Rusia: paisaje despu¨¦s de las urnas
El presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, se reuni¨® ya con los jefes de los partidos que compondr¨¢n la s¨¦ptima Duma Estatal de la Rusia postsovi¨¦tica (c¨¢mara baja del parlamento). El periodo que culmin¨® en los comicios del 18 de septiembre se ha cerrado. Rusia Unida (RU), el partido de los seguidores del presidente, recuper¨® la mayor¨ªa absoluta que, adem¨¢s, es la m¨¢s apabullante de su historia (343 esca?os de 450). Las otras fuerzas (las mismas de la sexta Duma) tendr¨¢n representaci¨®n minoritaria (Partido Comunista, 42 esca?os; Partido Liberal Democr¨¢tico del populista Vlad¨ªmir Zhirinovski, 39, y Rusia Justa, 23). Completan la c¨¢mara tres legisladores (uno que compiti¨® por cuenta propia, otro del partido R¨®dina (Patria) y otro de la Plataforma Ciudadana).
Sergu¨¦i Narishkin deja su puesto de jefe de la Duma, aunque hay indicios de que hubiera querido seguir en ¨¦l. Narishkin obtuvo un excelente resultado por circunscripci¨®n mayoritaria, pero el jefe, Vlad¨ªmir Putin, dispuso otra cosa, a saber, dirigir del Servicio de Inteligencia Exterior, es decir el Espionaje. Narishkin hab¨ªa trabajado en el Comit¨¦ de Seguridad del Estado (KGB)), y como buen soldado, acat¨® la orden. Su sustituto al frente del parlamento (cuando los diputados aprueben la propuesta de Putin) ser¨¢ Viacheslav Volodin, que era el vicejefe de la Administraci¨®n Presidencial responsable de la interrelaci¨®n con la Duma Estatal.
Putin fue el vencedor de las elecciones del 18 de septiembre. En la pol¨ªtica rusa se hace lo que dispone el presidente, con independencia de lo que deseen sus allegados, como parece demostrar una vez m¨¢s el caso de Narishkin. Putin es el ¨²nico que puede decir ¡°as¨ª lo decid¨ª y as¨ª ser¨¢¡± a diferencia de los l¨ªderes de EEUU y de la Uni¨®n Europea, seg¨²n dijo el violonchelista Sergu¨¦i Rolduguin, a quien Putin condecor¨® el 22 de septiembre en el Kremlin. Rolduguin fue involucrado en los ¡°papeles de Panam¨¢¡± por una investigaci¨®n period¨ªstica, seg¨²n la cual el m¨²sico ten¨ªa cuentas de miles de millones de d¨®lares en para¨ªsos fiscales.
En el paisaje despu¨¦s de las urnas hay elementos para analizar el presente y otear el futuro. He aqu¨ª algunos de ellos:
1.-Los resultados de las elecciones b¨¢sicamente reflejan la realidad, al margen de que pudo haber m¨¢s irregularidades de las que oficialmente se denunciaron. Ni la Comisi¨®n Electoral Central ni los observadores controlaban todos los colegios, que eran m¨¢s de 95.000. La jefa de la CEC, Ella Pamf¨ªlova, est¨¢ dispuesta a examinar las quejas documentadas, pero eso no cambiar¨¢ las cosas, porque hay regiones que est¨¢n fuera del control de la CEC (Chechenia por ejemplo) y ninguno de los partidos que se consideran perjudicados va a presentar quejas a la totalidad.
2.-Aunque los comicios reflejen la realidad del 18 de septiembre, otra cosa es c¨®mo se ha llegado a ella. Las elecciones se han enmarcado en un ambiente de control y monopolio de los recursos administrativos por parte de la ¨¦lite dirigente, que, en comparaci¨®n con la oposici¨®n, tiene posibilidades avasalladoras, perfeccionadas durante a?os, y adem¨¢s las ha utilizado h¨¢bilmente. La importancia de la jornada electoral era relativa. As¨ª por ejemplo en el distrito de la zona Alt¨¢i donde compet¨ªa Vlad¨ªmir Rizhkov, candidato de oposici¨®n, el recuento paralelo de votos coincidi¨® b¨¢sicamente con el recuento oficial, seg¨²n el soci¨®logo Dmitri Oreshkin. Pero el distrito hab¨ªa sido reestructurado previamente para incluir zonas agrarias, que cambiaron la composici¨®n del electorado.
