Orb¨¢n, el ¡®viktator¡¯ h¨²ngaro
El primer ministro de Hungr¨ªa, defensor del cierre de las fronteras europeas, ha sometido a refer¨¦ndum el sistema de cuotas para refugiados de la UE
Se hizo un nombre en pol¨ªtica a trav¨¦s de su lucha contra los totalitarismos y el tel¨®n de acero. Hoy, el h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n se ha convertido en el principal defensor del cierre de las fronteras europeas y de un muro de alambre y concertina, con el que busca blindar su pa¨ªs de la entrada de los miles de migrantes y refugiados que aspiran a alcanzar una vida mejor en Europa.
El joven liberal, de cabello largo y camisa blanca que en 1989 encendi¨® a los h¨²ngaros con un emotivo y elocuente discurso en defensa de la democracia y contra la ocupaci¨®n de las tropas sovi¨¦ticas, que se labr¨® una reputaci¨®n como opositor radical a la dictadura comunista de Kadar, ha mutado en uno de los pol¨ªticos m¨¢s conservadores de la regi¨®n. Orb¨¢n, licenciado en Derecho, que estudi¨® becado en Oxford a los fil¨®sofos liberales brit¨¢nicos, clama hoy contra la democracia liberal que, asegura, ¡°no puede seguir siendo competitiva globalmente¡±.
El pol¨ªtico h¨²ngaro, l¨ªder y miembro fundador del partido Fidesz, es un pol¨ªtico controvertido, carism¨¢tico y tremendamente bueno en la dial¨¦ctica, que ha sabido maniobrar y variar su trayectoria para permanecer en el poder. Lo hizo, por ejemplo, al absorber al partido c¨ªvico h¨²ngaro (MPP) para sumar el voto de centroderecha. De su formaci¨®n original, la Asociaci¨®n de J¨®venes Dem¨®cratas, queda m¨¢s bien poco. No solo porque el tiempo pasa para todos ¡ªOrb¨¢n tiene hoy 53 a?os¡ª, sino tambi¨¦n porque de un mensaje liberal ha pasado a ser un partido fundamentalmente democristiano. Y, de hecho, cada vez m¨¢s radical.
Orb¨¢n fue elegido primer ministro en 1998, con 35 a?os. Solo una d¨¦cada despu¨¦s de aquel famoso discurso, pronunciado ante 250.000 personas en un homenaje a Imre Nagy, el jefe de Gobierno ejecutado tras el frustrado levantamiento contra Mosc¨² de 1956. Sin embargo, no logr¨® revalidar su mandato y sufri¨® una dura derrota a manos del Partido Socialista.
Aquello le marc¨®. ¡°Tuvo la sensaci¨®n de que estaba en el Gobierno, pero no ostentaba el poder¡±, apunta un diplom¨¢tico h¨²ngaro. En 2010, con el pa¨ªs muy tocado por la crisis econ¨®mica, Orb¨¢n volvi¨® a ganar las elecciones con una mayor¨ªa de dos tercios. Emprendi¨® entonces el salto para cimentar el poder de su partido en todas las instituciones. Reform¨® la Constituci¨®n y aprob¨® un intenso paquete de reformas legales para centralizar el poder pol¨ªtico y econ¨®mico ¡ªel banco central, por ejemplo¡ª hasta niveles desconocidos desde la ca¨ªda del comunismo. Sus maniobras autoritarias le valieron un toque de atenci¨®n de las instituciones comunitarias, preocupadas por la independencia de la justicia y el acoso a los medios de comunicaci¨®n.
Ahora, con una UE en crisis, el controvertido pol¨ªtico disfruta de uno de sus momentos m¨¢s dulces
Las medidas le valieron el mote de Viktator entre la oposici¨®n ciudadana, que se moviliz¨® sobre todo para frenar una tasa a Internet que el Gobierno termin¨® retirando. Tambi¨¦n algunas an¨¦cdotas, como cuando el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, le salud¨® con un ¡°hola, dictador¡±, en tono humor¨ªstico, durante una cumbre el a?o pasado.
