son lo m¨¢s espectacular, pero hay muchas otras cosas que no se ven. Es verdad que tenemos que dar gracias por estar vivos, pero hay que seguir adelante, y una buena parte de los vecinos de los pueblos destruidos y de las aldeas de alrededor dependemos de la agricultura. El Gobierno dice que nos pagar¨¢ un hotel en la playa para pasar el invierno, muy bien, ?y qui¨¦n cuidar¨¢ nuestras vacas?¡±.
Hay quienes, como Alfredo Perilli, pasaron en una noche de ser ganaderos boyantes, due?os de una casa nueva en Amatrice y haciendas con vacas y caballos, a verse viviendo en una caravana junto a sus animales. En la zona del terremoto hay casi 2.000 peque?as empresas agroganaderas cuyas instalaciones quedaron seriamente da?adas. En los alrededores de Amatrice, nueve de cada 10 establos se vinieron abajo. De ah¨ª que las primeras ayudas anunciadas por el Gobierno ¡ª200 euros al mes para cada desplazado con un m¨¢ximo de 600 por familia¡ª se antojen insuficientes.
Tambi¨¦n hay dudas sobre la viabilidad del proyecto que sigue abanderando el alcalde de la localidad, Sergio Pirozzi: levantar de nuevo cada una de las casas derrumbadas y reparar los edificios da?ados, haci¨¦ndolo adem¨¢s de acuerdo con la normativa antis¨ªsmica. El mismo protocolo que se desatendi¨® sistem¨¢ticamente durante los ¨²ltimos a?os. El caso m¨¢s sangrante es el de la escuela secundaria de Amatrice. Se inaugur¨® en septiembre de 2012 tras una inversi¨®n de 700.000 euros para, en teor¨ªa, adecuarla a las normativas antis¨ªsmicas. Pese a ello, qued¨® destruida el 24 de agosto. El Gobierno ha levantado en tiempo r¨¦cord una escuela provisional para que los 170 estudiantes de Amatrice pudieran empezar el curso como en el resto de Italia. Un peque?o refugio bajo un temporal de incertidumbres.
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