3.- Los liberales de Y¨¢bloko y Parn¨¢s cosecharon un resultado catastr¨®fico. Por no llegar siquiera al 3% de los votos, Y¨¢bloko se queda sin la financiaci¨®n del Estado de la que disfrutaba cuando superaba esa barrera (un porcentaje que le daba derecho a apoyo oficial, aunque no a incorporarse a la Duma). Aparte de quejarse de las precarias condiciones en las que operan (los empresarios que antes los ayudaban temen financiarlos sin permiso del Kremlin), los liberales buscan culpables de la derrota y tambi¨¦n intentan sacar partido, como el pol¨ªtico Alex¨¦i Navalni, cuya argumentaci¨®n en esencia se reduce a ¡°yo lo hubiera hecho mejor¡±.
4.-El enfoque cr¨ªtico sobre la anexi¨®n de Crimea ha costado votos a los liberales, porque la poblaci¨®n en su mayor¨ªa sintoniz¨® con la pol¨ªtica de Putin en Ucrania (no sin un persistente bombardeo por parte de los medios de informaci¨®n oficiales). Los liberales no encontraron el modo de propiciar la reflexi¨®n y m¨¢s bien movilizaron la ¡°afirmaci¨®n patri¨®tica¡±.
5.- En el parlamento los conflictos (seguramente m¨¢s de intereses que ideol¨®gicos) se producir¨¢n dentro de RU y habr¨¢ que ver si desembocan en una escisi¨®n de la que tal vez pudieran surgir nuevos partidos. En la Duma, hay militares, empresarios, fiscales y un entorno ideol¨®gico en el que cabe incluso Vitali Mil¨®nov, el ultraconservador ortodoxo de San Petersburgo que inspir¨® la legislaci¨®n contra los homosexuales.El contingente de RU no es homog¨¦neo. Aunque finalmente vota como quiere Putin, el grupo parlamentario de RU tiene un cierta influencia en la legislaci¨®n, que enmienda y recorta. La participaci¨®n de los legisladores concretos en la confecci¨®n de las leyes m¨¢s delicadas depende de su acceso a la ¡°cocina¡± del Kremlin. Pero el principal juego en la pol¨ªtica rusa es un solitario y Putin es quien alinea las cartas sobre el tapete. De momento, el presidente juega con una baraja limitada que recuerda la ¡°nomenclatura sovi¨¦tica¡± (la lista de cuadros de confianza entre los que se repart¨ªan los cargos de responsabilidad).
7.- El absentismo de los sectores urbanos cr¨ªticos potenci¨® los resultados electorales. Pero estos sectores seguir¨ªan estando en minor¨ªa, aunque hubieran votado en masa. La diferencia con la situaci¨®n actual ser¨ªa que la Duma podr¨ªa albergar a un reducido n¨²mero de diputados no acomodaticios capaz de esbozar posibilidades lternativas y de formular preguntas claves. Ahora estos sectores est¨¢n fuera del parlamento y est¨¢ por ver si, cuando se recuperen de su postraci¨®n, podr¨¢n organizarse mejor en la lucha pol¨ªtica, se atomizar¨¢n a¨²n m¨¢s o buscar¨¢n su realizaci¨®n en un campo diferente a la pol¨ªtica.
8. ?De d¨®nde puede venir un nuevo pluripartidismo si es que se produce?: ?De la fragmentaci¨®n de la ¨¦lite? ?De la reorientaci¨®n de la demanda pol¨ªtica de futuras generaciones? ?De ambas cosas a la vez? ?De protestas sociales, que a diferencia de las actuales, se transformen en exigencias pol¨ªticas? Nadie lo sabe, pero he aqu¨ª interesantes temas de conversaci¨®n para el largo invierno que se avecina
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.