En el resto, Orb¨¢n nunca dio marcha atr¨¢s. Y no solo no modul¨® su mensaje, sino que lo fue radicalizando tambi¨¦n en los aspectos m¨¢s sociales con la idea de recuperar la pena de muerte o, en los ¨²ltimos a?os, con una dur¨ªsima ret¨®rica contra los refugiados, a quienes considera futuros terroristas que ponen en riesgo los ¡°valores cristianos de Europa¡±. Luterano y padre de cinco hijos, ha dicho en los ¨²ltimos d¨ªas que todos los inmigrantes irregulares deber¨ªan ser deportados a islas fuera de Europa y que, debido a ellos, en zonas de Londres o Par¨ªs hay zonas ¡°sin ley¡± en las que los europeos no pueden entrar. Mensajes que han generado, de nuevo, las cr¨ªticas de muchos de sus socios comunitarios, como el ministro de Exteriores de Luxemburgo, que ha llegado a pedir la suspensi¨®n a Hungr¨ªa de la UE.
Pese a todo, el h¨²ngaro ha incrementado su popularidad en el pa¨ªs. En campa?a permanente ¡ªaunque est¨¢ en el ecuador de su segundo mandato consecutivo¡ª, Orb¨¢n sabe que su dura pol¨ªtica de fronteras le genera grandes apoyos. De hecho, con argumentos cada vez m¨¢s xen¨®fobos, pretende ara?ar el espacio que gan¨® en las ¨²ltimas elecciones el ultraderechista Jobbik, pr¨¢cticamente la segunda fuerza pol¨ªtica ahora mismo.
¡°Europa ha perdido su papel global y se ha vuelto un jugador regional. Es incapaz de proteger a sus propios ciudadanos¡, de proteger sus fronteras externas¡, de mantener a las comunidades unidas, como Reino Unido, que acaba de dejarla¡±, dijo Orb¨¢n hace unas semanas en una conferencia ante decenas de j¨®venes h¨²ngaros en Rumania. ¡°?Qu¨¦ m¨¢s necesitamos para declarar abiertamente que el liderazgo pol¨ªtico europeo ha fallado?¡±, recalc¨®.
El h¨²ngaro lleva alg¨²n tiempo forj¨¢ndose una imagen de l¨ªder antiestablishment, de luchador contra la ¨¦lite europea que no entiende a los ciudadanos. Ahora, con una Uni¨®n Europea en crisis, muy tocada por la crisis migratoria, la desafecci¨®n ciudadana y el Brexit, Orb¨¢n disfruta de uno de sus momentos m¨¢s dulces.
Su liderazgo en la regi¨®n est¨¢ en auge. Hace unos a?os, relata un diplom¨¢tico que trabaja desde hace m¨¢s de una d¨¦cada en Europa central, sus compa?eros del llamado Grupo de Visegrado ¡ªPolonia, Hungr¨ªa, Eslovaquia y Chequia¡ª observaban desde lejos y de manera bastante silenciosa la deriva autoritaria del nacionalista h¨²ngaro; quiz¨¢ el m¨¢s cr¨ªtico de entre los l¨ªderes de los 11 pa¨ªses excomunistas que en 2004 se unieron a la UE. Hoy, los miembros de Visegrado no solo le dan su apoyo abiertamente ¡ªsobre todo en su pol¨ªtica de asilo¡ª, tambi¨¦n le imitan.
Se presenta como un h¨¦roe defensor de los valores europeos. ¡°Hemos defendido las fronteras de Hungr¨ªa y as¨ª tambi¨¦n las de la Uni¨®n Europea¡±, dijo Orb¨¢n hace unos d¨ªas en una entrevista a un diario af¨ªn al Gobierno, en la que critic¨® el sistema de acogida obligatoria de refugiados acordado por la UE y que ha pretendido fulminar este domingo a trav¨¦s de un refer¨¦ndum. ¡°Si cedemos ante Bruselas, Hungr¨ªa cambiar¨¢¡±, ha llegado a decir el primer ministro, que lleva a?os alimentando la recuperaci¨®n de los s¨ªmbolos, las banderas y hasta la idea de la Gran Hungr¨ªa.
Fuera de la arena parlamentaria, su gran pasi¨®n es el f¨²tbol. Presume de que jugaba en el equipo de Felcs¨²t (que bien es cierto que nunca lleg¨® a pasar de tercera divisi¨®n), uno de los pueblos donde pas¨® los mejores a?os de su infancia.
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