La extraordinaria traves¨ªa de Nujeen
Una adolescente siria relata su viaje hasta Alemania en silla de ruedas empujada por su hermana
![Naiara Galarraga Gort¨¢zar](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa5a22b1a-84b6-40d6-b292-c98a40bd973a.png?auth=c0df4b072b7d9d7a6320aca9be53db4f71063215e26b63e8bf03c10f6b7f4606&width=100&height=100&smart=true)
Enfundada en un chaleco salvavidas de 50 euros, respiraba hondo como recomendaban en el programa de National Geographic Brain Games. Ya estaba a bordo del bote neum¨¢tico, capitaneado por su t¨ªo Ahmed siguiendo las instrucciones de unos v¨ªdeos buscados a toda prisa en YouTube. Hab¨ªa pasado el riesgo de que ella, o su pesada silla de ruedas, fueran dejadas atr¨¢s porque el grupo las considerara una carga excesiva. Ninguno de ellos sab¨ªa nadar. Ten¨ªa miedo, pero estaba excitad¨ªsima. ¡°En mi silla, m¨¢s alta que los dem¨¢s, me sent¨ªa como Poseid¨®n, el dios del mar¡±, escribe la adolescente Nujeen Mustafa al describir su extraordinario viaje desde Siria hasta Alemania. Al arribar a Lesbos (Grecia) un fotoperiodista espa?ol grit¨® desde tierra: ¡°?Alguno habla ingl¨¦s?¡±.
Result¨® que s¨ª, que Nujeen (Alepo, 1999) sab¨ªa ingl¨¦s, lo hab¨ªa aprendido durante cientos de horas frente a la televisi¨®n. ¡°?Yo!¡±, exclam¨®. A partir de ese instante se convirti¨® en la indispensable traductora de sus parientes mientras marchaban hacia el norte. ¡±Estuve feliz de ser ¨²til, pude empezar a practicar el ingl¨¦s que hab¨ªa aprendido en los tres ¨²ltimos a?os¡±, explica esta adolescente kurda que sufre par¨¢lisis cerebral en una entrevista por Skype desde su casa en Wesseling, al lado de Colonia, con motivo de la publicaci¨®n este martes de Nujeen (Harper Collins).
Arrib¨® a Europa el d¨ªa en que un ni?o llamado Aylan muri¨® ahogado y se convirti¨® en s¨ªmbolo de aquella riada que, como los Mustafa, buscaban amparo.
Nujeen Mustaf¨¢ descubri¨® el mundo real de sopet¨®n el a?o pasado. Por primera vez en su vida vol¨® en avi¨®n, tom¨® un tren, se separ¨® de sus padres, durmi¨® en un hotel¡ y vio el mar, el Mediterr¨¢neo. Instantes despu¨¦s estaba con dos de sus hermanas, cuatro sobrinas y unos primos en una z¨®diac rumbo a Europa. La peque?a de nueve hermanos, que creci¨® en un quinto piso en Alepo sin ir al cole, sin amigos y enchufada a la tele, estaba viviendo la aventura de su vida.
Santi Palacios, fotoperiodista espa?ol colaborador de Associated Press en la cobertura del drama de los refugiados, desconoce si fue ¨¦l quien lanz¨® la pregunta desde la orilla: ¡°No lo s¨¦, se lo pregunt¨¦ a taaanta gente. Era frecuente que los fot¨®grafos fu¨¦ramos los primeros en recibir a los que llegaban a las playas¡±.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2RSUQYHXTCJVIFFG4YRYGRVMOA.png?auth=41545c45118424739733825456069bbe0fda5f84174999f3dbdf05ad5d442b08&width=414)
Si hubieran tenido pasaporte y visado (misi¨®n imposible para los sirios) habr¨ªan podido llegar a Grecia en hora y media de transbordador por diez euros. El bote les sali¨® por m¨¢s de 1.300 euros por cabeza. Su hermana Nasrine, una estudiante de f¨ªsica de 27 a?os, la empuj¨® a trav¨¦s de Grecia, Macedonia, Serbia, Croacia, Eslovenia, Austria y Alemania. ¡°Yo pensaba ¡®esto es una vez en la vida¡¯, lo tengo que disfrutar¡±, cuenta sobre aquellos 40 d¨ªas extenuantes que se tom¨® como una gran aventura.
