Buenos Aires quita atribuciones a la polic¨ªa para reducir la corrupci¨®n
La nueva fuerza creada en la ciudad pierde el control de las contrataciones, que pasan a manos de civiles
Con la promesa de "tolerancia cero para casos de corrupci¨®n", el alcalde Horacio Rodr¨ªguez Larreta lanz¨® ayer una nueva Polic¨ªa para la ciudad de Buenos Aires que tendr¨¢ mayor participaci¨®n de civiles en el manejo del dinero y el control disciplinario de sus hombres. La estrategia oficial llega incluso al punto de romper con la tradici¨®n de que sea un polic¨ªa de carrera quien est¨¦ al frente de la organizaci¨®n. "Es una transformaci¨®n muy profunda, es hist¨®rica", dijo Rodr¨ªguez Larreta durante la presentaci¨®n de los nuevos uniformes y m¨®viles policiales que se ver¨¢n en las calles de la capital argentina. La clave del cambio est¨¢ en que las compras externas y las contrataciones ya no estar¨¢n en manos de polic¨ªas, sino de funcionarios. Lo mismo pasar¨¢ con la oficina de Asuntos Internos, que se transformar¨¢ en un ¨¢rea independiente llamada Transparencia. La corrupci¨®n es un problema end¨¦mico que atraviesa tanto a la polic¨ªa federal como a las provinciales. S¨®lo en la provincia de Buenos Aires, la nueva administraci¨®n expuls¨® desde el 10 de diciembre pasado a 4.000 polic¨ªas vinculados, sobre todo, a cobro de sobornos y negocios vinculados al juego clandestino y la prostituci¨®n.
"El gran cambio es que todo lo que sea responsabilidad de la polic¨ªa pasa a manos de civiles. Las contrataciones y asuntos internos, por ejemplo", dice a El PA?S el ministro de Seguridad de Justicia y Seguridad, Mart¨ªn Ocampo. La intenci¨®n del gobierno es que separar a los polic¨ªas del manejo del dinero permitir¨¢ un mayor control, sobre todo en la compraventa de insumos. El manejo civil de asuntos internos, la oficina encargada de juzgar a las faltas de los uniformados, completar¨¢ el c¨ªrculo virtuoso con el que sue?a Rodr¨ªguez Larreta. "Buscamos incorporar valores que creemos fundamentales, como la transparencia (...) habr¨¢ tolerancia cero con casos de corrupci¨®n", dijo el alcalde. Los ejemplos de corrupci¨®n policial sobran. D¨ªas atr¨¢s, una jueza orden¨® la detenci¨®n de seis comisarios de la polic¨ªa Bonaerense acusados de recaudar dinero ilegal para las comisar¨ªas en la ciudad de La Plata (60 kil¨®metros al sur de la capital). "Exig¨ªan la entrega de distintas sumas de dinero a comerciantes, por ejemplo, a cambio de seguridad o funcionar sin habilitaci¨®n o a personas para vender estupefacientes", escribi¨® la magistrada en su fallo.
La nueva polic¨ªa de la ciudad de Buenos Aires intentar¨¢ neutralizar estas pr¨¢cticas con la presencia de m¨¢s civiles en la estructura interna. Tanto que incluso el jefe de la polic¨ªa depender¨¢ de una decisi¨®n pol¨ªtica y podr¨¢ no ser miembro de la organizaci¨®n. "Ya no ser¨¢ un cargo dentro de la jerarqu¨ªa policial, sino que ser¨¢ nombrado por el jefe del Gobierno", explica Ocampo. Rodr¨ªguez Larreta no descart¨® que el primer jefe sea un civil. Para que toda la estructura empiece a funcionar, el gobierno depende a¨²n de la aprobaci¨®n de una ley comunal que espera aprobar antes de fin de a?o. Los cambios, con todo, no ser¨¢n tan apacibles como podr¨ªa esperar el ayuntamiento. La nueva polic¨ªa de la ciudad naci¨® de la fusi¨®n de la Polic¨ªa Metropolitana, creada por Mauricio Macri cuando era alcalde en 2008, y unos 19.500 polic¨ªas federales que ahora perder¨¢n su estatus nacional para ser comunales. Un sector de la Federal se opuso a estos cambios y han amenazado incluso con judicializar el tema. El mismo d¨ªa del lanzamiento de la nueva polic¨ªa, grupos de familiares y amigos de los uniformados m¨¢s disconformes marcharon hasta el Congreso para presentar un petitorio que titularon "No al Traspaso de la Federal".
El contexto de esta nueva polic¨ªa urbana es tambi¨¦n el de una creciente ola de inseguridad. El presidente Macri decidi¨® el lunes enviar 6.200 polic¨ªas federales, sobre todo gendarmes (preparados para la lucha contra el narcotr¨¢fico en la frontera) para apoyar el trabajo policial en la provincia de Buenos Aires, la m¨¢s grande del pa¨ªs. Se concentrar¨¢n sobre todo en el cord¨®n industrial que rodea a la capital, donde viven 12 millones de personas y la inseguridad se ha salido de control. Otros 3.000 gendarmes ya operan en la provincia de Santa Fe, cuya ciudad m¨¢s importante, Rosario, fue sede de masivas manifestaciones para exigir mayor seguridad urbana.
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