La m¨²sica country que explica Estados Unidos

Es viernes por la noche y el bar Crazy Town, en la arteria musical de Nashville, est¨¢ repleto. Desde el escenario, el cantante Jerry Don lanza una pregunta: ¡°?Cu¨¢ntos americanos orgullosos tenemos aqu¨ª?¡±. Los v¨ªtores son ensordecedores entre el centenar de asistentes. Todos levantan la mano. A continuaci¨®n, pide brindar por tres motivos: los militares en activo y retirados, los agentes de polic¨ªa que se ¡°merecen respeto¡± y los padres de la Constituci¨®n estadounidense, de 1787, a los que agradece la ¡°libertad diaria¡±. Vuelven los gritos del p¨²blico.

M¨¢s informaci¨®n

Radiograf¨ªa de un pa¨ªs dividido

Nace LENA, una uni¨®n de diarios europeos que fomenta la calidad

Don, de 37 a?os y con un sombrero y botas de cowboy, es una de las figuras de la escena de la m¨²sica country en Nashville (Tennessee), considerada la capital de este g¨¦nero nacido alrededor de 1920 en el sur de Estados Unidos. Sus palabras reflejan la simbiosis entre el country y el imaginario colectivo de vida patri¨®tica y rural, que se suele asociar con el conservadurismo.

La mayor¨ªa de seguidores del country se identifican con el Partido Republicano, seg¨²n la ¨²ltima encuesta disponible, de 2004. El a?o pasado, el senador Ted Cruz, que aspiraba a la nominaci¨®n republicana a la Casa Blanca, asegur¨® que se hizo un seguidor del country tras los atentados del 11-S en 2001 porque es m¨¢s patri¨®tico que el rock.

Un concierto de country puede servir m¨¢s que una encuesta o un mitin para calibrar las preocupaciones y prioridades de muchos estadounidenses.

¡°Es totalmente una forma de entender la sociedad¡±, sostiene Don, nacido en el vecino Estado de Arkansas, tras el concierto, en que declina revelar a qui¨¦n votar¨¢ en las elecciones presidenciales de noviembre. Durante su actuaci¨®n, proclama los cinco temas clave que, seg¨²n uno de los pioneros del g¨¦nero, debe abordar toda canci¨®n de country: ¡°tren, camioneta, prisi¨®n, madre y emborracharse¡±. Los asistentes se sienten identificados. Aplauden. Muchos visten tambi¨¦n con sombrero y botas.

Holy Ketzback, de 39 a?os, ha conducido las 11 horas que separan Rochester (Minnesota) de Nashville para asistir al festival de m¨²sica americana que acoge la ciudad. El concepto engloba toda la m¨²sica tradicional, desde country a blues, soul o folk. Es s¨¢bado por la ma?ana y Ketzback ha logrado, tras una larga cola, que Jim Lauderdale, un veterano del country y el bluegrass, le firme su nuevo ¨¢lbum. El country, para ella, son ¡°historias de gente normal¡± que despiertan emociones. Los ¡°verdaderos americanos trabajadores¡± que ella conoce en la zona rural en la que vive.

Sin embargo, Lauderdale, de 59 a?os y ganador de dos Grammy, esgrime que el country no se puede identificar solo con un tipo de p¨²blico ni ideolog¨ªas. ¡°Ha habido per¨ªodos en que ha sido muy patriota, algunos de los m¨¢s conservadores han hablado de armas¡±, dice en una entrevista. ?l, en cambio, se declara un votante dem¨®crata por tradici¨®n de su familia sure?a.

El country de hoy, asegura, es muy distinto del de hace 20 o 60 a?os. Es una industria multimillonaria cercana al pop. Las tem¨¢ticas de las nuevas estrellas son m¨¢s superficiales y tienden a ser festivas, sobre beber y ligar. Pero se mantienen coincidencias con el estilo m¨¢s cl¨¢sico: Taylor Swift, que empez¨® en el country antes de convertirse en una celebridad pop, habla en sus canciones de la chica rural que llega a la gran ciudad.

El choque entre la Am¨¦rica rural y la urbana es uno de los grandes temas de la cultura americana y tambi¨¦n de estas elecciones.