Cualquiera que viera una de las entrevistas que dio a varios periodistas de televisi¨®n en su ingl¨¦s fluido desde su precaria silla probablemente recuerda su entusiasmo. La sorpresa de los dem¨¢s al verla en su silla y o¨ªr aquel ingl¨¦s la asombr¨®, confiesa. ¡°Yo pensaba que en Europa los discapacitados de 15 a?os eran gente normal¡±. Claro que hubo momentos duros, admite. El peor, ¡°en Eslovenia, cuando nos bloquearon, fue el ¨²nico momento en el que llor¨¦¡±.
![Nujeen (izquierda) y su hermana flanquean a la embajadora de EEUU ante la ONU, Samantha Powell.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WQ5ARUMGACGHAJTE3VS2R55X5M.jpg?auth=d451c9b49134f0c69f32e4f28bb007fe14d80e78181eb443b66235ca9a1c4d02&width=414)
Las hermanas Mustafa hicieron m¨¢s de 5.600 kil¨®metros para huir de la guerra y poder llevar una vida anodina en Alemania, el destino favorito de los refugiados. ¡°Nada es como antes, es bastante flipante¡±, dice Nujeen, que ahora por primera vez en su vida va al colegio. ¡°Me gusta mi rutina, hacer los deberes, aprender alem¨¢n, pero todo esto en un pa¨ªs extranjero es un desaf¨ªo¡±, recalca. Nada es como era. Vive lejos de sus padres, que est¨¢n en Turqu¨ªa, tiene amigos, algunos reales ¨Caunque menos de los que sus profesores le recomiendan-- y cientos en Twitter y Facebook. Y ha escrito su historia a cuatro manos con Christina Lamb, la bi¨®grafa de Malala, la Nobel adolescente afgana.
¡°Quiero ser un buen modelo de los refugiados, espero que a trav¨¦s de m¨ª empaticen con nosotros¡±, dice desde el piso que comparte con Nasrine, otra hermana y cuatro sobrinas. Esta seguidora del Bar?a de Messi ¨CNasrine es del Madrid--, de la serie estadounidense Days of Our Lives, entusiasta de los programas que sirven para acumular conocimientos y que detesta las noticias ¨C¡°porque todas son malas¡±¡ªconf¨ªa en ver alg¨²n d¨ªa el fin de los combates. ¡°Intento mantener la esperanza, porque nada dura toda la vida, ni siquiera la guerra. Un d¨ªa volveremos a Siria¡±.
Tiene claro qu¨¦ quiere ser de mayor. ¡°El plan A es estudiar f¨ªsicas para ser astronauta. El plan B es ser escritora profesional. ?Sabes? Los alemanes siempre tienen un plan B¡±.
Mientras, est¨¢ superagradecida a la canciller Angela Merkel, y, por supuesto, a Sergei Brin, fundador de Google, donde navega para acumular obsesivamente datos de todo tipo. Y c¨®mo no a Nasrine. ¡°Cuando me pide algo y no lo hago, me dice ¡®Oye, que te empuj¨¦ por media Europa¡±, cuenta con su risa floja desde una bulliciosa sala de estar en Alemania.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Naiara Galarraga Gort¨¢zar](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa5a22b1a-84b6-40d6-b292-c98a40bd973a.png?auth=c0df4b072b7d9d7a6320aca9be53db4f71063215e26b63e8bf03c10f6b7f4606&width=100&height=100&smart=true)
Archivado En
- Crisis refugiados Europa
- Siria
- Crisis migratoria
- Crisis humanitaria
- Refugiados
- Inmigraci¨®n irregular
- Alemania
- Pol¨ªtica migratoria
- V¨ªctimas guerra
- Cat¨¢strofes
- Fronteras
- Infancia
- Oriente pr¨®ximo
- Migraci¨®n
- Pol¨ªtica exterior
- Desastres
- Asia
- Sucesos
- Uni¨®n Europea
- Demograf¨ªa
- Organizaciones internacionales
- Europa
- Conflictos
- Relaciones exteriores
- Sociedad
- Planeta Futuro