May da prioridad al control de la inmigraci¨®n
Los planes de restringir el acceso de extranjeros enfrentan al Gobierno ¡®tory¡¯ con los empresarios
Cien d¨ªas despu¨¦s del refer¨¦ndum, en el congreso del Partido Conservador celebrado en Birmingham esta semana, Theresa May al fin avanz¨® m¨¢s all¨¢ del socorrido y vacuo mantra de que ¡°Brexit significa Brexit¡±. El art¨ªculo 50 ser¨¢ activado antes del final de marzo de 2017 y, seg¨²n se desprende de los dos discursos de la primera ministra en Birmingham, para May Brexit significa Brexit duro: est¨¢ dispuesta a renunciar al acceso libre al mercado ¨²nico con tal de no ceder en el control de las fronteras.
El 23 de junio, 17,4 millones de brit¨¢nicos, un 52% de los votantes, eligieron salir de la UE. El mandato es tan claro como poco preciso: hay muchas maneras de salir. ¡°Entre los que votaron por abandonar la UE hab¨ªa muchas escuelas, y es injusto que los que m¨¢s gritan defiendan que el mandato es solo el suyo¡±, protesta Anand Menon, profesor de pol¨ªtica europea en el Kings College londinense. Pero cuatro d¨ªas en Birmingham bastaron a May para dejar claro que su lectura es que el mandato fue reducir la inmigraci¨®n. Los planes de restringir el acceso a los trabajadores extranjeros, anunciados por la ministra del Interior, no hacen sino reforzar la tesis. ¡°Dig¨¢moslo alto y claro: no abandonamos la UE para perder de nuevo el control de la inmigraci¨®n¡±, zanj¨® May.
¡°Los t¨¦rminos Brexit duro y Brexit blando son una creaci¨®n de los que no est¨¢n contentos con el resultado del refer¨¦ndum¡±, sostiene el euroesc¨¦ptico Jonathan Isaby, que estuvo al frente del think tank ultraliberal Tax Payers Alliance y ahora dirige la web de an¨¢lisis Brexitcentral. ¡°El Brexit suave no existe. La salida de la UE es incompatible con seguir en el mercado ¨²nico¡±.
La libra en m¨ªnimos
Que esa es la estrategia qued¨® patente tambi¨¦n en las reacciones: Nigel Farage se mostr¨® encantado, la libra alcanz¨® m¨ªnimos hist¨®ricos y el mundo empresarial est¨¢ poco menos que en pie de guerra. ¡°Casi todo lo que ha dicho May en el congreso tory lo he dicho yo en los congresos del UKIP en los ¨²ltimos a?os¡±, destac¨® el todav¨ªa l¨ªder de la formaci¨®n antieuropea. El viernes, al final de una semana nefasta para la divisa brit¨¢nica, destacados l¨ªderes empresariales publicaron una carta abierta advirtiendo a May sobre los efectos negativos de un Brexit duro.
Londres, alertan los cr¨ªticos, parte de una posici¨®n delicada. Los socios europeos han dejado claro que no negociar¨¢n antes de la activaci¨®n del art¨ªculo 50 y han prevenido contra la ilegalidad de perseguir acuerdos bilaterales con terceros pa¨ªses mientras Reino Unido siga en la UE. Por eso, al anunciar la fecha de activaci¨®n del proceso de salida, May pierde un arma negociadora. El art¨ªculo 50 abre un plazo de dos a?os para abandonar la UE, y los expertos coinciden en que en ese tiempo es dif¨ªcil acordar algo m¨¢s que los t¨¦rminos de salida.
Despu¨¦s Londres deber¨¢ negociar un nuevo acuerdo comercial con la UE. Los precedentes no son alentadores. No es solo el estancado TTIP con EE UU: uno en apariencia m¨¢s sencillo como el acuerdo comercial con Canad¨¢ (que no incluye los servicios financieros) lleva ya siete a?os de negociaciones.
¡°Pasar¨¢n al menos cinco a?os entre la salida de la UE y la firma de un nuevo marco de relaciones completo, por eso es necesario un acuerdo transitorio¡±, opina Charles Grant, director del Centro para la Reforma Europea. Si no lo hay, las relaciones de Reino Unido pasar¨ªan a regirse por las normas de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). Eso implica aranceles y adem¨¢s, se?alan desde la City, no contemplan los servicios financieros. ¡°Partimos de la no existencia de barreras. Pasar de lo que tenemos ahora al marco de la OMC traer¨ªa una enorme inestabilidad, por eso pedimos un acuerdo transitorio¡±, a?ade Anthony Browne, de la Asociaci¨®n de Banqueros Brit¨¢nicos.
Recuperar el control
Los euroesc¨¦pticos se agarran a que a Europa, que exporta m¨¢s a Reino Unido que al rev¨¦s, no le interesa una ruptura radical. Pero los cr¨ªticos se?alan que, igual que Reino Unido est¨¢ dispuesto a un perjuicio econ¨®mico (menor acceso al mercado ¨²nico) en aras de un objetivo pol¨ªtico (recuperar el control), lo mismo podr¨ªa decirse de la contraparte: una traba a las exportaciones (coste econ¨®mico) puede ser preferible a la desmembraci¨®n de la UE (coste pol¨ªtico). ¡°Aqu¨ª olvidamos que los dem¨¢s pa¨ªses tambi¨¦n tienen pol¨ªtica, y son 27¡±, advierte Menon.
El mundo empresarial apenas disimula la inquietud por los mensajes vagos de los responsables de la negociaci¨®n. El legendario poder¨ªo diplom¨¢tico brit¨¢nico est¨¢ hoy en manos de un ministerio del Brexit de nueva creaci¨®n, cuyo titular, David Davis, hace gala de un optimismo rayano en el populismo; un ministro de Comercio Exterior, Liam Fox, con escasa experiencia en acuerdos comerciales, y un Foreign Office desmembrado, liderado por el poco diplom¨¢tico Boris Johnson. Enfrente, Philip Hammond, un canciller del Exchequer que apoy¨® la permanencia y hoy alerta de ¡°la monta?a rusa¡± que viene.
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