Uribe puede con todo

Pueden sacarse algunas grandes conclusiones de la consulta del domingo en Colombia. La victoria del ¡®no¡¯ por unas decenas de miles de votos demuestra que el expresidente Uribe tiene una capacidad de convicci¨®n popular irresistible. Su planteamiento de que el voto no era un ¡®no¡¯ a la paz, sino a la paz dise?ada por el presidente Santos, era una mera f¨®rmula para decorar apariencias, porque lo que se le ha dicho a las FARC es que la guerra no ha terminado. La segunda gran conclusi¨®n es que Colombia no solo es una naci¨®n dividida en dos mitades tajantemente contrapuestas, sino que en esta gran ocasi¨®n de opinar sobre su futuro no ha llegado al 40% del censo el n¨²mero de los que se han molestado en votar.

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Puede haber hasta en¨¦simas conclusiones como que la capacidad de arrastre del ¡®establecimiento¡¯ es francamente limitada, porque su inmensa mayor parte, intelectuales, intereses econ¨®micos nacionales y multinacionales, la comunidad mundial representada por el propio Obama, y los medios en general ped¨ªan a coro la victoria del ¡®s¨ª¡¯. Existen, por ello, hoy dos fracturas en Colombia, una evidente entre el ¡®no¡¯ y el ¡®s¨ª¡¯, y una posiblemente a¨²n m¨¢s grave a largo plazo entre los que votaron y los que ¨Cm¨¢s del 60%- se abstuvieron de hacerlo. Un historiador norteamericano, Bushnell, public¨® una historia del pa¨ªs, que titulaba ¡®Colombia, una naci¨®n a pesar de s¨ª misma¡¯. Muy a su pesar porque los que se quedaron en casa, si es que casa ten¨ªan, carec¨ªan de posici¨®n o quiz¨¢ de inter¨¦s en definir un nuevo futuro nacional. Y no estamos ante un volver a empezar, como si nada hubiera pasado, sino en un cul de sac del que no est¨¢ nada claro c¨®mo se sale.

Yo, he de reconocer que cre¨ªa que ganar¨ªa el ¡®s¨ª, aunque esta es la primera vez que lo digo p¨²blicamente, pero s¨ª hab¨ªa una evidencia que, de nuevo, dice mucho sobre qui¨¦n es ?lvaro Uribe V¨¦lez: en el ¡®no¡¯ hab¨ªa much¨ªsimo pueblo, tanto o m¨¢s como ¡®gente fina¡¯ en el ¡®s¨ª¡¯. Es cierto que las FARC pelearon por unas condiciones, impunidad de facto por sus cr¨ªmenes atroces, esca?os de regalo en el Congreso, una bien remunerada reinserci¨®n en la vida civil y pol¨ªtica del pa¨ªs, y el presidente Santos, quiz¨¢ en el v¨¦rtigo de que habiendo arriesgado tanto no pod¨ªa quedarse sin firma, cedi¨® lo que ha parecido excesivo a una mayor¨ªa de colombianos. Pero de nuevo la pugna era Uribe contra Santos y parece seguro que si el expresidente se hubiera podido presentar en las ¨²ltimas elecciones a la jefatura del Estado habr¨ªa ganado y adi¨®s proceso de La Habana.

?A d¨®nde se va desde este descalabro para el Gobierno de Bogot¨¢ y al menos medio pa¨ªs cree que para Colombia? Haga Santos lo que le plazca o pueda, su mandato est¨¢ liquidado. Pero lo que toca ahora es acatar el fallo democr¨¢tico y el escritor Abad Faciolince argumenta que no cabe ignorar a ese 49% largo que vot¨® ¡®s¨ª¡¯. Colombia ha perdido una oportunidad de intento de redefinici¨®n de s¨ª misma. Ha dicho ¡®no¡¯ a una tentativa de cambio y ¡®s¨ª¡¯ al inmovilismo. Escuchemos en los pr¨®ximos d¨ªas al expresidente Uribe V¨¦lez.